Norban Panich analizó con sumo cuidado su futura inversión. Estaba acostumbrado a hacerlo. Cada vez que emprendía un nuevo negocio estudiaba cada uno de los posibles resultados, poniendo especial énfasis en lo que pudiera salir mal.
Y con NuNew Chawarin no hubo ninguna excepción. Contrató a un investigador que le trajo toda la vida del joven en tres carpetas bien nutridas.
Actualmente NuNew Chawarin era el modelo mejor pagado del país. Tenía nueve contratos activos con marcas de lujo, más un alto número de contratos temporales, pero eso era lo menos importante para Norban Panich. Lo realmente importante para Panich era el lugar que ocupaba NuNew Chawarin en el inconsciente de la población y ese lugar era el de un objeto completamente sexualizado.
La principal responsable de presentarlo al mundo como un objeto de deseo era su madre, quien no se escandalizaba cuando su hijo era vestido con ropa reveladora que dejaba entrever la perfección de su sensual cuerpo. También era la responsable de que el joven fuera expuesto a entrevistas donde hombres que lo doblan en edad, se sintieran con derecho a preguntar por su sexualidad o la cantidad de parejas que había tenido, pero sobre todo era responsable de la existencia de los acosadores pervertidos que enviaban paquetes con lencería a su hijo y no recibían el castigo apropiado.
A Norban no le sorprendió conocer el estado financiero de NuNew Chawarin, quien debería haber amasado una buena fortuna fruto del trabajo de sus años de vida, pero en cambio tenía deudas y subsistía gracias a los contratos con las marcas de lujo.
NuNew aún era muy joven para comprender que algunas veces los padres no son más que una pesada carga que los hijos deben dejar ir.
- ¡Señor Panich! ¡Es un placer conocerlo! – saludó la mujer majestuosamente vestida.
- ¡El placer es mío! – Le respondió el magnate.
La señora se desvivió por comportarse como una buena anfitriona, pero debió saber que la falta de personal doméstico era imperativo dentro de toda reunión social que se precie de sí misma.
- ¿Qué lo trae a mi humilde residencia? – preguntó la señora.
- Quiero ofrecerle un acuerdo – expresó el poderoso hombre.
- ¿Qué tipo de acuerdo?
- Quiero desposar a su hijo. – dijo el magnate sin rodeos.
El millonario se mostraba frío y calmo, como lo hacía cada vez que debía firmar un contrato, pero ésta vez, realmente estaba nervioso. Jamás había intentado comprar a una persona. En realidad, sí había comprado personas, pero en general se enfocaba en el silencio de alguien o los secretos de otro, pero esta vez era diferente, tenía que comprar el cuerpo de una persona.
Necesitaba a alguien como NuNew Chawarin como esposo, con él colgado de su brazo jamás se atreverían a dudar de su virilidad. Todos deseaban al joven, alababan su belleza, su sensualidad y su juventud.
Su propuesta no incluía nada sexual, no podía permitírselo a falta de su órgano masculino, pero se imaginaba siendo el hombre más envidiado, al poder dormir al lado de una criatura tan perfecta como NuNew Chawarin.
La mujer permaneció en silencio al escuchar las palabras del empresario y por un momento fugaz, sonrió. La unión de su hijo con el hombre más poderoso del país, resolvería todos sus problemas. Pero luego pensó en su hijo y el destino que viviría al lado de un hombre tan viejo.
- ¿Puede repetir lo que acaba de decir? – insistió la mujer sintiéndose algo tonta y avergonzada.
El señor Panich lucía sereno, analizaba a la mujer en todos los aspectos que su vista, olfato y oído le permitían. A sus ojos, ella no se había mostrado con la suficiente reticencia que hubiera mostrado cualquiera en su lugar.
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RENDIDO (Un esposo virgen) // ZeeNuNew
Fiksi PenggemarLo contempló jugando en el agua, mostrándole su cuerpo casi desnudo, bailando para él, solo para él, tentándolo con esos labios rojos, sacudiendo su cabello y sonriéndole como una sirena. Zee no era de piedra, cualquiera en su lugar habría actuado d...