CAPÍTULO 19

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En una ocasión cuando Jimin había sido acosado por otros niños de su clase y volvió igual de lastimado que siempre a la mansión, Anthony lo sentó en la silla del balcón y apuntó al anochecer cubierto de tonalidades que parecieron mágicas. El hombre le dijo: “Cuando las cosas se ponen feas, tienes que levantar la mirada al cielo. Te sentirás mejor”.
 
Sorprendentemente, cuando Jimin elevó su rostro surcado por las lágrimas, sonrió. Y por un momento, sus problemas se esfumaron.

Jimin recuerda esto mientras camina por una acera arbolada para sentir el aire fresco mientras Yoongi lleva cargando entre sus brazos al cachorro negro con mechón blanco, cuya cola no deja de menearse de un lado al otro.

Jimin ha descubierto algunas cosas sobre el cachorro, como el hecho de que en realidad es una hembra que levanta la pata al igual que a un macho. Yoongi le explicó a Jimin que se había decidido por la cachorra debido su forma particular de hacer del baño, y le contó que la camada de “perro” -como Yoongi ha insistido en llamarle- estaba compuesta de puros machos, lo que provocó que la cachorra imitara la acción de sus hermanos.

Además, este “perro” tiene siete meses. Es pequeño y una bola de pelo negra que Jimin no puede dejar de ver raro. Han salido a comprarle un montón de ropa y Yoongi lleva las bolsas en sus brazos.

Elevando su mirada al cielo, Jimin entrecierra sus ojos para ver esas nubes blancas que parecen una obra de más de un millón de dólares. Pero no debe mirar todo el tiempo el cielo para sentirse bien. Si mira de reojo y ve a Yoongi acariciar el pelaje del cachorro... Si ve a Yoongi sonreír... Siente que lo tiene todo.

—Yoongi —Jimin le llama en un hilo de voz que sale casi ahogado.

 Al detenerse en seco, Yoongi también lo hace y le mira fijamente con las facciones suavizadas. La mirada plagada de encanto. Jimin siente que su corazón jamás ha latido más rápido.

—¿Sí, lobito? —inquiere el alfa.

<< ¿Alguna vez —Jimin piensa— has visto el cielo y pensado que no existe en otra parte, tan sólo para encontrarlo en el alma de alguien más?>>.

—Creo que... —Jimin habla despacio y se traga sus palabras—. Deberíamos ir a desayunar algo. Me ha dado hambre.

El alfa asiente y le obsequia una deslumbrante sonrisa.

—Por supuesto, lobito. Busquemos un lugar.

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Encuentran una cafetería pet friendly a unas cuadras de ahí. Sentados en una mesa circular ubicada en la terraza, Jimin bebe una malteada y come una torrecilla de panqueques repletos de frutos rojos; por otro lado, Yoongi bebe un café americano sin azúcar y una rebanada de pastel de naranja con betún cremoso encima.

La cachorrita está sentada en una silla, se ha quedado dormida y la han cubierto con una manta para protegerla del frío.

—Tenemos que pensar en un nombre. No podemos llamarla “perro”.

—¿Qué propones? —pregunta Yoongi con una de las esquinas de su boca elevada.

Jimin rasga con su tenedor la miel de los panqueques mientras piensa.

—Siempre quise tener un perrito, pero Seokjin jamás me dejó. Ahora que tengo uno quiero darle un buen nombre —admite con voz trémula—. Y creo que le queda Rocky.

—¿Por qué?

—Porque podría noquear a alguien con una patada al hacer del baño. Es ruda. Creció rodeada de machos idiotas, entiendo esa sensación.

La Propuesta - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora