Irresistible

12

ANAHÍ

Me separé de Alfonso lo más rápido posible para intentar hablar pero mi hermano ni siquiera pensaba escucharme. Se abalanzó sobre Alfonso y ambos cayeron al suelo, dándose golpes entre un revuelto de piernas y brazos.

— ¡Parad!¡Parad los dos ahora mismo!¿Qué narices creéis que hacéis? —intenté separarles pero los dos eran mucho más grandes que yo y lo único que conseguí fue llevarme también un golpe en la mandíbula que me tiró al suelo— ¡Ay!¡Brutos! —me llevé la mano a la zona dolorida y ambos pararon en seco.

— ¿Estás bien? —preguntó Chris.

— ¡Cariño! —Poncho corrió a mi lado, colocando su mano sobre la mía mientras mi hermano lo asesinaba con la mirada— ¿Estás bien?

— ¡No!¡No estoy bien! No quiero verlos en un tiempo largo, ¿cuántos años tenéis?¿Cinco? Hablad las cosas como hombres, joder.

— Lo siento... —exclamaron los dos.

— Voy a ponerme hielo en la mandíbula —volví a acariciármela, dolorida. No sabía quién había sido pero vaya gancho—¡Hombres...! —chisté mientras salía. 

ALFONSO

El corazón me iba a mil. No porque Chris se hubiese enterado de lo nuestro, sino porque uno de los dos habíamos dado a Anahí y se había ido dolorida y enfadada con nosotros. Estupendo, ahora los dos Puente estaban enfadados.

— Hace cuanto —suspiró Chris restregándose los ojos con dos dedos de una mano, sacándome de mis pensamientos.

— Un tiempo.

— Cuanto.

— Casi dos meses —Chris miró al cielo, negando con la cabeza.

— ¿Lleváis dos meses riéndoos de mi? Os dije que no podía pasar nada entre vosotros, joder. ¡Es mi hermana!

— Al principio era un tonteo inocente, de verdad. Los dos intentamos que no pasara nada pero...

— ¿Es solo sexo?

— ¡NO! Jamás usaría así a tu hermana. Estoy enamorado de ella, es graciosa, preciosa, increíble y me encanta pasar tiempo con ella.

— ¿Qué siente ella?

— Hace poco me dijo que me quería —sonreí embobado, recordando cuando lo había hecho—. Así que creo que siente lo mismo.

— Joder —suspiró de nuevo.

— Sé que es difícil, lo sé. Pero no podemos luchar contra lo inevitable... Dime que lo entiendes... Por favor. He odiado mentirte todo este tiempo, de verdad. Pero no he podido ocultar lo que siento por Annie. No me pidas que lo oculte. No queríamos hacerte daño, y hubiésemos preferido que te enterases de otra manera...

— O que no me enterase, más bien.

— No puedo cambiar lo que he hecho. Pero no hubiese cambiado por nada del mundo lo vivido con tu hermana. Sabes que voy a cuidarla siempre, solo quiero lo mejor para ella. Quiero hacerla feliz. Sabes cómo soy, me conoces.

Podía leer todas sus emociones en su rostro. Enfado, decepción, miedo y algo que no sabía reconocer pero esperaba que fuese un poco de alegría por nosotros. Alborotó su pelo con ambas manos y después de suspirar por quinta vez, asintió y me miró.