Capítulo 25

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En ese momento supe que todo se había perdido, si ella no me reconocía que sentido tuvo todo esto, una respuesta se escuchó en mi cabeza, «fue por ella, para que pudiera vivir lo que no podía». Tenía razón, pero aun así solo deseaba que ella dijera mi nombre y me abrazara.

No recuerdo muy bien lo que sucedió después de ese día, solo sé que terminé de nuevo en mi cuarto, solo y con el corazón roto. Susi vino a verme después de eso y se quedó conmigo todo el tiempo. Me dijo que había sido transferida a la sala donde estaba Luna, como si el destino no tuviera suficiente.

Los días siguientes tratamos de ver si Luna podía reconocerme, pero en cuanto lo intentaba ella comenzaba a sufrir dolores de cabeza, sabía lo que eran porque yo los tuve. Hablé con Angelica, y decidimos no intentarlo más, no era justo para ella, lo mejor era no forzar las cosas, al principio ella se mostró dudosa de mi elección, supongo que sabía lo duro que era para mí, pero al final terminó accediendo.

Las semanas pasaron y apenas tuve contacto con ella, pero en cada ocasión era notorio que Luna no podía recordarme en absoluto y me trataba como cualquier otra persona. Yo por otro lado sufría con cada encuentro en que la veía, en varias ocasiones me fui rápido para que no se notaran mis lágrimas de tristeza. Supuse qué así era el amor, algo hermoso cuando era correspondido y algo desgarrador cuando no.

Y así dos meses pasaron, se acercaba la fecha del festival de la Luna, una celebración basada en una leyenda del lugar, y Susi me dijo que habría una pequeña fiesta en el hospital, casi como un baile. Honestamente no encontraba razones para hacerlo en un hospital, pero según ella y Marcus era una tradición y ayudaba a la moral de los pacientes.

—Y listo —dijo una entusiasmada Susi mientras terminaba de firmar unos papeles.

—Ahora soy oficialmente tu tutora —agregó orgullosa de su nuevo cargo.

Marcus, Amelia, yo e incluso Ramona aplaudimos para festejar que por fin Susi sería mi tutora oficial y podría irme a vivir con ella.

—Todo correcto, iré a entregarlos de inmediato —dijo Ramona recibiendo los papeles de Susi y mientras salía de la habitación acompañada de Marcus y Amelia.

—Entonces, ¿cuánto tiempo más debo quedarme aquí? —pregunté.

—Una semana más y te daremos el alta el jueves por la mañana, de esa forma podrás ir a la fiesta y...

Ella se detuvo unos segundos, dudando de si seguir la frase.

—¿Realmente estás bien con esto?, es decir ella...

—Lo estoy, de verdad —dije cortantemente.

—Yo también creo que estás equivocado en eso —dijo Angelica apareciendo de repente, y desde la puerta acercándose a nosotros agregó. —Por cierto, felicidades.

—Gracias —respondí cortésmente.

—De nada, y con respecto a mi hermana, ella no es tonta, hace tiempo que sabe que ustedes dos tienen un pasado, pero si no hablan sinceramente entre ustedes.

—Lo sé, pero...

—Mira Max, yo pude reconciliarme con ella gracias a ti, y sí, puede que antes pensara que eras un chico bastante extraño, por tropezar conmigo en dos ocasiones, tus desmayos constantes y falta de memoria, tu pasado trágico con mi hermana...

—Por favor no me halagues tanto —dije con sarcasmo.

—Pero con el tiempo pude ver como eres en verdad, y sé lo que sientes por Lu, pero ella no se merece que ignores sus sentimientos, ni tu tampoco. —dijo mientras me miraba a los ojos y agregó —Los sentimientos valen la pena Max.

El misterio de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora