CAPÍTULO 13

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Cuando finalmente consiguen llegar a París después de dos escalas tortuosas, tanto Jimin como Taehyung tienen el cuerpo entumecido y el cuello rígido. Es una noche helada y, ansioso por encontrarse con Yoongi, Jimin se apresura en tomar sus maletas y se desplaza por el aeropuerto en busca de una tienda de regalos.

Mientras Taehyung se comunica con Suran para informarle sobre su llegada, Jimin se adentra a un local para examinar un par de peluches de lobos que sostienen un intenso corazón rojos con las palabras <<te amo>> bordadas.

Tomando uno para verlo con los ojos bien abiertos y el corazón acelerado, trata de pasar por alto la rígida expresión que abarca el rostro de Taehyung al finalizar la llamada. Lo que Suran le haya dicho definitivamente no lo tiene contento, pero Jimin no tiene tiempo para pensar en eso. Debe escoger el obsequio perfecto.

—¿Crees que a Gigi le gustaría esto? —Se vuelve a Taehyung y le extiende el peluche de lobo con incertidumbre.

La expresión de Taehyung no se vuelve menos tensa.

—No tienes que comprarle algo —le dice con incomodidad.

—Claro que tengo que hacerlo. De esa forma considerará perdonarme —refunfuña sin soltar el peluche, continuando explorando y viendo algún otro detalle que podría gustarle al alfa—. Tal vez hasta se alegre de verme.

—Jimin —Taehyung intenta de nuevo, acercándose a él un poco más—. Viajaste más de veinte horas para verle, ¿eso no debería ser suficiente?

La mano de Jimin se detiene antes de rozar una caja de chocolates franceses. Luego su mirada oscila entre Taehyung y los chocolates.

—No es suficiente.

—¿Y por qué no?

—Porque no lo es y ya —responde elevando la voz. Baja un poco la mirada y, avergonzado, toma la caja de chocolates para llevarla a su pecho—. Me equivoqué con él. Lo arruiné todo. Debo remediarlo. Debo arreglar esto.

—Entonces díselo, Jimin. Sé honesto con él en vez de hacer todo esto.

—No es así de simple. No es fácil. Es que no lo entiendes —su expresión es dolorosa y refleja toda su pena—: Él es todo lo que tengo ahora.

Y por la forma en que lo dice, Taehyung no puede decir nada más y sale de ahí para contestar otra llamada. Cuando Jimin se da la vuelta para pagar en la caja, retrocede en cuanto un alfa musculoso se le atraviesa y lo hace a un lado.

—No te molesta que pague primero ¿verdad, cariño?

Jimin abre la boca para protestar, entonces se queda helado cuando le mira con autoridad digna de un alfa. Siente el deseo de gritarle, pero al recordar el golpe que le ha dado Jungkook cuando lo sacó de sus casillas sabe bien que eso podría ser un error. Por eso retrocede por inercia y niega con resignación, detestando esa sumisión suya.

El hombre paga extendiendo un par de billetes, después se vuelve a él y le dirige una mirada lasciva mientras le agradece por haberle dejado pasar. Pero no se larga, se queda ahí para verlo pagar con manos temblorosas el lobo de peluche y los chocolates.

—¿A quién le darás eso, cariño? —A pesar de su acento extranjero, Jimin puede entenderlo, pero es mejor pretender que no lo hace.

—¿Podría ponerlo todo en una bolsa de regalos? Por favor —Jimin pide, detestando cuando su voz refleja sus nervios al ver que el hombre alto sigue de pie a un lado—. Mejor no. Prefiero llevarlos en la mano.

Pagando con su tarjeta de crédito, Jimin forma una mueca cuando la cajera le dice que no hay suficientes fondos. La humillación que siente es demasiada. Lo asfixia. Es la primera vez en su vida que eso le sucede. 

La Propuesta - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora