El Hijo De Dragones

Capítulo 19: Espía

—Niño—Eret había ido al establo para buscar a Ketill, estaba preocupado que ya no ha ido a casa—La casa es un desorden, te necesitamos ahí.

Ketill se encontraba sobre uno de los dragones agarrando un cepillo pues los estaba limpiando—No pienso ir hasta que saques a la mujer de ahí—Dijo el chico.

—Ketill, entiende que esa mujer es ahora mi esposa, y es tu madre—Dijo Eret.

—Mi madre se llama Vaertid—Dijo Ketill.

—Niño, tu madre ya no está... Vaer ya no está—Dijo Eret con una voz apagada.

—¿Qué paso con lo de que nunca la cambiarias?—Preguntó el joven.

—Eso quedo ya pasó...

—Ah ya, está bien—Dijo enojado—Entonces si eso quedo en el pasado yo ya no soy tu hijo—Ketill tomo la cubeta con la que limpiaba y la dejo en su lugar, para entonces dirigirse a la puerta.

—¡Espera Ketill!—Exclamo el hombre—¡Al menos dale una oportunidad!—Sin decir nada más Ketill se había marchado del lugar.

—Si tan solo hubiera tenido más tiempo—Ketill fue al lago cerca del establo al costado de unas granjas con sembradíos, estaba recostado en la orilla observando el cielo—Si pudiera saltar en el tiempo...

—¿De que estas hablando? Greñudo—Zephyr lo estaba observando a unos pocos metros.

—No sé—Dijo Ketill reaccionando inmediatamente.

Zephyr se sentó a su lado y le pregunto—Estabas hablando del tiempo ¿Por qué hablar de algo tan... irrelevante?

—¿"Irrelevante"?—Pregunto el joven.

—La Luna y el Sol dan vueltas todos los días—Dijo Zephyr—No importa lo que hagas siempre avanzan y pues... ¿Qué más da lo que pase hoy o mañana? No es como que puedas cambiar algo para remediarlo.

—¿Te refieres a que como el pasado no se puede cambiar, no importa?

—Exacto...—Zephyr sacó el cuchillo que había tomado de Ketill y le dijo—Las personas olvidan y si no fuera por esto seguro ni me recordarías lo que acordamos.

—Ojalá olvidar lo que quisiera.

—Te refieres a que quieres olvidar nuestro trato—Preguntó Zephyr.

—No, no, eso...—Ketill recordó lo que le había dicho Elin hace poco—Bueno... ¿Por qué no me dijiste que querías aprender a cocinar?

—Te quise preguntar desde que fuimos al Bosque Rojo pero viendo tu reacción desinteresada me di cuenta de que no me ibas a ayudar.

—No creí que pensaras que hablaba enserio—Ketill se agacho un poco, estaba pensativo—¿Por eso ya no vienes tanto como antes?

Zephyr comenzó a explicar—Bueno también es porque pensé que estarías en tu casa, pero desde hace días que voy siempre me dicen que no estas, ni siquiera en las noches a la hora que preparas la cena.

—Bueno es que... No quiero volver—Confesó Ketill.

—Lo suponía—La chica sacó de su bolsa una botella de miel de un tamaño considerable, la destapo y comenzó a tomar miel con su dedo.

—¿De dónde sacaste eso?

—De tu casa, una vez que fui una mujer me atendió y pues... Me dijo que podía llevarme la botella porque a nadie de la casa le gustaba tanto la miel como para tener una botella de este tamaño y que era mejor que me lo llevara si tanto quería.

—Si bueno... era obvio—Ketill recordaba que esa botella la había comprado para las comidas de Zephyr ya que ella constantemente se terminaba la miel de su casa.