9

533 48 3
                                    

ALFONSO

Era una locura pero ya no podía negarlo más. Deseaba a Anahí Puente como no había deseado a ninguna mujer en toda mi vida. Y no tenía nada que ver con que fuese la hermana de Chris y estuviese prohibida porque, los segundos previos a saber que Anahí era quién era, la había deseado con igual intensidad. El problema ahora es que la conocía y había empezado no solo a desearla, sino que también estaba empezando a sentir algo por ella. No me daba miedo reconocerlo, no solía tener aventuras de una noche con mujeres y por eso me había jodido tanto la ruptura con Emma.

Había conocido a Emma en un bar y, aunque al principio no me había sentido atraído y simplemente me había hecho gracia, su forma de ser y sus comentarios habían conseguido que esa misma noche la acompañase a casa y me despidiese con un beso. Habíamos empezado a salir al mes y no nos habíamos separado desde entonces. Hasta que le había parecido buena idea reencontrarse a ella misma, dejándome de la noche a la mañana. Después había descubierto alguno de los mensajes de su ex novio en los que le decía que la echaba de menos y que le fuese a visitar.

— Poncho —me llamó Chris, sacándome de mis pensamientos.

— Si. Perdón, dime.

— ¿Qué tal me ves? —dijo, dándose una vuelta sobre si mismo— ¿La corbata es mucho?

— Desde luego, y el traje ¿vas al cine o a una boda?

— Te odio.

— Ponte una camisa y unos vaqueros. No le des tantas vueltas, no os vais a casar hoy mismo.

— Idiota.

Chris desapareció por el pasillo entre quejas, mientras que Anahí hacia su aparición, torturándome como siempre. Llevaba un vestido fino y corto que a lo mejor no era lo más apropiado para la época en la que estábamos pero mi vista y mi cuerpo se alegraba cada vez que se movía delante de mi.

— ¿Qué le pasa? —sonrió sentándose a mi lado en el sofá.

— Está nervioso por su cita.

— ¡Es verdad, es hoy! ¿Y tú?

— ¿Yo qué?

— ¿Estás nervioso?

— ¿Por su cita?

— Por la nuestra —volvió a sonreírme, seductora— ¿Has comprado condones?—susurró, inclinándose hacía mi y dejándome ver su generoso escote.

— S...si.

— Bien —se volvió a colocar bien y cambió de canal buscando algo con lo que entretenerse.

Había ido a comprar preservativos al día siguiente, en cuanto las tiendas habían empezado a abrir, pero eso no necesitaba saberlo. Chris apareció de nuevo en el salón luciendo, sin duda, mucho mejor que antes. Se paseó como si fuese una modelo frente a nosotros e hizo un par de giros mientras miraba de forma seductora al aire.

—Qué tal ahora.

— ¿Es que ibas peor antes? —atacó Annie, intentando esquivarle para poder seguir viendo la tele. Yo intenté no reírme pero al ver que no lo iba a conseguir miré hacia otro lado y me tapé la boca con la mano para intentar disimular un poco.

— Qué graciosa eres —se burló Chris, sacándole la lengua. Se querían con locura, de eso no había duda, pero adoraban hacerse rabiar él uno al otro y a mi me encantaba ser espectador.

— Antes llevaba corbata —exclamé, para que Annie pudiese entender.

Como si le hubiese dado las respuestas del universo, me miró con los ojos brillantes y muy abiertos y sonrió ampliamente antes de girarse con lentitud hasta su hermano de nuevo.

IrresistibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora