CAPÍTULO 24

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Jimin no se siente abandonado. Se le pasa por la cabeza un día después de que Yoongi se ha marchado y envía un mensaje que no recibe una respuesta devuelta.
Lo piensa mientras prepara el almuerzo junto con su hermano Jungkook, quien pregunta si sabe algo de Yoongi.

—No sé nada —acepta, disimulando el desaliento y la pena de su lobo por la sonrisa deformada que aparece en su rostro después de recordar la publicación que Yoongi ha realizado en Instagram anunciando que está en un estudio de música junto con una hermosa chica pelirroja.

Agradece que su hermano no haga más preguntas y se limita a disfrutar su presencia. Siempre es bueno tener compañía. También tiene suerte de tener una cachorrita como Rocky que anda dando saltos por todos lados, bien dispuesta a sacarle una sonrisa.

Es bueno no pensar cosas malas todo el tiempo. Es bueno no sentir que te han comenzado a odiar después de permanecer tanto tiempo a tu lado, lo suficiente como para realmente verte.

Y la verdad, cuando Jimin empieza a reír junto con Jungkook, de verdad siente que por primera vez en su vida tiene una familia... Aunque su alfa permanezca lejos, y su amigo Taehyung también.

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Durante la noche el departamento se siente frío y solitario, como se sentía entrar a la mansión cuando toda su ex manada se disponía a ignorar su presencia. Las paredes se sentían estrechas, los pasillos oscuros daban miedo, y Jimin temía ser devorado por algún monstruo.

Pero no le tenía realmente miedo a los monstruos que podían llevárselo, le tenía más miedo a que nadie se diera cuenta de que se había ido, pues de algún modo se volvería uno de esos monstruos destinados a vagar por esa mansión solitaria. Desesperado por ser notado.

El recuerdo le envía un escalofrío tan terrible que le sacude el cuerpo envuelto en las sábanas de la cama de Yoongi. Jimin inhala lentamente... Oh, ahí está, todavía huele a su alfa. Si Jimin cierra sus ojos, puede imaginarlo justo a su lado, envolviendo su cintura.

Ya no se siente tan solo. Sin embargo, todavía no puede dormir. Jimin da vueltas en la cama, fija su mirada soñolienta en el techo oscuro y se pregunta muchas cosas. Es una tortura no saber nada más de Yoongi. Se siente una fan más, esperando una notificación en su pantalla de alguna fan base que informe alguna noticia de su chico.

Jimin no es un fan. Esto es ridículo. Estrellando una almohada justo en su rostro, Jimin suelta un gruñido brusco. Un poco más fuerte y podría despertar a Jungkook en la habitación de huéspedes, pero no le importa. Yoongi siquiera ve sus mensajes. No dice ni una sola palabra.

Es un idiota. Un alfa increíblemente idiota. Y Jimin lo ama tanto como lo odia ahora. No quiere saber nada de él. Jura que...

... El timbre del celular le hace levantarse de golpe, con tanta velocidad que incluso tropieza cuando las sábanas se enredan en sus tobillos. De alguna manera, y con una agilidad que desconocía, consigue pararse de un salto para tomar su celular del tocador y atender la llamada.

A través de la línea, la voz masculina, suave, y ronca que llama su nombre le roba todo el aliento. Con una mano en su pecho y otra sujetando el celular, Jimin intenta relajarse.

—¿Jimin? ¿Estás ahí, lobito?

No es justo. Si Yoongi le llama de esa manera, Jimin no puede ser tan duro. Dejando su espalda caer sobre el colchón, mantiene el celular cerca de su oreja y suelta un ligero <<estoy aquí>>.

La Propuesta - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora