𝐓𝐀𝐑𝐈𝐊 | 𝟢𝟣𝟫

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Los restos que fueron hace segundos un pilar ahora se encontraban regados por doquier

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Los restos que fueron hace segundos un pilar ahora se encontraban regados por doquier.

Horus se colocó nuevamente de pie y lo hizo con dificultad. No esperó que su primo diera el primer golpe y de una manera tan repentina (además de dolorosa)

—Ni siquiera usé aún la espada.— podía oírlo mientras se regocijaba presumiendo su talento en esto.
Pudo sentir el sabor a hierro de su boca y escupió saliva para hacer desaparecer esté dándose con la imagen de los primeros rastros de sangre —¿Vas a pelear?— preguntó el pelinegro —Porque yo quiero acabar con esto rápido.

—Primo.— alguna vez ¿podría existir la posibilidad de que ellos estén juntos? Aún no podía borrar de su memoria el suceso producido en el Río Nilo, en aquella primera competencia.
Su silencio le generó dudas a Tarik. ¿En qué pensaba tanto?, ¿qué ideas estúpidas estaría haciendo en su cabeza? —Muy bien.— habló repentinamente tomando por sorpresa al príncipe —Acabemos con esto, tal y como lo deseas.

De repente ¿se halló motivado? Una sonrisa se dibujó en el rostro del joven dios de la naturaleza y se debía a que finalmente podría darle su merecido final a esta lucha interminable y verdaderamente inútil.
Tarik se acercó con prisa a Horus y golpeó con su espada. Pudo defenderse a tiempo, pero la diferencia en velocidad entre ambos era demasiado abismal.

Con cada golpe que recibía podía sentir que era empujado contra un rincón sin salida y sin escapatoria. Horus no tendría las capacidades necesarias para derrotar a Tarik sin jugar sucio.

—¡Basta!— podía oír a su madre el gritar; de todos se habría esperado el escuchar está petición, pero no de ella —¡Maat, para con esto, te lo suplico!— rogó la diosa de la magia a la justicia, ella miró confundida a está mujer intentando entender el motivo por el que ella estaba suplicando que todo esto se detuviera; pero ¿cómo hacerlo? cuando la pluma iniciaba a redactar de una vez, ya no había forma de detenerla hasta que esto tenga un final.

—Isis— sabía que era demasiado tarde. Entró en razón en el momento incorrecto. Desde un principio ella tendría que haber imaginado que esto era simplemente inútil. ¿Cómo ir en contra de una creación tan perfecta como lo era Tarik? El hijo del Diosa de la Guerra y de la Diosa de la Paz. Alguien que es considerado como el equilibrio entre lo que es el bien y el mal, y que es consiente de ello (por desgracia) —En serio lo lamento tanto, pero no puedo interferir.— el golpe que el templo recibió lo hizo sacudir, fue como si se tratará de un temblor, pero en realidad fue el semidiós que había sido impactado contra la piedra del lugar.

—¡Va a matarlo!— gritó aterrada.
Sí, quizás lo haría, pero existía la posibilidad de que no fuera así. Maat estaba rogando que las cosas acabasen de tal manera, pero...de alguien que fue criado bajo la educación de Seth no se puede esperar acciones buenas.

Tarik fue a tomar a su primo del cuello y lo hizo ver con mucha facilidad. Apretó con fuerzas y obstaculizó sus vías respiratorias hasta hacerlo entrar en pánico. Horus trataba de liberarse de esto intentando sacar las manos del otro de su cuello o hasta arañando estás sin tener éxito en ello.

𝐓𝐀𝐑𝐈𝐊 ────ennead.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora