Capítulo III

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Último año

Había pasado un mes y unas cuantas semanas desde que volví a Hogwarts, en algunos días llegaban las escuelas visitantes para el Torneo. Lástima que no pudiera estar presente, justo el 28 de octubre el Ministerio solicitó mi presencia para firmar algunos documentos para luego enviarnos a Gringotts a que tomaran algunas muestras de mi sangre, querían comprobar que tuviera sangre Black y Rowle, por supuesto, mi abuelo se enfureció bastante y de no ser porque las bóvedas se encontraban aquí en Inglaterra no hubiera dudado en hacer todo el papeleo en Francia pues según el nada de estas descortesías pasarían allá, no dudo de que fuera así bastante claro me lo dejó alegando siempre que el Ministerio Británico no es más que incompetente.

Salgo de mis pensamientos por un resoplido. -Es la cuarta vez que haces eso Theo, no será el fin del mundo si me voy por tres días-.

-No lo entiendes Eli. Con quien criticare el pelo de Snape, quién se reira de mis chistes, Daphne tiene un pésimo sentido del humor- Habló dramáticamente.

-Para que lo sepas Theodore mi sentido del humor es perfecto, tu intelecto es tan bajo que no lo comprendes-.

Antes de que empezarán una discusión por saber quién tenia mejor humor los interrumpí. -Tengo que irme chicos nos vemos en tres días-. A cada uno le di un abrazo y saliendo de la sala común me topé con Draco y sus compinches, asintió con su cabeza hacia mí y con mi rostro neutral se lo devolví para luego seguir mi camino hacia la oficina de Dumbledore.

Dos días despues me encontraba en el Ministerio con mi abuelo, quién no estaba tan feliz, cuando llegamos estaba sorprendentemente relajado pero luego de dos horas ya se encontraba refunfuñando y diciéndole a los funcionarios del ministerio que en Francia hacer este proceso solo hubiera tomado minutos.

Cuando por fin terminamos con el papeleo del ministerio nos dirigimos hacia Gringotts, mi abuelo confiaba en que los duendes serían más competentes a la hora de atendernos. No se equivocó, no tomo mucho tiempo para que estuviéramos en un pequeño cuarto con un duende esperando a que aparecieran los resultados de las muestras de sangre que tomaron.

Un pequeño carraspeó llamo mi atención, era el duende que nos miraba fijamente. -A continuación procederé a leer los resultados-.

Mía Elizabeth Black Rowle

Fecha de nacimiento: 18 de julio de 1977

Edad: 17 años

Estado: Soltera

Padre: Regulus Arcturus Black

Madre: Elizabeth Amalia Rowle

Títulos

Heredera de la noble y antigua casa Black

Heredera de la noble y ancestral casa Rowle

Heredera de la noble y ancestral casa Dubois

Heredera de la noble casa Black-Rowle

Cámaras en Gringotts

Cámara Black 46

Cámara Rowle 23

Cámara Black-Rowle 34

-Eso sin mencionar, las cámaras que dejaron sus padres para usted pero al ser individuales no aparecen aquí, sobra decir que al ya tener la mayoría de edad puede venir a retirar cuando quiera, para las cámaras individuales solo de su nombre completo e inmediatamente la llevarán a ellas. Una última cosa, al ser heredera de la casa Dubois tendrá que ir a Francia pues haya se encuentra no solo la bóveda sino también una cámara individual que me dijeron dejó su abuela para usted-.

Miro a mi abuelo que tiene una sonrisa satisfecha en el rostro pero yo aún no me puedo creer que mi abuela me haya heredado todo, siempre me dijo que nunca me faltaría nada pero no pensé que se refería a esto.

-Agradezco su rápida colaboración, espero poder contar con sus servicios otra vez-. Dice mi abuelo estrechándole la mano al duende.

Horas más tarde me encontraba en el recibidor esperando a que mi abuelo bajase para que me llevará de regreso a Hogwarts, siento una mano en mi hombro y girándome me encuentro con la sonrisa de mi abuelo quién trae una pequeña caja consigo.

-Cuando te dije que no podría acompañarte a que tomarás el tren tu primer día regreso a Hogwarts, te mencioné que necesitaba ocuparme de unos asuntos en Francia y la verdad era que debía ir a reclamar el anillo familiar de los Dubois. Antes de que tu abuela muriera me encargó que te lo entregará cuando cumplieras la mayoría de edad pero dado que teníamos pendiente el papeleo con el Ministerio decidí esperar a que todo estuviera en orden, hoy estoy cumpliendo su palabra y te lo entregó-.

Con eso me deja en mi mano un anillo dorado con suaves tonos azules, en el centro veo su característico escudo y en el con letras cursivas el apellido Dubois.

-Dado que ya tienes el anillo de los Rowle que mejor que combinarlo con el de los Dubois-. Dijo con una sonrisa. Rápidamente tire de él y lo abracé dándole a saber cuan agradecida estaba.

En un abrir y cerrar de ojos me encontraba saliendo de la oficina de Dumbledore rumbo a la sala común de Slytherin, ponerme mi uniforme y dirigirme al Gran Comedor pues ya era hora del desayuno.

Al entrar al Gran Comedor no se dieron a esperar los susurros y las típicas  miradas de envidia, lujuria, admiración o enojo. Ya tendría que estar acostumbrada pues desde que llegué a Hogwarts es así pero aún me hacían sentir un poco incómoda y la única manera de ocultarlo era poniendo una cara sería y mirada fría pero gracias a eso me empezaron a llamar “La chica fría de Slytherin”, nombre poco original si me lo preguntan, al sentarme saludo a mis amigos y nos ponemos al día.

-Vaya, los susurros son más abundantes hoy-.

-Era de esperarse Theo, tal parece que habían rumores de que Mía recibiría los anillos familiares y hoy lo confirmó todos están viendo su mano-. Habla Daphne con diversión.

Me desconecto de su charla cuando siento una mirada en mi, no es como las demás, está es diferente. Levantó la vista y mis ojos se encuentran con unos azules que inmediatamente me quitan el aliento, no sé cuánto tiempo estuvimos así cuando una mano obstruye mi campo de visión.

-Vamos Mía tenemos transformaciones, te quedaste embelesada mirando algo, que era-

-O quien era. Querida Daphne nuestra pequeña Mía, estaba intercambiando miradas con Fleur Delacour- Dice Theo pícaramente.

-¿Quién?-

-Oh claro, te perdiste la llegada de las escuelas. Verás, con quién intercambiabas miradas tan intensamente era Fleur Delacour, campeona de Beauxbatons. Deseada por algunas chicas y media población masculina de Hogwarts y Durmstrang-.

-Lleva tan solo tres días aquí y ya la tachan de “Reina de hielo”, tiene carácter fuerte, sin mencionar que parece que no está muy contenta con el clima- Ante esto último no pude evitar soltar una risita.

-Y cómo sabes que no está contenta con el clima Theo- Digo divertida

-El primer día llegaron con un uniforme nada acto para época de invierno, sus cuerpos tiritaban y la señorita Delacour fue la primera en hacernos saber que el clima en pocas palabras era una completa mierda. Pero dejando eso de lado, ¿también eres otra de sus fans?-.

-Muy gracioso Theodore, apenas y se quién es y eso gracias a ti-.

-Solo digo, te veías muy interesada en ese pequeño concurso de miradas. No me molestaría ser tío de pequeños francesitos-.

Antes de que pudiera responderle Daphne nos interrumpió, diciendo que estábamos apunto de llegar al salón, ocupamos nuestro lugares habituales, la profesora McGonagall llegó minutos después y no pude evitar pensar en aquella rubia de ojos tan azules como el cielo.

Mon étoileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora