Siempre me había preguntado por qué nunca me enteraba de retos de escritura, y casi lloro cuando descubrí Es de Fanfics y que ellos llevan a cabo el Kinktober y el flufftober 🤧
En fin. Sé que Choki no escribe hace siglos... pero creo que esto es un...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Yamada-kun... por favor, sal conmigo!
—Agh, no.
Y sin más, desapareció de mi vista, dejándome ahí en medio del patio.
Sólo podía recordar como todos los presentes se burlaban de la pobre chica estúpida que se le declaro a Saburo Yamada.
Tenia 12 años. Era una inepta en el tema del amor, pero si una cosa tenia clara, era que Saburo Yamada me gustaba. Tenia una carita tan linda y tierna, además de ser muy inteligente. En ese entonces era un sueño para mi, aunque después de ese cruel rechazo, perdí toda esperanza y me volví un poco mas retraída.
Tenia sólo una amiga, que fue quien me defendió de todas las burlas que se desataron luego de su rechazo frente a media escuela. Estuvimos juntas al año siguiente, pero para el siguiente... a ella le tocó en otro salón.
—¡_______!— se quejó —No vamos a estar juntas, ¿Qué va a ser de ti sin mi? Lo siento~...— dijo abrazándome. Solté una risa.
—Estaré bien. Conozco a varios y-...
Mi vista por un momento viajó al final del salón. Saburo... venia entrando y me miró. Aparté por inercia la mirada mirando abajo algo apenada. Ella pareció leerme y también miró.
—Ah, Yamada. Si, me tocó junto a ese idiota. Por suerte estoy aquí enfrente y no me lo toparé.
—Si...— murmuré dedicándole otra mirada rápida.
De repente comenzaba a sentirme nerviosa... ¿Por qué? Se supone que lo había superado y ya no me importaba, pero... bueno, he de aceptar que estos dos años lo han cambiado. Me refiero a que se ve mas... ¿maduro? No sé, pero se ve ciertamente diferente y... wow.
—Tu salón está abajo, ¿cierto?— asentí —Yo sé que no debería de pedir esto, pero... ¿puedes venir a verme en los recesos? ¡Por favor! ¡No soportaría bajar y subir 3 pisos en un lapso tan corto de tiempo!— se quejó. A lo que yo asentí. Después de todo, vendría a verla a ella y no a Saburo, ¿correcto?
—Ah... creí que serías más difícil de convencer. Por eso eres mi mejor amiga☆~...— dijo abrazando mi cintura.
Por lo menos el resto del año no hubo mayor problema. Noté en ciertos momentos que él me miraba, pero claro, seguro pensaba en algo como "Ahí está esa loca que se me declaró hace tiempo. Por favor dios, que no le ocurra volver a hacer una estupidez cómo esa" o algo así.
Una vez incluso, mientras yo iba bajando porque el fin del receso se acercaba, él venía subiendo. Nuestras miradas se cruzaron y claro, debía de huir.
Para mi mala suerte, él se movió al otro lado y así comenzamos una ligera guerra de traba de paso que terminó en su amigo jalándolo. Dios, quería morirme en ese momento.
—Es... raro, ¿no?— mi amiga volteó comprobando que Saburo me veía, pero al notar la mirada de ella, claro apartó la mirada. —¿A qué crees que se deba?
