La Propuesta - Yoonmin

CAPÍTULO 15

A Yoongi no le queda nada más que esperar la hora de la reservación de la cena. Recostado en un sillón individual, divaga un instante, tosiendo cuando Suran se marcha para asegurarse de que Jimin se encuentre preparado.

Porque todo tiene que resultar perfecto para cuando alguien los fotografíe parezcan una pareja genuina; algo que nunca podrían darse el lujo de ser. Están envueltos en una mentira que lo arrastra contra corriente y los mantiene separados, y no hay manera en que sus manos puedan volver a encontrarse sin que el agua se los lleve de nuevo.

Con su mirada apuntando al tapiz ornamentado rojo de la habitación, Yoongi ladea el rostro y enarca una ceja cuando Taehyung se aproxima en su dirección con una taza de té caliente.

—Lo he ordenado para ti. Es de menta y te ayudará con la tos —Le alienta a tomarlo al acercarlo cuidadosamente en su dirección. Yoongi la recibe sin expresión, dándole un sorbo y agradeciendo en voz baja diciéndole que puede marcharse con Suran—. No estoy aquí como tu manager Yoongi, sino como tu amigo.

—Entonces, como mi amigo deberías saber cuándo detenerte. Por favor, retírate y dame un momento a solas —pide al sentirse irritado por el dolor de cabeza y de pecho, el estrés que conllevó toda la reunión de Sabrina y lo pronto por venir con Jimin.

Taehyung no parece dispuesto a marcharse, se queda ahí, de pie frente a él con el mentón en alto. Hay algo en su decisión que le recuerda a Jimin y le revuelve las entrañas.

—¿No me has escuchado? Te he pedido que te vayas.

—Te he escuchado —dice el chico—, pero no pienso hacerlo. Habla conmigo.

—¿Por qué debería hacer eso?

—Porque sé que quieres fingir ser fuerte delante de todos porque piensas que necesitas demostrarles algo, pero no necesitas hacerlo conmigo. Hablar las cosas ayuda, y si necesito escucharte quejarte sobre el mismo tema por décima vez en el día, lo haré —responde con determinación.

Tomando asiento en otro sillón, Taehyung mantiene una postura recta y relajada esperando que Yoongi se abra con él. Por el contrario, el alfa sostiene la taza entre sus manos sumergido en sus propios pensamientos, pensando en las palabras adecuadas que debería emplear ahora para expresar todos sus malestares.

—Sabes que tengo demasiado en mi mente ahora, más de lo que me gustaría. —Yoongi frota una mano en su rostro después de dejar la taza sobre la mesita a su lado—. No sé si podré enfrentar a Jimin después de la manera en que lo he tratado. Ni siquiera sé si quiero hablar con él. En el fondo sigo molesto. No lo sé. Solamente sé que cuando se trata de él ya no sé nada. Solía pensar que esta conexión que tenía con Jimin nos ayudaría a resolverlo todo, como que seríamos capaces de enfrentar cualquier problema juntos... No estoy seguro de seguir creyendo eso.

—¿Estás considerando lo que dijo Suran?

Yoongi no responde, tan sólo lo observa con mirada turbada como confirmado que sí, tal vez lo hace. Entreabre sus labios, luego los cierra y desvía la mirada.

—El chico viajó para verte, Yoongi. A Jimin le importas, en serio, y aunque desconozco las razones de su pelea sé que ambos sufren por eso por igual —recalca con una media sonrisa—. No permitas que el orgullo y el resentimiento los destruya.

—No sabes lo que sucedió. No entiendes nada —niega con pesar.

—Todo puede solucionarse, Yoongi.

—¿Sabes? Yo sí quería tener al bebé —dice antes de pensarlo. Taehyung enmudece entonces, mirándolo con sorpresa y pálido por la confesión. Yoongi suelta una risa seca y cubre su boca cuando la risa se vuelve en una tos dolorosa—. Pero él no quería y lo apoyé. ¿Qué más podía hacer? Sé que era su decisión, pero aun así... Dolió.