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Bakugo cumplió lo que prometió, se enteró de que habían rebajado su condena por buen comportamiento, lo que le alegró. Por fin la rubia le había hecho caso en algo y ese día había decidido verla. Hacía varios meses desde que Bakugo la visitó por primera vez y no había vuelto a hacerlo, estuvo muy ocupado con misiones y en cuanto tu o un momento lo aprovechó. Estaba caminando junto al guardia para llegar a la sala y Toga ya estaba al otro lado esperándolo. En cuanto lo vio entrar sonrió.

—¿Grabamos la conversación?—Preguntó el guardia.
—No—Respondió Bakugo.

El guardia asintió y se fue dejándolo solo.

—¿Que tal?—Preguntó Bakugo acercando la silla a la mesa.
—Hice lo que me dijiste, me rebajaron la condena—Repondió la rubia ilusionada.
—¿Cuanto te queda?
—Ocho años
—¿Cuanto te la han rebajado?
—Pues exactamente no lo sé, me habían puesto diez al principio, pero como empecé a ser... Bueno, mala, me subieron 20 años, creo que solo fue una amenaza
—Eso espero...
—¿Y tú? ¿Que tal?
—He tenido unos meses moviditos, había mucho trabajo y no pude hacer otra cosa que trabajar y dormir y a veces ni dormir...—Respondió el rubio jugando con una moneda que había sacado de su bolsillo.
—Oh...
—Ah, y por fin, me he mudado
—¿Que te has mudado?
—Si, he ganado bastante dinero este tiempo y he podido permitirme una casa, es pequeña, pero para mí solo está bien
—Me alegro de que llegases a donde querías—Dijo la rubia sonriendo.

Bakugo la miró y su sonrisa le daba paz.

—Yo... Yo no he llegado aún donde quería...—Añadió la rubia.
—¿Donde querías llegar?—Preguntó Bakugo.
—A vivir bien... Tener una buena vida, y fácil...—Respondió Toga apartando la mirada.
—Quizá puedas intentar buscar un trabajo cuando salgas
—¿Y quién va a quererme contratar? Todos me conocen ahora y en mi expediente aparecerá que estuve en Tártaros cuando salga... Si hubiera estado en una cárcel normal... Quizá, pero habiendo estado en una cárcel de máxima seguridad, nadie querrá acogerme

Bakugo apartó la mirada callado, sabía que tenía razón pero volvió a mirarla.

—Alguien querrá tenerte para trabajar
—Pues como no sea en agencias de sicarios...—Añadió la rubia.
—Que tontería
—Dynamight, se acabó el tiempo, porfavor, ya puede salir

Bakugo se levantó y la rubia también pero lo hizo rápidamente para luego lanzarse al cristal dando un golpe.

—Porfavor Katsuki... Dime una cosa... No me ha dejado dormir en este tiempo y necesito saberlo...
—¿El qué?—Preguntó Bakugo.

Toga iba a decírselo pero vio como el guardia lo esperaba fuera y no quería que el se enterase. Sólo apretó los labios y se alejó del cristal lentamente.

—Dejalo... Te lo diré la próxima vez...—Dijo esta.

Bakugo miró al guardia y este negó con la cabeza sabiendo que quería unos segundos más.

—Está bien...

Bakugo salió de la sala y Toga se quedó sentada en la silla algo desanimada. Se la llevaron esposada de nuevo y suspiró.

Años después, por fin el día había llegado, era el último día de condena de la rubia después de 8 años en Tártaros.

Estaba ansiosa por salir, estaba tomándose el desayuno que le habían traído y sonreía. Contaba el tiempo que le quedaba para salir y cada vez estaba más ansiosa. Llegó un guardia y abrió la puerta de su celda.

—Himiko Toga, hoy llego el día en que te liberan, pero para saber si eres apta para volver a la sociedad, necesitan hacerte unas pruebas—Dijo el hombre.

Secret Love pero... [BAKUTOGA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora