RENDIDO (Un esposo virgen) // ZeeNuNew

17. Muy tarde.

¿Cuándo fue la primera vez que Zee soñó con ese joven de rasgos tan perfectos? ¿Fue la primera vez que lo vio? ¿Fue el día que le sonrió? Zee no puede recordar cuál fue el momento exacto en que todas las barreras que construyó desde niño, cayeron y le permitieron ver a ese joven en su entera plenitud.

Recuerda a detalle cuando lo siguió hasta el campo, durante la filmación de una publicidad. NuNew llevó comida para todos los miembros del staff y a pesar de la súplica de sus asistentes de que no debía exponerse al sol, NuNew disfrutó del almuerzo junto a sus compañeros de trabajo. Recuerda haberlo visto esperar pacientemente sin omitir una sola queja, cuando el trabajo debió retrasarse por culpa de una mala dirección y jamás podrá olvidar como el joven tomó una guitarra y cantó para todos cuando el ánimo entre el personal, se estaba volviendo estresante.

Recuerda también haberlo visto en la casa, bajando cajas y cajas con decenas de prendas que aún conservaban las etiquetas, para llevarlas a los refugios de personas menos favorecidas. Zee vio las películas que interpretó, vio las entrevistas y escuchó los conciertos. NuNew no lo enloquecía solo por su cuerpo y sus facciones divinas, lo enloquecía su amabilidad, su bondad y su encantadora sensibilidad. Zee se recuerda intentando corromper al joven y a cambio recibió sumisión y entrega. NuNew no es como las rosas que vender en las florerías, es como las flores silvestres que crecen en las grietas de las montañas y soportan el frío y las tempestades del viento.

Ya no puede seguir engañándose, ocultó ese sentimiento debajo del mar de placer que lo arrastra cada vez que une su cuerpo al de NuNew, pero ese sentimiento es fuerte y no se puede esconder, debe aceptar que está completamente enamorado.

***

Entrega su boleto a la empleada y desea que algo lo detenga, no quiere irse. La mujer le devuelve el boleto y lo invita a abordar el avión. 

Durante el vuelo, reflexiona sobre lo que debe hacer, siente sus pensamientos desordenados, pero no hay vacilación, ni miedos. Arreglará sus problemas en Zúrich y regresará a enfrentar a su padre. Sabe que no será fácil, sabe que llevará tiempo y lágrimas, incluso está dispuesto a suplicar, pero tomará la mano de NuNew a pesar de todo.

Desde las alturas, Zúrich no ha cambiado, camina por el aeropuerto y se detiene frente a una tienda. Las manos le sudan, se acerca al mostrador detrás del cual, una mujer de cabello corto y sonrisa seria, lo mira:

- Buenas tardes, señor.

Zee responde el saludo con la misma amabilidad.

- ¿Qué está buscando? - le pregunta la mujer.

Zee recuerda la sortija que lleva NuNew en su dedo... tiene una piedra enorme, pero él fija su vista en una alianza con un diamante más discreto.

- ¡Quiero ese anillo! – Le indica a la empleada.

Solo lo separan del exterior del aeropuerto algunos metros, cuando recibe el llamado de su padre quien con excusas vagas le pide que regrese a su casa. Zee está demasiado feliz y toma la llamada como una señal del universo, de que no debe separarse de NuNew.

Extraña tanto al joven que apenas se percata de las tres desconocidas que se encuentran sentadas junto a Norban Panich en el salón principal. Acaricia suavemente la caja que contiene su anillo y mira al dueño de su corazón.

NuNew luce igual de hermoso que siempre, pero apenas lo mira, Zee debe exagerar para que el joven le preste atención, protesta por la comida y lo defiende de los ataques que las invitadas de Norban Panich lanzan sobre su amado.