#7 - La Puerta Secreta

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Arctic Monkeys - Secret Door ♩

Haciendo la hora mientras esperaba el vuelo a casa, me resguardé en una cafetería detrás de una librería llamada Los Libros del Gato Caulle. La lluvia caía sin respiro alguno y la creciente humedad condensada hacía que el frío se calara entre las extremidades. Por lo que, apenas entré allí, pedí un espresso doble y un kuchen de manzana, a la vez que me arrimé cerca de la ventana que daba a la calle. De fondo, un tema de Zoé arrullaba el ambiente perfumado por el café tostado, haciéndolo aún más acogedor.

Con mi mochila de mochilero - así la llamo, ya que es la que he ocupado para viajar desde Arica hasta Punta Arenas - secándose cerca de una estufa, pensaba en el recorrido reciente que había hecho en esta Región de Los Ríos. Desde la exploración del Jardín Botánico y la Isla Teja en general hasta la aventura hacia Curiñanco y lo que simbolizó el recordar que uno de mis amigos, que estuvo viviendo allí, haya desaparecido sin dejar rastro alguno. Quizás alguna vez cuente la historia completa, quizás no. Sin embargo, el haber estado en esa costa significó entender la existencia de otra manera. ¿Cómo sería si tomara todas mis cosas y me fuera a vivir definitivamente a Valdivia, en una especie de nuevo comenzar?

Al despertar de mis voladuras de mente con "Secret Door" de Arctic Monkeys, vi que las personas que entraban se hacían con las bolsas de granos de café tostado del lugar. Así que compré dos antes de irme para recordar que había una posible meta a lograr por cada vez que le diera un sorbo a aquel líquido negro y sagrado que exprimiría de aquellas semillas de color café. Tal vez no originarias de Valdivia, pero sí obtenidas de un lugar especial, la puerta secreta de un viaje que ayudó para reconfortar el alma.

Y tal como esa puerta donde pocos salen o entran, aparecí al otro día en mi ciudad, tal como si me hubiera escondido por un rato de todo el mundo. Armado de un buen pasar por la Perla de Sur, volví al laburo más renovado, más limpio de mis propios infortunios. Decidido a escribir un nuevo capítulo en mi vida, con una humeante y regeneradora taza de café.

¡Un brindis por los tiempos venideros!

¡Un brindis por los tiempos venideros!

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El Arte De ProcafeinarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora