"Dicen que en esta época él Sol comienza a morir... La verdad... Yo lo veo más brillante"
Ketill Eretson es un chico pequeño y débil, que vive en una aldea al norte del mundo junto con vikingos, su propio lo ha llevado a tener un desinterés por casi...
"Es imposible ser como eres, en tanto exista quien vea las cosas de las que no tenías elección siempre habrás de actuar como ellos esperan"
-¡Tenemos al heredero de Berk!-Apenas nació Nuffink, el hermano menor de Zephyr, hicieron una celebración, al ser un varón, por tradición, tenía que ser el siguiente líder del pueblo, por lo que desde ese día su camino ya estaba decidido. Zephyr no pensaba mucho en eso, al final en ese entonces solo era una niña, no le importaba quien fuera el líder ni lo que fuera a hacer en un futuro.
Hipo solía contarles sus historias de él y su esposa de cuando eran jóvenes, eran historias emocionantes, hablaban de varias peleas y en cierto modo, el cómo las narraban y describían los sucesos de una forma tan fantasiosa hizo que Zephyr dudara de sus palabras, en especial porque hablaban de dragones, cosa que ella nunca creyó ya que, al igual que los dioses y otros seres mitológicos, nunca se presentaron ante las personas.
Y no ayudaba que el único argumento de sus padres para explicar que los dragones ya no estaban ahí era que se habían ido a ocultar-¿Y si son tan poderosos porque se tienen que esconder?-Cuestionó Zephyr, en ese momento ella tenía solo 5 años.
-El poder de los dragones no es absoluto-Explicaba Hipo-Cada vez las personas sabían cómo matarlos más fácilmente... Es por eso por lo que siempre tenían que vivir causando miedo a las personas.
-¿Y porque no los protegimos aquí?-Pregunto Nuffink.
-Siempre que la mayor cantidad de dragones este reunida en una sola isla siempre estaremos en la mira de todos, por lo que es un peligro para nosotros tenerlos juntos en un mismo sitio.
A pesar de como Hipo elogiaba cada aspecto de los dragones, Zephyr nunca había estado convencida, en cierto modo, ella los tomaba como una fantasía, aun así, se convenció de una cosa «Si existen tales criaturas... Es imposible que sean dóciles»
Se podría decir que Zephyr tuvo una buena infancia, siempre le daban de comer lo que le gustara, no tenía que estar haciendo trabajo en ningún taller ni en ningún campo. Se podría decir que no tenía ninguna restricción.
Al mismo tiempo a los hijos de Hipo se les hacía extraño que cada cierto tiempo su padre se desapareciera durante una noche y regresaba hasta la noche siguiente. El simplemente les contaba que no podía decirles, que eran viajes personales.
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-Pero Hipo, solo nosotros sabemos dónde están los dragones-Eret estaba discutiendo con Hipo en el Gran Salón, en una mesa apartada del resto-Si los buscamos y volvemos a usar podremos elevar el poder del pueblo.
-No-Dijo rotundamente-No buscaremos a los dragones-Dijo Hipo.
-Pero entonces nuestro pueblo...
-Berk puede sustentarse sin dragones-Dijo Hipo-Así era antes y podremos darnos abastos, créeme.