Capítulo 9: El tío y la tía

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Sin pensarlo un segundo más, llamé a mis tíos para interrogarles.

Debían explicarme muchas cosas.

Pero primero, comenzaría preguntándoles sobre mi prima. Al fin y al cabo, ambos casos estaban relacionados, por lo que si conseguía información de uno de ellos, del otro también.

Francesca tenía una excursión —comenzó mi tía, Sofía, en la otra línea del teléfono. —La profesora nos llamó para decirnos que había ocurrido un problema. Al principio pensamos que se había hecho daño o algo así, pero nos equivocamos.

Nos dijo que no la encontraban por ninguna parte —concluyó mi tío Lorenzo.

—¿A dónde era la excursión? —pregunté.

A un museo —respondió ella, tras unos segundos de silencio.

Asentí.

—¿Puedo saber cuál, exactamente?

Silencio.

Miré a Leo. Él también estaba escuchando la conversación, ya que teníamos activado la opción "manos libres".

El... Ahora no recuerdo cómo se llama.

—¿Puedes decirme, al menos, si está cerca o lejos del colegio?

Lejos, está lejos —dijo al instante Lorenzo.

Volví a mirar a Leo.

Aquí había algo que no me cuadraba.

Tomé una respiración profunda antes de preguntar lo siguiente.

—¿Sabéis algo de un hombre llamado Valentino Caputo?

Silencio.

No, ¿por qué? ¿Quién es? —mintió Sofía.

—El señor Caputo es el ex jefe de Nettox, fallecido por asesinato hace unos días.

Me imaginé que mi tía se llevaba la mano a la boca y la apartaba para hablar.

Dios mío, es horrible.

Y, ¿qué tiene que ver eso con nuestra hija? —preguntó él.

Suspiré.

—Sospecho que ambos casos pueden estar relacionados.

¿Por qué?

—No creo que debáis saberlo, tío Lorenzo.

Cualquier cosa involucrada en la desaparición de nuestra niña, nos interesa y debemos saberla. Así que, por favor, Karla, cuéntanos por qué sospechas que tienen relación.

Volví a mirar a mi novio, indecisa.

Me hizo un gesto para que les contara la situación.

—El día que encontramos el cadáver de Valentino, Leo encontró una escarificación hecha por el asesino en su cuello. Era... El símbolo de la F y la K. Nuestro símbolo. El que me tatué en la muñeca derecha. Primero ocurrió eso, y luego... Bueno, luego me disteis la noticia de que Francesca había desaparecido. Todo tiene sentido, pero a la vez no. Hay muchas cosas que no entiendo. ¿Quién me haría algo así? Yo no tengo ningún problema con nadie.

¿Habéis acabado con los experimentos de los nuevos medicamentos? ¿Ya tenéis voluntarios para testearlos? —cambió de tema Lorenzo.

Junté las cejas.

—¿Qué tiene que ver eso ahora?

A lo mejor el asesino mató al jefe para evitar que siguierais con la creación de los fármacos.

"Eso explicaría por qué Valentino dijo que pasara lo que pasase continuáramos con el desarrollo de Sagretex, Narcodor, Ambruflex y Sfumara" Pensé.

—Pero, ¿quién haría eso? —murmuré hacia mis adentros.

Sacudí la cabeza, apartando aquellos pensamientos de mi mente.

—Da igual, ya pensaré en ello en otro momento. Ahora estoy en vuestra casa para que me contéis sobre Francesca. Sé que notasteis algo raro en su comportamiento. Necesito saber qué ocurre con mi prima.

Silencio.

—Me estáis ocultando algo.

Karla... ¿Por qué quieres saber todo esto? La policía nacional ya está investigando, podemos contarles sobre Valentino para que también investiguen —sugirió Lorenzo.

—La policía llegará a enterarse de todos modos, no hace falta que les digamos nada. Y debemos ser nosotros más rápidos que ellos.

—¿Por qué? —preguntó Sofía.

—Porque si se enteran del asesinato de Caputo antes de que nosotros sepamos quién es el que está detrás de todo esto, le pedirán al forense de Nettox los resultados de la autopsia. Entonces verán la escarificación. Y verán mi tatuaje, por lo que se darán cuenta de que tiene que ver conmigo. Y yo no soy culpable de nada.

¿Hay un forense en una empresa farmacéutica?

—Ese no es el caso, Lorenzo. Y sí, lo hay. Nadie sabe por qué, pero lo hay.

¿Qué ha hecho durante todo este tiempo? —preguntó mi tía.

—No lo sé, eso debería preguntárselo a él.

Es como si Valentino Caputo siempre hubiera sabido que iban a necesitar un médico forense.

Di otra respiración profunda, pensando en aquello que acababa de decir mi tío.

—Nettox existe desde hace cinco años —dije. —Leo me invitó a unirme al acabar la universidad, en 2021. Él lleva trabajando como farmacólogo desde que se formó, fue uno de los primeros empleados de Valentino Caputo. Cuando me contrataron como química medicinal, Giorgio Mancini, el forense, empezaba a trabajar. Éramos los dos nuevos de la empresa.

¿Qué estás queriendo decir?

Suspiré.

—Lo que quiero decir, es que Caputo lleva tres años medicándose con unos fármacos que no conocemos. Desarrolló una enfermedad inusual que hace poco nos enteramos de que era mortal y que iba a morir de todas formas. Es por ello que él sabía que iba a morir, él conocía su enfermedad.

—Por eso decidió contratar a un médico forense.

Asentí ante las palabras de Leo.

—¿Lean? —preguntó Sofía.

—Es Leo. Y hola.

Le saludó con la mano, a pesar de que no podía verlo.

—Os lo voy a preguntar una vez más y no quiero que me mintáis. ¿De qué conocíais al señor Caputo?

No me sorprendió que se quedaran en silencio una vez más.

—¿Hola?

Nada.

—¿Estáis...?

Y terminaron la llamada.

Proyecto Mafia (versión corta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora