LAGRIMAS DE MANGO || MILLOS 999

16. Verdades crueles

Millos 999

Mi compañero de Esgrima, Jack me había invitado de antro, yo tuve que aceptar para quitarme de encima a Elle, me tenía harto y me había estado insistiendo para que nos hiciéramos novios.
-Mira, esa chica es muy bonita- dice Jack para toda la mesa, todos nos giramos para ver de quién se trataba y me congele cuando me di cuenta que se trataba de Nath, se veía hermosa mientras bailaba en solitario en medio de la pista, aunque sentía tanto coraje hacia ella, no pude evitar sentir mariposas en mi estómago, con tan solo mirarla bailar.
Era como un imán el que sentía, simplemente yo no podía dejar de mirarla, estaba hechizado a pesar de que me había roto el corazón como nunca yo seguía enamorado, y me seguía doliendo tanto su traición que sentía que me ahogaba dentro de mi mismo.
Los celos me invadieron dentro de mi ya que un tipo imbecil le invitó un trago, ella no se había dado cuenta de que yo estaba ahí, mientras bebía de mi cuba yo solo veía como Nath y Cassie se divertían solas.

-¿Millos?, ¿Todo está bien?- yo no le puse atención.
-¡Ey!- después de que grito ahora si le puse atención.

-Mande, ¿Que que paso?- digo confundido

-Nada, todo... todo bien es solo que...- deje de hablar ya que vi que Nath tomo un cigarro y salió de la fiesta y aquel tipo la siguió.
-Espera, debo irme, dame unos segundos- me levanté y me fui para afuera.
Camine directo hacia donde seguramente estaría Nath, pero no la vi, seguí caminando y me di cuenta de que estaba en problemas y que mi mal presentimiento había sido cierto.

(...)

La cabeza me dolía un poco supuse que era por la espantosa resaca, así que abrí los ojos para levantarme al baño, pero me asusté porque no reconocía mi cuarto, fue ahí cuando me di cuenta de que no estaba en mi habitación, y rápidamente hice memoria para saber en dónde carajo estaba metido, la buena noticia era que estaba en el cuarto de Nath, era mejor que estar en el de Elle.
Mientras me agarraba la cabeza, Nath entró de repetente con una tabla con café y huevos revueltos, me había traído a la cama.
Mierda, pensé dentro de mi.

-¿Porque haces esa cara?- su ilusión de sorprenderme con el desayuno en la cama se terminó cuando me miro.
Dejo la charola en su tocador y se acerco a mi.
-¿Preferias hot cakes?
Yo solo suspire y me levante a buscar mi ropa que al parecer estaba tirada por todo el piso de su cuarto.

-Nath, lo de anoche no estuvo bien, fue un error y me disculpo, prometo que no se volverá a repetir- sus ojos se pusieron cristalinos y me estaba rompiendo el corazón.

-¿Que?- estaba a punto de llorar mientras yo me vestía.
-No puedo creer que te pongas a llorar después de lo que tu me hiciste a mi- digo mientras niego con mi cabeza.

-¡Yo no te he hecho nada, carajo!- dice gritando y después rompió en llanto.
Admito que se me rompió el corazón cuando la escuche llorar, no me atreví a mirarla a la cara, así que solo tome mis cosas y cuando estaba a punto de irme la mire de reojo.
-Tu sabes que fue lo que hiciste- solté de repente.
Ella se levantó rápido y me tomo del brazo.
-Te juro que no lo se- yo solo me solté despacio de ella y me aleje sin decirle una sola palabra, pues su mirada era de mucha sinceridad, pero no sabia si era buena fingiendo o tal vez estaba diciendo la verdad.
Volvi a casa con el corazón destrozado, había recordado lo mucho que amaba a Nath, y era lógico, no era un sentimiento que podía arrancar fácilmente o así como así nada más.
Llegue a mi casa y comencé a escuchar contingente de Junior H, todo el álbum me recordaba a ella pero, contingente en especial me recorfaba a ese sentimiento de Nath, me dolía, me dolia tanto que me había traicionado, porque el tan solo imaginar que su piel la toco otro hombre, y que ahora esta con el, me vuelve loco, se que soy un machista egoísta por pensar eso, pero me vuelvo loco.

Al día siguiente, me duche para ir a la escuela, había decidido por fin ir a la clase del amante de Nath, me senté lo más lejos posible de ella y de él estupido maestro, en toda la clase no dejaba de verla y de hacerle bromas estupidas, de tanta rabia que sentí, rompí el lápiz. Todos me miraron como si fuera un loco, pero Nath ni si quiera me miro, cosa que me pareció muy rara.

-Ramirez, ¿Todo bien?- dice el estupido maestro yo solo asentí, y me puse mi gorra.

El continuo, yo solo miraba el celular cada cinco minutos para verificar que ya se fuera a terminar su estupida y aburrida clase para yo poder irme a casa, cuando por fin quedaban cinco minutos el muy idiota se estaba desprendiendo.
-Ya pueden retirarse, Nath, tu quédate al final porfavor- me miro fijamente mientras lo decía y lo peor es que encima se estaba riendo discretamente mientras no dejaba de verme, yo solo tome mis cosas y cuando ya me iba como Nath se sentaba delante de mi, ella se me adelantó, ignorando por completo la petición del profesor, su sonrisa estupida se borro, me alegre un poco pero estaba desconcertado.
Así que la seguí, solo quería preguntarle si estaba bien.

-Nath- ella siguió caminando, sabía que me había escuchado, así que dejé que siguiera camiando tal vez ya no quería verme después de lo mal que me había portado con ella.
Suspire, y luego Hazz me sorprendió se veía muy preocupado.

-Emilio, Emilio, caímos en una estupida trampa del maestro y Elle- me confundí muchísimo al escuchar eso, no estaba entendiendo ni una sola palabra.

-¿Que dices?- conteste confundido.

-Digo que Nath nunca se metió con el maestro, ella realmente si se enamoró de ti...

Deje de escuchar, un pitido invadió mis oídos, había perdido a la mujer de mi vida.
-Nath no... soy un perfecto imbecil- me acaricie la cara desesperadamente. Seguramente Nath estaba enterada de todo, por eso es que me había ignorado por completo.