Siempre me había preguntado por qué nunca me enteraba de retos de escritura, y casi lloro cuando descubrí Es de Fanfics y que ellos llevan a cabo el Kinktober y el flufftober 🤧
En fin. Sé que Choki no escribe hace siglos... pero creo que esto es un...
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—______, saluda.— pidió Jyushi.
—Buenas noches— dijo ella dedicando una reverencia bastante exagerada.
—¿Por qué trajiste a tu hermana?
—No podía dejarla sola en casa, Kuko-san. Es mi hermanita, debo cuidarla.
Rodé los ojos llevándolos a la que denominé sala de juntas. Ese viejo no guardaba nada aquí y aún así me hacía limpiar, debía darle un uso.
Desde ese primer día en que Jyushi la llevó a la junta, las cosas se pusieron buenas. Si bien la mocosa no hacía ni decía nada, siempre llegaba con cosas de comer. Nos hacía pasteles, galletas y demás, por supuesto no podía atreverme a correrla.
—Toma, Kuko-san— dijo dándome un paquete de galletas y fue a sentarse en la esquina para hacer su tarea. No tardé en abrirlas y comenzar a comer.
—Agh, que asco el amor adolescente— se quejó Hitoya.
—¿Qué cosas dices, viejo? Creí que solo las señoras trabajaban contigo.— soltó una risa —¿De qué te ríes, imbécil?
—¿No es obvio? Le gustas a la pequeña— se burló. Claro hice una mueca y volteé a verla —Y te compró galletas porque te ama~...— continuó.
—Vaya que la edad te hace alucinar, anciano. Ella sólo me está pagando por dejarla quedarse en las reuniones.
—De hecho...— comenzó Jyushi haciendo que lo mirara.
—¿Verdad que tengo razón?— dije con autosuficiencia.
—No. Hitoya-san es quien tiene razón.— miró a su hermana y se acercó a mí oído —La he escuchado emocionarse mientras habla de ti con sus ami-...
—¡Cállate!— interrumpí —Estás loco. Ambos quieren fastidiarme... pero eso no impedirá que el entrenamiento sea lo suficientemente intenso.
Claro se quejaron, pero eso se ganaban los malditos por andar diciendo cosas tan estúpidas como esas.
• • •
Por muy raro que sonara, con el pasar de los días su presencia se sentía... extraña... mente bien.
Nunca había notado lo tierna que se veía cuando fruncía el ceño por tener que borrar o corregir su tarea... alto...
¿Dije tierna?
¿Cuándo diablos he visto a alguien tierno?
—Kuko-san...
—¿Qué-...?— me miraba con cierta burla. Aclaré mi garganta y continúe —¿Qué necesitas?
—Quiero hablarle a mi clase sobre tu templo. ¿Tienes tiempo para mostrármelo y contarme un poco sobre él?
A cualquiera le hubiera dicho que no. Le hubiera gritado que investigara un poco o algo aún más grosero... pero cuando menos me di cuenta, ya estaba mostrándole todo.
TO-DO.
—¿Qué más quieres escribir? ¿Debes llevar algo? Quizá el viejo tenga algo que te sirva— soltó una risa... ¿por qué me sentía así de verla reír?
—No, con esto es suficiente— besó mi mejilla... ese calor en mi rostro no era normal —Gracias. Volveré con Jyushi— informó alejándose de mi y desapareciendo a los segundos.
No, por supuesto que no...
¿O si?
No.
Si le gustara, seguramente me diría algo...
No.
Hasta que ella no me diga lo que está pasando podré dar por hecho que lo que esos dos imbéciles dicen es verdad.
• • •
Sólo había pasado un día.. ¿Qué digo día? ¡Solo fueron un par de horas!
No podía con esta incertidumbre. No entendía que era lo que me pasaba y necesitaba saberlo de una vez por todas.
Fui a casa de Jyushi, y disculpándome -o tratando- con su madre, entre rápidamente y la busqué en su habitación. Tuve que acudir a la de Jyushi pues ella no estaba.
—¿Dónde está ______? Debo hablar muy seriamente con ella.
—Ah... nee-chan salió con sus amigas. Tenían una fiesta y mamá le dijo que si terminaba su tarea podía ir.— dijo con cierta euforia.
—¿Fiesta? ¿Ella sola y sus amigas? ¡¿Sabes lo que eso significa?!— pareció pensarlo un momento —¡¡Chicos!! Chicos que tratarán de sonsacar a tu hermana. No podemos permitirlo— tomé su chaqueta y lo jalé conmigo junto a Amanda. Sin ella seguro no me seguiría.
Llegamos a la dirección que ella tenia. Era una casa en la playa a las afueras de la ciudad. Mandé a Jyushi a buscarla por un lado y yo fui por el otro.
No tardé en divisar una linda silueta con un traje de baño color morado. Era ella... dios, ¿Cómo podía ser tan sexy?
Un chico se le acercó y trató de bailar con ella, aunque claro, se negó. Fue mi oportunidad para acercarme.
No fui discreto, era de esperarse. La jalé conmigo y la llevé dentro de aquella casa. Claro se asustó, pero terminó reconociéndome. Llegando a una parte algo alejada, la pegué a la pared, acorralándola entre mis brazos. Reí mirándola por tantas preguntas que su boca decía con tanta perfección.
—Suéltame...— se quejó, a lo que reí.
—No te dejaré escapar... hasta que me digas que es lo que sientes por mi~...
—K-Kuko-san...— esa voz nerviosa... su expresión de nerviosismo... ¿Cómo diablos lograba ser tan linda?
—Te escucho. ¿O deberé usar la fuerza?— me acerqué a su rostro. Nuestras narices rozaban... moría de ganas por besarla...
—Me... me gustas...— susurró apartando la mirada.
—¿Huh? Me temo que no escuché... ¿Qué tal si lo dices más fuerte~...?— susurré contra su oído sintiendo como se erizaba bajo mi cuerpo.
—¿Por qué mejor no te lo demuestro?
—¿Hah?— cuando menos me di cuenta, ya había tomado mi chaqueta y alcanzado mis labios. No pude resistirme, por supuesto tomé su cintura con firmeza acercándola más a mi cuerpo.
—¡Kuko-san! ¡Aléjate de mi hermana!— se quejó Jyushi una vez que nos encontró. Ella soltó una risa separándose de mis labios y lo miramos.
—Jyushi~... ya habíamos hablado de esto. Kuko me gusta— sonreí mirándola —Me gusta mucho— agregó mirándome —¿Se quedan a la fiesta?
—Mientras quieras bailar con tu novio, encantado.
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Opiniones... ¿Kuko baila o solo observa a las personas bailar?
Es decir, aquí claro insinuó que bailaría con Rayis, aunque, siendo honesta, no creo que sea de los tipos que bailan jsjsjs
El lic si, y Jyushi haría su mejor intento, Pero Kuko... no lo sé, Rick xd
