Capítulo 11: Bosque olor a sangre

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—¡ALF!—Exclamo el joven Hennar «¡No puede ser, acaba... acaba de comerse a Alf!» —¡Bestia, lamentaras haber comido a mi amigo!—Le exclamo el joven al dragón rojo, este lo observo por unos breves momentos, al ver que estaba prácticamente desarmado el dragón se lanzó hacia el joven.

La lucha era rápida, era simplemente ver quien aguantaba más tiempo esquivando, Hennar tomo la espada de su amigo para tener alguna oportunidad de defenderse, del mismo modo, el dragón era de pies rápidos, no se le podía hacer daño alguno por su velocidad.

—¡Te matare!—Exclamaba el joven mientras atacaba al dragón. La bestia lo veía desde arriba, casi como si sintiera tener la ventaja—¡Ayúdenme!—Le exclamo Hennar a sus compañeros—¡Ayúdenme a asesinar a este bastardo!

Los compañeros lo miraban desde lejos, no tenían expectativas de ganarle, al fin y al cabo, solo eran novatos en cuanto a la pelea, además de inexpertos contra los dragones.

—Debemos ayudarlo—Dijo Nilsa.

—No, no tenemos experiencia—Dijo Ran—Seria arriesgarnos a morir todos juntos.

—Es verdad—Dijo Boden—No sabemos cómo pelear contra dragones.

—¡¿QUÉ PASA?!—Exclamo Hennar mientras peleaba—¡Vamos a matar al asesino de nuestro amigo!

De pronto Hennar logro asestar un golpe en una de las piernas del dragón, este se sorprendió y comenzó a moverse más, acababan de hacerle daño por lo que podría llegar a correr peligro

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De pronto Hennar logro asestar un golpe en una de las piernas del dragón, este se sorprendió y comenzó a moverse más, acababan de hacerle daño por lo que podría llegar a correr peligro.

En ese momento el dragón saco un líquido naranja de la boca y lo lanzo hacia Hennar, lo dejo pegado al piso, era ámbar, estaba caliente aún. El joven intento salir del ámbar, entonces el dragón se comenzó a acercar, pero cuando ya tenía a Hennar a unos pasos de pronto se detuvo y empezó a temblar la cabeza mientras gruñía, se echó hacía atrás y retrocedió, se dio la vuelta y se fue al bosque corriendo.

—¡NO, VUELVE!—Exclamo Hennar enojado, este sin más que hacer, con los pies llenos de ámbar, se inclinó mirando al piso—Vuelve—Tenia impotencia, no pudo matar a la bestia que devoro a su amigo—Alf.

Minutos más tarde, los compañeros consiguieron hacer fuego y se pusieron a quemar el ámbar para que Hennar pudiera salir.

—Son unos inútiles—Dijo Hennar mientras lo estaban sacando del ámbar.

—¿Cómo?

Hennar dijo—No me ayudaron para matar a ese dragón... Si me hubieran ayudado... Tal vez Alf aún podría estar vivo. Podríamos haberlo matado y abierto su estómago.

—Lo dudo—Respondió Ran que estaba sentada observando hacia el bosque—Lo más probable es que nos hubiera matado a todos.

—¡Pero viste que logre hacerle daño!—Dijo Hennar.

El Hijo De DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora