Antes de empezar les aclaro que este capítulo será contado desde la perspectiva de Susi. Sin más que decir disfruten el capítulo.
Respiré hondo, estaba parada frente a la puerta de su habitación, la habitación de mi pequeño hermanito. Siempre pensé que había hecho lo correcto, pero después de verle sufrir la pérdida de su primera amiga desde su accidente, comprendí lo equivocada que estaba. No estuve para él, no podía decirle que llorara en mis brazos, los brazos de su hermana. No pude decirle que todo estaba bien porque yo estaba allí. No pude hacer nada por él.
Abrí la puerta lentamente, tenía miedo de lo que sucediera allí, ¿qué diría? ¿qué responderá? ¿me odiará?, eran preguntas que me hacía mientras pasaba por el umbral de la puerta. Allí justo frente mío se encontraba él, sentado en su cama de hospital esperando las respuestas que tanto se había esforzado por conseguir, y las cuales yo tenía.
—Muy bien, te contaré todo así que escucha por favor —dije mientras me sentaba en el borde de su cama.
Sus ojos se veían igual que la última vez que nos vimos, lucía cansado y triste a la vez que confundido, siempre tuve buen ojo para ver a través de él, o al menos en el pasado, cuando aún vivíamos juntos. Personalmente me sorprendió que conservara esa cualidad, a pesar de los años en que estuvimos separados, seguía siendo su hermana mayor.
—Hace casi ocho años que pasó. Vivíamos en una casa como cualquier familia, nuestra madre, nuestro padre, tú y yo; puede que lo olvidaras, pero durante ese tiempo eras muy apegado a mí, siempre decías que querías ir conmigo cuando salía con mis amigas y en casa te la pasabas en mi cuarto.
A medida que recordaba los momentos felices que vivíamos, unas lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas. Se me hizo imposible seguir con la historia así que limpié mis lágrimas y respiré hondo para poder continuar mi relato.
—Un día discutí muy fuerte con nuestros padres, en realidad las cosas habían estado tensas entre nosotros desde hacía semanas, pero ese día fue la gota que rebasó el vaso. No vale la pena recordar el motivo, pero lo que debes saber es que ya no podía seguir viviendo allí, por lo que me fui en cuanto alcancé la mayoría de edad, tú me suplicaste que no me fuera, pero yo... ya me había decidido.
Mientras le contaba eso, Max puso una expresión diferente en su rostro, parecía saber de lo que estaba hablando. Ahora que recuerdo él había dicho que tenía sueños muy reales, casi como recuerdo. Tal vez recordó ese momento, de todos los posibles recuerdos de mí, tuvo que recordar nuestra despedida, «que cruel puede ser la mente» pensé.
Pude sentir una calidez en mi mano mientras pensaba, era él, que había tomado mi mano para ver si me encontraba bien. Sus ojos demostraban una auténtica amabilidad y preocupación por mí, todos estos años y seguía siendo el mismo niño amable de antaño. En ese momento recordé por un instante una de las discusiones que había tenido con mi padre, y Max, que no le gustaba verme triste, se quedó conmigo mientras lloraba en silencio en mi cuarto para hacerme compañía.
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El misterio de Luna
Teen FictionMax lo perdió todo debido a su accidente, sus padres, su antigua vida y sus recuerdos. Ahora, incapaz de reconocer el mundo que lo rodea, él será la única esperanza para resolver los misterios que rodean a la joven Luna. Junto a ella buscará alguna...