La Propuesta - Yoonmin

CAPÍTULO 12

Temprano por la mañana Jimin se hace un ovillo en la cama y bosteza tomando su celular. No ha sido capaz de pegar ojo en toda la noche, dándole vueltas a todo y al mismo a tiempo a nada.

Abre su conversación con Yoongi, y toma aire antes de escribir algo:

Gigi ヽ(=^･ω･^=)丿

Taehyung dijo que estas en París, espero que estés bien. No olvides tomar el desayuno, ambos sabemos que siempre te lo saltas.
8:09am

Al ver que Yoongi abre el mensaje al instante y decide ignorarlo, Jimin muerde sus labios y reprime un quejido antes de enviar otro mensaje.

Espero que vuelvas a casa pronto. Ven a casa y dime que te he decepcionado. Ven a casa y dime que me odias. Grítame. Solamente vuelve a casa y deja de ignorarme.
8:12am

Otras dos palomitas azules. Jimin arroja el celular y se cubre con una manta para volver a dormir.

Cuando despierta no tiene una remota idea de qué hora es, las ventanas cerradas de la habitación no le permiten saberlo tampoco. Toma su celular para ver si Yoongi ha respondido y al ver que no es así toma un profundo suspiro antes de ponerse de pie.

Camina en dirección al tocador y se mira en el espejo, su aliento se estanca al ver su reflejo. Su cabello es de un intenso color púrpura y está revuelto, no queda rastro del mechón blanco que distingue a su manada, después de todo es una familia de la que ya no forma parte. Y por eso tomó la decisión de teñirse el cabello, porque no soportaba recordar que ahora estaba por su cuenta.

Aunque no hay demasiada diferencia del ayer y hoy, porque desde que era un niño se sintió de esa forma. Así que cuando desenreda su cabello, se fuerza a sonreír, aunque sus labios terminan formando una mueca espantosa y sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas.

Y siente rabia, y una ola de melancolía, y una frustración tan grande hasta que escucha la puerta abrirse y se encuentra con Taehyung bajo el umbral de la puerta.

—Es más de mediodía.

—Lo sé —dice, su propia voz suena lejana y algo ronca. Taehyung frunce el ceño y lo examina con sospecha—. ¿En dónde dormiste? Porque nadie puede dormir en la cama de Gigi. Nadie.

—Ya, deja tus celos —Taehyung parece ser experto en eso de entornar los ojos y sacarlo de quicio—. No he dormido ahí. Dormí en la sala.

—Bien. —Camina en dirección al armario y saca un grueso suéter para cambiarse. Le ha tomado un montón de tiempo volver a ordenar su ropa y unas se han arrugado—. Saldré a tomar aire.

—Okey, te acompaño.

Jimin le dirige una mirada filosa mientras toma un bolso y mete sus cosas.

—No. Quédate aquí y no me molestes.

—Mira, garganta profunda, aunque me encantaría quedarme debo ir contigo. Mi trabajo es cuidarte hasta que Yoongi vuelva.

—En primer lugar —Levanta un dedo con molestia—: No me llames así.

—Lo siento, pero eres tú quien creyó en ese empleo. —A Taehyung le es inevitable no volverse a reír—. Acepta que es gracioso.