Aelia
Tres semanas después del accidente.
Estaba sentada mirando por la ventana de mi habitación, mirando a la nada, perdida en mis pensamientos. Acariciaba suavemente mi antebrazo, donde se encontraba una extraña cortada que no parecía haber sido causada por el accidente. La cicatriz era fina y alargada, como si hubiera sido hecha con un objeto afilado. Cerré los ojos y traté de recordar qué había sucedido exactamente ese día.
Recuerdo el estruendo del choque, el sonido de los cristales rompiéndose y el dolor punzante que recorrió mi cuerpo. Pero había algo más, una sensación de miedo y confusión que no podía explicar.
Mis sospechas comenzaron a crecer a medida que repasaba los momentos previos al choque en mi mente. Recordé la mirada inquietante de aquellos hombres en la cafetería, su atención constante hacia Penny y hacía mí. ¿Podría haber alguna conexión entre ellos?
Mis pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de un auto entrando a casa, papá estaba fuera esperando su encuentro. No es un auto conocido para mí, no suele venir nadie desconocido a casa. El hombre desconocido baja del auto, de espaldas a mí, mirando a su alrededor, definitivamente era la primera vez que venía. Papá va hasta él y le da un apretón de manos, quería verle la cara al desconocido, pero mi teléfono comenzó a vibrar en mi cama y fui por el.
Era una llamada de Owen, mi novio.
─ Hola cariño ─ le saludo al descolgar.
─ Hola hermosa, ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?
─ Mucho mejor por suerte, ¿tú? ¿Dónde estás? ─ volví a asomarme por la ventana, pero ya no estaban, entonces oigo la puerta de casa cerrarse.
─ Por ir a ver a mi padre. Estaba pensando que tal vez podríamos ir a cenar mañana, hay un restaurante que quiero visitar contigo.
─ Si, estaría bien.
─ Bien, pasaré por ti a las ocho. Te amo ─ temía oír esa palabra, me siento tan culpable cada vez que la oigo.
─ Papá me llama, adiós ─ corté el teléfono rápidamente.
Siempre que puedo evito responderle, se qué algún día tendría que decirle que no le amo, pero no soy capaz, no quiero lastimarle. sabía que estaba siendo injusta con él, pero no puedo forzar algo que realmente no siento. Si bien nos conocemos hace cinco años, y nos hicimos novios hace cuatro, no le amo, pero no quiere decir que no le quiera. Quiero lo mejor para él, y se que no soy yo.
Salgo de mi habitación para ir a mi segunda zona de confort de la casa, un cuarto que papá acondicionó para que yo instalará todos mis instrumentos de arte. Iba revisando los mensajes de mi celular, cuando escuche la voz de papá.
─ Ah, cielo, ahí estás. justo estaba por ir a buscarte─ papá tenía un look un poco descuidado, su pelo revuelto, su camisa de vestir mal puesta, y lucía cansado, al mirarlo a los ojos sabía que había algo que lo perturbaba.
─ ¿Pasa algo?
─ No, mi cielo, solo quiero presentarte a alguien.
Me guía hasta su oficina y al entrar parece estar vacía, papá se sienta en su escritorio, y detrás de mi escuche como la puerta se cerraba, al voltear, me encontré con una mirada intensa y penetrante, sus ojos verdes brillan con determinación.
─Aelia, él es Jhon Black, tu guardaespaldas.
A medida que Jhon se acerca, puedo sentir su presencia dominante y su aura de fortaleza. Su apretón de manos es firme y cálido, transmitiendo una sensación de seguridad. No pude sostenerle más la mirada, no voy a mentir, realmente intimidaba, con su altura, sus músculos.
─ ¿Por qué un guardaespaldas? ─ camino hasta estar frente a mi padre ─ ¿Estás metido en problemas papá? ¿por eso no has descansado bien? ─ la respuesta que obtengo es el silencio ─ Papá, por favor, habla conmigo, tal vez yo puedo ayudarte.
─ Todo está bien bebé, Jhon está aquí solo por precaución, te prometo que todo terminará pronto.
Conocía tan bien a mi padre, como la palma de mi mano, Benjamín Morgan no puede mentirme, cuando lo hace le tiembla la voz, como justo ahora.
─ ¿Son solo amenazas o quieren hacernos daño?
Papá se deja caer en su silla frotándose la sien, evadiendo mi mirada, ahí comprendí, que puede que el accidente en realidad lo planeo alguien, y que era muy posible que los hombres de la cafetería si me estaban siguiendo. Lleve mi mano a mi cortada en el brazo. Ellos me la hicieron, ¿pero por qué? ¿qué es lo que quieren?
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El Corazón de Aelia
ActionAelia Morgan, una talentosa artista de 25 años, se encuentra en una encrucijada después de un accidente automovilístico descubre que su vida corre peligro. Con un padre millonario que haría cualquier cosa para protegerla, se ve obligada a aceptar la...