4. Firma de contrato.

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La madre de NuNew se consideraba sincera con su hijo, excepto cuando le ocultó las deudas contraídas y la frágil situación económica en la que se encontraban. Sentía que su retoño no era capaz de lidiar con eso y creyó que su situación mágicamente se resolvería cuando NuNew aceptara su siguiente trabajo.

La mujer debió ver más allá de sus propios problemas, su hijo no estaba bien. NuNew tenía una salud frágil a causa de las extenuantes jornadas laborales a las que era sometido, dormía menos de cuatro horas diarias, tenía pesadillas constantes y siempre estaba en estado de alerta como si fuera un cervatillo en medio del bosque.

Su madre no le proporcionaba un lugar seguro, nunca permanecían más de tres meses en un sitio y jamás pudo llamar hogar a ninguna casa.

- NuNew, tenemos que hablar. – comenzó diciendo su madre.

NuNew sabía que nada bueno seguía a esas palabras, había interpretado muchos personajes que luego de oír esa frase, sufrían un terrible dolor o recibían una pésima noticia.

- ¡¿Qué ocurre, madre?! – preguntó, actuando preocupación y escondiendo su curiosidad.

- Tendremos que abandonar la casa. – le dijo su progenitora.

- ¿Por qué razón? – preguntó algo decepcionado.

- El dinero se ha acabado.


NuNew pensó que ese si era un problema real, pero no supo qué decir.

- Tenemos... deudas – dijo la mujer lentamente.

La madre de NuNew siempre empleaba el plural para referirse a ellos. Eran un equipo y siempre había sido así. Estaban juntos en las buenas y también en las malas.

- ¡¿Qué podemos hacer, madre?!

La mujer empleó los pocos conocimientos en actuación que tenía y comenzó a derramar lágrima tras lágrima. Su hijo, un joven sensible, con su mundo girando alrededor de ella, no pudo contener su dolor y la rodeó con su delgado cuerpo. Nadie nunca le había enseñado cómo debía contener a otra persona, jamás debió hacerlo, ni siquiera en sus papeles, pero sintió en lo más profundo de su pecho que su madre lo necesitaba.

- Tenemos una sola salida, NuNew.

- ¿Cuál es? – le preguntó el joven conteniendo las lágrimas.

- Un trabajo...

- ¡¿Trabajo?! ¿Dónde? ¿Es una película? ¿Una serie?

- No, NuNew. Es un trabajo para el cual nunca estarás completamente preparado. No creo que podamos aceptarlo.

- ¿Por qué, madre? ¿A acaso piensas que no puedo hacerlo?

La madre miró con consternación a su retoño, él podía con cualquier trabajo.

- Dime qué trabajo es. – insistió el joven.

- Ser el esposo de Norban Panich – dijo sin más rodeos.

NuNew se quedó de piedra, claro que había escuchado hablar de Norban Panich. Era el hombre más importante del país, era influyente y poderoso.

NuNew tenía, secretamente, un gusto particular por los hombres mayores. Había visto fotos del empresario en las revistas y en los portales de noticias. Siempre le había resultado un hombre apuesto y viril.

Pensaba en cómo convertirse en alguien como él y se reía al compararse con Panich. Mientras que todos hablaban de su belleza, NuNew se miraba al espejo todos los días, odiando sus ojos rasgados, sus enormes cachetes y sus labios voluptuosos que según su opinión eran demasiado grandes para el tamaño de su cara. En cambio, el multimillonario ostentaba una quijada cuadrada y prominente, una nariz poderosa, cejas pobladas y masculinas y un cabello entrecano reluciente y prolijo.

RENDIDO (Un esposo virgen) // ZeeNuNewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora