Capítulo 23

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Mientras caminaba por los pasillos poco concurridos del hospital, una voz me llamó por la zona del patio, era la misteriosa señora que estaba sentada en la misma banca que en otras ocasiones. Me dirigí hacia allí casi de inmediato, la mujer al ver mi entusiasmo me sonrió mientras me apartaba un lugar a su lado.

—¿Levantado tan temprano?, ¿acaso buscabas a alguien? —preguntó.

—A usted, em... —me di cuenta que nunca le pregunté su nombre.

—Me llamo Alba —dijo sonriendo.

—Señora Alba, ¿puedo hacerle una pregunta?

—Adelante muchacho.

—Lo que dijo ayer... ¿Qué significaba que ya no necesitaba ver a Luna?

La misteriosa mujer me miró con una expresión de sorpresa, parecía interesada por lo que le pregunté, casi como si hubiera descubierto algo. Confundido miré otra vez en dirección a Alba y le pregunté.

—¿Por qué he podido ver a Luna todo este tiempo?

—Bueno, eso es lo que tú llamarías un milagro.

—¿Y usted cómo lo llamaría?

—Un favor de un desconocido, creo —dijo guiñándome un ojo e indicando que no me diría más.

—¿Quién es usted realmente? —pregunté desconcertado.

—Bueno, primero deja que te cuente una historia —dijo.

No sabía por qué le pregunté eso tan de repente, pero era una sensación que me intrigaba, ¿quién era realmente ella?, ¿cómo sabía tantas cosas de nosotros? y ¿cómo podía ayudarnos? La mujer comenzó a hablar.

—Bueno, hace mucho tiempo un joven un poco más grande que tú conoció a una misteriosa mujer que vivía en un lugar muy lejano. La mujer tenía misteriosas habilidades, pero quiso dejar todo por el joven que acababa de conocer. Pero ella no podía abandonar su tierra natal y su pueblo, por lo que se marchó del lado del muchacho.

No sin antes dejarle un maravilloso regalo, una niña nacida de la unión entre ellos, ella dotada con poderes creció con su padre y vivió una feliz vida. Pero un día su padre enfermó, por lo que la hija desesperada deseó con sus fuerzas que él se mejorará bajo cualquier costo.

Esa noche una mujer llegó para llevarse a su padre argumentando que ella lo sanaría, pero no podrían verse en mucho tiempo; la joven con lágrimas en sus ojos aceptó y la misteriosa mujer se llevó a su padre. Pero antes de irse la mujer se reveló como la madre de la joven, y acercándose a su hermosa hija le dijo que no se preocupara, que llegado el momento los tres volverían a estar juntos y felices. Entonces la mujer partió dejando a su hija a la espera de que volvieran a estar juntos.

—Wow, ¿es una historia real? —pregunté escéptico ante el relato de la misteriosa mujer que contemplaba el cielo azul encima de nosotros.

—No lo sé, es tan real como lo creas —dijo sonriendo.

Me quedé pensativo sobre la respuesta vaga que me dio la señora Alba, un pensamiento recorrió mi mente ¿acaso ella era la hija de esa historia? No importaba como, no parecía real, pero eso no importaba mucho en realidad, solo quería salvar a Luna.

La mujer al ver mis profundos pensamientos decidió volver a hablar.

—En cuanto a lo que deberías hacer con tu amiga, te lo diré.

La mujer se acercó a mí y me susurró los pasos al oído.

—Esta noche, a la luz de la luna llena dile algo que la motive a volver a su cuerpo, algo que haga que desee con todas sus fuerzas volver a su antiguo yo.

El misterio de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora