3. ¿Ya no?

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Nathalia Palmer

Estaba en los comedores de la escuela contándole a Cassie lo que había pasado con el profesor y con Millos.

—Creo que fuiste muy grosera con Millos.

Iba a continuar contándole a Cassie todo lo demás que paso pero me detuve cuando me dijo eso.
—Millos es un idiota— Cassie nego.

—Obvio no, el es tu amigo, y uno bueno que se preocupa por ti— puse mis ojos en blanco.
—Creo que deberías ofrecerle una disculpa, el te quiso ayudar y tu lo ignoraste.

En eso la campana sonó y teniamosnque irnos al salón ya, lo único bueno era que me tocaba historia y aunque habíamos peleado sentia mariposas.

—Recuerda que hoy en la noche hay fiesta en mi casa, lleva unas cervezas, beso, beso— dice mientras camina para su aula.
Yo camine despacio para el salón y cuando vi a Matias me congele, pero continue mi paso, no quería que me viera mal, así que fingi estar como si nada.
Me senté y traté de ponerle atención como si fuera mi maestro, no como mi amante.
Pero la verdad es que fue estúpidamente imposible, lo deseaba, quería que estuviéramos juntos y que todos saliéramos del salón para hacerlo en el escritorio, pero esa fantasía desapareció cuando sonó la campana, la clase había terminando y debia volver a clases.

—Pueden salir todos, excepto la señorita Palmer— dice el maestro.

—¿Porque solo ella no?— pregunta Millos con altanería, lo cual a todos se nos hizo raro, lo bueno es que medio salón ya había salido de clases.

—Le haré unas correcciones a su ensayo, ¿Quiere que le haga unas correcciones al suyo también?— le contesta el maestro a Tom en un tono aún más altanero.

—Si, si me gustaría— los dos se miraron directo a los ojos como si se odiaran.
Yo me sentía muy incómoda.

—En la próxima clase será señor Emilio, ahora por favor, salga de mi aula— Tom estaba muy molesto, tomo de mala gana la mochila y salió del salón, pero no solo el estaba molesto, si no que Matias también lo estaba.

—¿Que mierda fue eso Nath?— dice con enojo.

—Nose, nose que paso.

—Por eso quiero terminar ya contigo, porque tu solo me causas problemas.— en ese momento se me rompió el corazón.
Matias estaba enojado y me asustó más que eso que había dicho no parecía haber sido un insulto, era más como una desicion.

—¿Que?— dije despacio y tratando de no llorar.

—Que tu y yo, terminamos, a la mierda lo que teníamos— aún seguía en shock, no me lo creía y no deje que terminara de hablar, salí corriendo del salón y traté de no llorar, me metí a mi clase y toda la hora estuve pensando en porque ya no estaba enamorado de mi, ¿Porque ya no le gustaba?, ¿Que había de malo conmigo?.

Sobrepensando, queriendome morir, así es como la pase las últimas horas de clase, sentia un enorme vacío.
—¿Y esa cara?— dice Cassie para mi.

—Termino conmigo— un par de lagrimas bajaron por mi rostro.

—¿Te dijo porque?— yo negue

—Creo que fue por culpa de Tom, y yo, yo, yo necesito explicarle que eso no es cierto, si, si, tengo que hablar con el— deje hablando sola a Cassie.

—¡Hey!, ¡Nath!, ¿A dónde vas?— corrí para el estacionamiento de Maestros, y lo vi, abriendo la puerta de su camioneta, decidí alcanzarlo.

—¡Espera!, espera— digo al último más calmada.
Me miró un poco confundido.

—¿Que pasa?.

—Tengo que hablar contigo— el nego.

—No se puede.

—Por favor, necesito hablar contigo— comencé a llorar y el miro a su alrededor.

El asintio, volvió a mirar a su alrededor para verificar que nadie lo viera.
—Pero aquí no, nos vemos en el bar de siempre a las seis.— hice una mueca tenía la fiesta de Cassie.

—¿No puede ser ahora?, tengo una fiesta a las siete.

—Tu eres la que quiere hablar conmigo, si quieres nos vemos a esa hora, si no, no es necesario.
Me dejo hablando sola y se subió a su camioneta.
Yo regrese caminando a casa, estaba un poco cabizbaja.
Al llegar a mi casa mi papá me recibió con puré de papá y pechuga de pollo, era deliciosa su comida, pensé dentro de mi que no todo estaba mal, así que me lavé las manos y empecé a comer con mi papá.

—Algo te pasa— dice serio.

Yo negue.
—¿Que te pasa?, ¿Tu novio termino conmigo?— dice bromista.
Le obsequió una media sonrisa.

—Tengo cólicos, es todo— el asintio.
—Oye, crees que pueda ir a una fiesta en casa de Cassie.

—Pensé que te sentías mal— dice confundido.

—Con una pastilla se me va a pasar, ¿Entonces?.
El asintio.

LAGRIMAS DE MANGO || MILLOS 999Donde viven las historias. Descúbrelo ahora