Protegiendo a Olivia

Capítulo 6

Las puertas del ascensor ni siquiera se tienen que abrir por completo para que pueda escuchar el desgarrador grito de Olivia, un grito que quedará por siempre en mi mente, un grito que manda a la mierda todo el enojo que sentía hacia ella

Corro a la habitación y la veo desplomada en el suelo, sus manos sujetando su cabeza como si no creyera lo que está pasando

—Piccola—me arrodillo a su lado sin pensarlo dos veces

—Me llamaron de la policía—solloza fuertemente, tratando de explicarme, sin tener idea de que yo ya se que ocurre—Lo mataron...

—Lo sé, fue el cártel—explicó tratando de abrazarla, en cambio ella levanta la mirada y me mira a través de sus ojos llorosos, sin dejar que me acerque.—Te juro que los haré pagar, Olivia

—¡Me importa una mierda la venganza!—grita, su voz quebrándose en el proceso.—¡Mi papá está muerto! ¡Se supone que iban a matarme a mi, no a él!

—Olivia...—intentó nuevamente acercarme a ella, no soy bueno con esto de los sentimientos y no se muy bien que hacer en este momento

—¡Tu no me hables! ¡Yo debería haber estado con él! ¡No debería haber estado aquí contigo por tu estúpida obsesión!—sus respiraciones son rápidas, pareciera que se va a ahogar con el mismo aire, sus manos comienzan a temblar y se aferran a su cabello con una fuerza que me preocupa que se haga daño

—Si hubieras estado allá, te hubieran matado a ti, esta fue la única manera de venganza que encontraron

Ya no dice nada, solo veo cómo su cuerpo comienza a tiritar de una manera preocupante y como el aire le falta, ¿que está pasando? ¿que mierda hago ahora?

—¿Olivia?—pregunto realmente preocupado, esto no es solo tristeza, no entiendo que está pasando y jamás me había importado alguien como aparentemente me importa ella.—¿Que te está ocurriendo?

Ahora si logro abrazarla, y su cuerpo tiritante se desploma contra el mío, lo primero que hago es sujetar sus manos para que deje de jalar su cabello y así no se lastime, puedo sentir que está sudando en frío

¡¿Que mierda le está pasando?!

—Ducha... enciende la ducha—apenas puedo escuchar lo que dice entre sus rápidas bocanadas de aire, pero apenas lo escucho, no me lo cuestiono ni un segundo y corro al baño a abrir el grifo

—¿Ahora que, principessa?—intentó un nuevo apodo en un intento de que quizás así me escuche con más atención, trata de decir algo pero no lo logra así que decido seguir mi instinto y cargarla al baño.—Todo va a estar bien

La siento sobre el lavabo y le saco la ropa con rapidez, sin observarla ni tocarla de más para que sepa que mi intención es simplemente ayudarla, verifico que el agua no esté muy caliente ni muy fría, y luego la dejo sobre la bañera que ha comenzado a llenarse

—Respira más lento, por favor mi principessa, podemos respirar al mismo tiempo—ni yo me reconozco, jamás había estado preocupado por alguien.—Inhala profundamente y exhala de igual manera, tú puedes

Hago que sujete ambas de mis manos, así asegurarme de que no se haga daño, muy lentamente comienza a regular su respiración y trato de ayudarla al hacerlo al mismo tiempo que ella

—Buena chica—la halagó, específicamente ese cumplido nunca me gusto en italiano así que me limito a decirlo así.—Lo estás haciendo perfecto