Capitulo 3

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Amity

Estaba llorando por aquel amargo y trágico recuerdo que nunca olvidaré, pero también lo hacía por odio a mi vida, por odio a mi ¿Familia? ya ni siquiera sabía si debía llamarlos así.

Dicen que la familia es tu lugar seguro, es donde te brindan su cariño y amor, son las personas que estarán para ti en todo momento de tu vida, ya sean tristes o felices, son las personas en las que puedes confiar y recurrir en caso de ser necesario.

Entonces ¿Por qué mi familia no era así?

¿Por qué en lugar de amor me dan tristeza y soledad?

¿Acaso soy tan mala que no lo merezco?

Todas esas preguntas rondaban por mi cabeza y, aunque trataba de pensar en algo bonito y diferente simplemente no podía.

Al cabo de unas horas me quedé dormida, lo cuál agradezco que haya pasado.

Me desperté con el sonido de alguien abriendo la puerta, seguidamente de las palabras de mi hermano diciéndome que mis padres me esperaban para hablar.

Asentí y de inmediato subí a la oficina de mi padre.

Al llegar encontré a Odalia y Alador sentados detrás de un imponente escritorio, así que decidí acercarme y tomar asiento frente a ellos.

—¿Y bien Amity, supongo que ya te decidiste no es así? – habló Odalia con una arrogante sonrisa en su rostro.

—No tengo otra opción —declaré enojada

—Si, es verdad, pero no somos monstruos querida —dijo mi padre y me mostró una sonrisa desafiante— por lo que cambiaremos la orden.

—Eh, ¿a qué te refieres? —pregunté confusa

—Tu ya no serás la que los asesine, eso lo harán los profesionales, tu solo los llevarás a la residencia Noceda.

Sentí alivio al escuchar eso y acepté rápidamente para evitar que cambiaran de opinión.

Por supuesto, no es que estuviera de acuerdo en ser partícipe de un asesinato, pero al menos mi conciencia no estaría tan perturbada con todos los recuerdos de mí asesinando a esa familia.

La noche llegó y el trabajo fué realizado.

Siendo honesta, me sentí mal por esa familia.
Hace algún tiempo, los padres nos pidieron dinero debido a la enfermedad del hombre. Desafortunadamente, no pudieron pagar todo el préstamo y como resultado, ya no están.

Al cabo de una hora volví a casa y comenté como pasó todo, claro evité mencionar que pedí que no mataran a la hija de la familia.

Presente:

Luz es interrogada por la policía para encontrar a los responsables del acto delictivo.

El oficial, sosteniendo un cuaderno y un bolígrafo, le pregunta:
–Señorita Noceda, ¿puede contarnos cómo ocurrió todo?

—Estábamos bailando y divirtiéndonos cuando tres personas con atuendo negro irrumpieron en la habitación. Antes de que pudiéramos reaccionar, ellos comenzaron a atacarnos, todo fué muy rápido y sus movimientos muy bien calculados.

Luz tiene la vista perdida, está temblando y en su voz se oye la debilidad que siente en ese momento.

El oficial toma un momento para pensar y anotar la información en su cuaderno.

—Hemos descubierto que los señores Noceda solicitaron un préstamo a los millonarios Blight hace un tiempo y es probable que no lo hayan pagado en su totalidad.

La expresión de luz se vuelve a  un completo asombro, desesperada mira al oficial y pregunta:

—¿Cree que ellos pueden haber causado la muerte de mis padres?

"Es posible", responde el oficial, "de todas formas seguiremos investigando para descubrir la verdad detrás de lo que sucedió. Eso es todo, puede retirarse. Que tenga una buena tarde".

"Gracias, igualmente", contesta Luz saliendo de la habitación con los pensamientos muy perturbados.

Luz se encontraba en una encrucijada mientras regresaba a casa.
Con pocas opciones y sin familia a quien recurrir, rechazó la idea de ir a un orfanato.
En ese momento, se topó con una imagen de la familia Blight en una revista y una idea cruzó por su mente.

Decidió trabajar para ellos sin saber exactamente en qué ámbito o de qué manera, pero con el propósito de obtener dinero y acercarse más a su tan anhelada venganza.

Luz tomó la revista y leyó el titular "La familia Blight es considerada la familia más rica de la ciudad". Después de buscar en las páginas, encontró un número para solicitar entrevistas y hacer consultas. Sin pensarlo dos veces, marcó el número y una mujer contestó del otro lado de la línea.

—¿Buenos días, con quién tengo el gusto? —preguntó la mujer.

—Mi nombre es Luz y solicito una entrevista de trabajo–, respondió Luz.

—¿Una entrevista de trabajo?

—Si, sé que ustedes son una familia muy ocupada y estoy segura de que mis servicios le serán de mucha ayuda. Se lo garantizo, solo deme una oportunidad.

—Tiene razón, pero ¿Está usted segura de que quiere trabajar para nosotros? Supongo que debe entender y aceptar todas las reglas y consecuencias de lo que eso significa. ¿No es así?

—Sí, estoy segura, de verdad necesito el trabajo por lo que no hay problema con nada.

—De acuerdo, ¿qué trabajo desea en particular?–, cuestionó la mujer.

—Quiero ser la niñera de sus hijos. Tengo entendido que están en constante peligro y estrés debido a sus trabajos, y estoy segura de que mi apoyo les sería útil. Además, soy muy buena brindando ayuda —explicó Luz.

—Es verdad. Estos chicos pueden ser bastante molestos. Lo consideraré y le informaré si aceptamos su solicitud —respondió Odalia, pensando en las palabras de Luz.

Odalia y su esposo consideraron la propuesta de Luz y decidieron aceptarla. Después de tomar la decisión, llamaron a Luz para informarle:

"Buenas tardes señorita Luz."

"Hola, ¿en qué puedo ayudarles?"

"Queríamos informarle que aceptamos su solicitud y que puede venir para una entrevista mañana."

Al escuchar esto, una sonrisa maliciosa se formó en el rostro de la ojimarron, quien respondió triunfante:

"Me alegra mucho escuchar eso. Estaré allí a las 8:00 en punto de la mañana."

Al día siguiente, Luz se vistió con un traje elegante y formal para su entrevista.

Una vez que llegó a la mansión, quedó impresionada por su enorme tamaño y la admiró por un momento antes de tocar el timbre. Sin duda cuando creyó que la mansión sería grande se quedó corta al ver que en realidad era inmensa.

Poco después la puerta se abrió, Luz caminó por el jardín hasta la entrada principal.

Al llamar dos veces a la puerta, un mayordomo la recibió y la llevó a la oficina de los señores Blight.

Buenos días, Luz —saludó el señor Blight.—Por favor, toma asiento y cuéntanos cuáles son tus propuestas.





Amor que duele [Lumity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora