Capitulo 15

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Hanna

- No voy a dejar que vallas sola - gruñe furioso por mi petición de dejarme ir sola a la casa de Massimo.

- Papi por favor, no quiero problemas y por lo tanto debo ir sola - explico con calma.

Aparta la mirada, totalmente ofendido.

- Ya veo que no te gusta mi compañía, seguro ya te aburrí - dramatiza.

Me carcajeo divertida.

- Dramatico - me burlo.

- Cría cuervos... y terminaran sacando tus ojos - bromea.

Me envuelve en sus brazos con amor.

- Llegaremos juntos a Sicilia, una camioneta te llevara al punto de encuentro con la gente de Massimo y los vigilaremos a una distancia prudente.

Lo miro asintiendo.

- Esta bien, pero siento que estas siendo algo paranoico con el tema - comento.

Su rostro cambia totalmente, su expresion dura.

- ¿Como quieres que no lo sea? - su voz tiembla con furia y puedo sentir la tristeza que reprime - Has sufrido demasiado, no puedo permitir que te sigan dañando. Así que si quieres llamarme paranoico, pues hazlo, pero prefiero ser un paranoico que protege a su hija de todo el mal que nos rodea.

- Papi... - susurro, mi voz suena como un pequeño sollozo.

- Ve a terminar de prepararte, yo iré a ver que todo este bien con el jet - me corta, se acerca y deja un beso en mi frente antes de irse a paso apresurado, el sentimiento de culpa me invade. Soy una malagradecida.

Mi papa ha hecho tanto por mi, y yo acabo de rebajar su esfuerzo como si no fuese nada.

Claro que lo es.

El es la única persona que confió en mi, que me protegió y fue quien me regalo lo que siempre soñé, una familia.

Y me la dio justo en el momento que mas la necesitaba.

Nunca me va a alcanzar la vida para pagarle todo lo que ha hecho por mi, y aunque el nunca me ha exigido nada, siento que debo agradecerle de alguna manera, y es por eso que cada día le demuestro lo mucho que lo amo.

Termino de recoger un par de cosas y corro escaleras abajo escuchando las advertencias de los guardias, los ignoro y corro mas fuerte, debo parecer una loca pero no me importa, solo quiero llegar a el, así que apresuro el paso saliendo del palacio. Afuera hay un montón de guardias recibiendo ordenes de papa mientras terminan de verificar que todo valla bien con las camionetas que nos llevaran a la pista privada.

Todos están firmes frente al Boss que parece muy enojado, esta mas que enojado, lo se, así que sin detener mi carrera me apresuro a llegar a el, a penas le da tiempo de reaccionar y sujetarme cuando me le lanzo encima, enrollando mis piernas en su estomago.

Le lleno la cara de besos.

- Te amo, te amo, te amo - repito tras cada beso.

Lo escucho reír, como también escucho algunas exclamaciones de sorpresa e incredulidad, los pasos de los guardias que venían con mis cosas y la voz de Irina.

- Oh dios mio, vienen los viejos rusos, bájate niña - me dice asustada.

No se que sucede, pero oigo el quejido de dolor que suelta la esclava principal.

- A la hija del Boss no se le habla, no se toca, no se mira y no se molesta - gruñe un guardia.

Me separo mirando a la mujer que se soba la nuca con una mueca de dolor.

EternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora