2.5

105 7 3
                                    

/////////////4 meses/////////////

Finalmente habían decidido buscar otra casa más grande y cerca de un colegio y guardería. No los pillaba muy lejos de los supermercados, era una casa espaciosa y de dos pisos, tres si contabas el sótano. Tenía un jardín grande con una piscina aún vacía que también era bastante grande. La rubia estaba encantada con la casa al igual que el rubio y decidieron quedársela desde que la vieron.

Estaban preparando la mudanza, Toga quería ayudar a llevar las cosas a la casa pero Bakugo le prohibía hacerlo. Había llamado a Kirishima para que le ayudase para acabar más rápido y que la rubia no tuviese que hacer nada. Colocaron las cosas que necesitasen colocar y poco a poco pensaron en ir comprando el resto. Lo primero que compraron fue la cama para ellos, eligieron la habitación más grande y allí colocaron la cama, su armario y todo lo que necesitasen.

Viendo que el embarazo de la rubia iba bien decidieron también comprar las cunas y algunos adornos para las habitaciones de los niños. Bakugo se fue a trabajar después de haber comprado algunas cosas más junto a Kirishima. Fueron en el coche del pelirrojo lo que le dió una idea al rubio de hacerse el permiso de conducir. Mientras Bakugo trabajaba la rubia estuvo pensando en algunas ideas de que podían hacer con el sótano y sólo hizo lo que Bakugo le había pedido mientras lo pensaba, llenar la piscina. Había conectado la manguera al grifo que había en el jardín y la puso en la piscina para llenarla.

Esperó sentada en una silla mientras usaba su móvil y estuvo allí casi toda la tarde, no hacía ni frío ni calor y el sol no molestaba apenas. Se levantó de la silla para ver cómo iba la piscina y no iba ni por la mitad. Suspiró y el timbre sonó. Entró para abrir la puerta y un chico castaño de unos 20 años la miró.

—¿Eres la nueva vecina?
—Ah, si
—¿Tu no eras villana?
—Si, así es
—¡Flipa! ¡No estoy en contra de los héroes pero los villanos de esta ciudad son de admirar!

La rubia se sorprendió y apartó la mirada.

—¿Himiko Toga cierto?
—Si...
—Es un orgullo conocerte, siempre me interesó tu historia, cada villano arrastra una historia y es algo que me intriga mucho, no te preguntaré para no incomodarte
—Gracias
—¿Me firmarías un autógrafo?
—Emm... Estaba algo ocupada
—Ah, lo he escuchado, estabas llenando la piscina

La rubia se sorprendió de nuevo y sonrió levemente algo incomoda.

—Si...
—No te obligaré a firmarme
—Bueno...
—Ah, a lo que yo venía, ¿tienes algo de harina? Estaba pensando en preparar empanadillas para la cena y se me olvidó comprar harina para la masa
—Pues... No lo sé, si me esperas un momento lo miro

El chico asintió y la rubia fue a la cocina dejando la puerta entre abierta. Mientras buscaba escuchó el leve chirrido de la puerta y los pasos silenciosos entrar en la casa. La rubia se giró y ya estaba en la cocina mirándola.

—¿Te he dado permiso si quiera para entrar?—Preguntó la rubia frunciendo el ceño.
—No, lo siento, pero me das mucha curiosidad...
—Ya, pues no entres sin permiso

El chico asintió y la rubia agarró la bolsa de harina.

—Ahí tienes, cuando acabes me traes el resto
—Si, gracias

El chico agarró la harina y se fue cerrando la puerta y la rubia parpadeó confundida por lo que acababa de pasar. Trató de ignorarlo y volvió al jardín para vigilar y ver cómo iba la piscina, que seguía exactamente igual. Le iba a tocar esperar al menos hasta mañana que se llenase. Le dió más fuerza al agua para que se llenase antes y escuchó la puerta abrirse. Se giró a mirar y era el rubio que entraba quitándose sus guantes granada.

Secret Love pero... [BAKUTOGA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora