《24》

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Narra Alice:

Ingresé al despacho de mi Padre, en busca de unos documentos tan importantes, que él mismo olvidó llevar el día de hoy al Ministerio.

Inspeccione todo el lugar, en busca de aquel sobre para finalmente verlo sobre el escritorio.

- Ay papá.... no pierdes la cabeza porque la tienes pegada -Suspiré.- Estoy a tiempo -Vi la hora en el reloj.

Tenía entendido que la reunión daría comienzo en una hora aproximadamente, por lo que no debia preocuparme.
Tome aquel documento, que en realidad resultó ser un expediente. La curiosidad fue más fuerte, por lo que decidí dar un vistazo.

- Fenrir Greyback -Leí en voz alta, conocía aquel nombre.- Que espeluznante -Dije al ver la foto en el margen derecho de la página.

Estaba al tanto que ese tal Fenrir, es un dolor de cabeza para el Ministerio. Puesto que, suele infectar a Magos y niños inocentes con la Licantropía, y la ineficiente "Unidad de Captura de Hombres Lobos" no puede hacer nada al respecto.
Por lo tanto, ahora ese tal Fenrir era asunto de la "Oficina de Aurores", y en especifico de mi Padre, por algo tenía su expediente.

- Bonbey, iré al Ministerio y regresaré en una hora, más o menos -Avise al ingresar a la sala de estar, estaba guardando el documento en mi bolsa cuando escuche.

- ¿Piensas ir vestida así? -Habló con desagrado mi Madre, alse mi mirada.

- ¿Qué tiene de malo? Es formal -Sabía que para ingresar al Ministerio, la vestimenta debía ser acorde al lugar. Por lo que no le veía nada malo a lo que ocupaba.

- Una dama debe usar vestidos o faldas, no pantalones y camisas como un hombre -Miré hacia otro lado, frustrada de la típica situación.

- Se me hace tarde, luego hablamos -Ingrese a la chimenea, sin antes tomar un poco de polvos flu.- Ministerio de Magia -Pronuncie al lanzarlos.

En cuestión de segundos las llamaradas verdes me envolvieron, para luego aparecer en el lugar indicado. Al salir de la abertura, quedé abrumada por la cantidad de magos que circulaban por el salón.

Pero no era momento de andar como turista en el Ministerio, por lo que me encaminé a uno de los ascensores. Justo logré encontrar uno abierto e ingresé sin dudar. Llevándome con la sorpresa de que también se encontraban allí Potter, mi suegro y el Señor Shacklebolt.

- Buenos días -Saludé con timidez, puesto que no eramos los únicos ahí dentro.

- Señorita Lougthy -Habló con seriedad Shacklebolt.

- Alice -Dijeron sorprendidos Harry y el Señor Weasley.

- ¿Por qué motivo viniste al Ministerio? -Dijo curioso Arthur.

- Vine a entregarle unos documentos a mi Padre

- Pobre Henry, debe estar ocupado con todas las operaciones -Mencionó Kingsley, a lo que asentí.

Tenia tanta curiosidad por saber el motivo, por el que Harry estaba en el Ministerio. Pero no pude preguntar al respecto, puesto que, no me atrevía y ya habíamos llegado al Piso N°2.

- Piso N°2, Oficina de Aurores

Al salir del elevador, caminé hasta la respectiva área de trabajo de mi Padre. Pero no se encontraba en su escritorio, con preocupación revisé la hora, aún no habría comenzado la reunión.

- Disculpe Señorita, no puede ingresar a esta oficina sin autorización -Escuché a mis espaldas, al voltear pensé que veria al asistente de mi Padre.

Un hombre, ya de avanzada edad, llamado Ben; el cual, a decir verdad, era un poco gruñón. Pero, quien me había hablado era un muchacho  joven, capaz unos tres o cuatro años más grande que yo.

𝐒𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐭𝐲 (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora