XVIII

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-¿Te pasa algo amor? (pregunté mirándolo)

-¿Debería pasarme algo? (dijo mirándome)

-No, no sé, ¿es conmigo la cosa? (dije confundida)

-¿Has hecho algo? (dijo apartando la mirada)

-Pedro, no vayas por ahí, dime directamente lo que he hecho o lo que te pasa (dije más confundida)

-¿No te ha gustado ese tío?¿No te gustaban sus tatuajes?¿No te hice sentir tan mal? (preguntó mirándome directamente)

-¿Estás de broma? (dije mirándolo)

-No, no estoy de broma, estabais muy a gusto los dos, eso es lo que he visto (dijo enfadado)

-Mira, yo creo que mejor me voy a casa, porque creo que has sacado las cosas de contexto Pedro, era una entrevista, y si, me he sentido a gusto con él, me ha caído de locos, y si, me han gustado sus tatuajes. Pero creo que no entiendes que con quien quiero estar es contigo, quien me gusta y a quien quiero es a ti, pero si vas a empezar con los celos y a comportarte como si yo hubiese tonteado con otro, paso, y si, me hiciste sentir mal, pero aquí estoy, contigo, retomando lo que dejamos a la mitad (dije enfadada)

-¿Quieres irte a casa? (preguntó mirándome directamente)

-Pues mira, si, me voy a ir a casa, porque en este plan no voy a tener ninguna cita (dije mirándolo)

-Genial, estupendo, pues nada, a casa (dijo volviendo al coche)

-A tu casa te vas tú, yo me voy a la mía (dije más enfadada aún)

-Perfecto, buenas noches (dijo subiendo al coche)

-Que te den (dije antes de largarme de ahí)

Enfadada me fui a mi casa, por suerte no estaba muy lejos y pude llegar en menos de 20min. Una vez dentro me puse cómoda, me tumbé en el sofá y en cuestión de minutos las lágrimas empezaron a salir de mis ojos. No entendía qué cojones había pasado, no entendía qué mierdas se le había pasado por la cabeza para actuar como había actuado y para montar la escenita de celos que me había montado.

Llorando me quedé dormida, en el sofá del salón, por lo que ahí me desperté al día siguiente. De hecho me desperté por el ruido de la puerta, está acababa de cerrarse, yo me encontraba echa una bolita en el sofá, aún llorando. Importándome bien poco la persona que había entrado, que podía ser Paula o Pedro, me quedé en la misma posición, segundos más tarde Pedro apareció en el salón mirándome directamente.

-He intentado llamarte (dijo acercándose)

-Pues ya ves que no me he enterado (dije sin dirigirle la mirada)

-Mi amor, siento mucho cómo me puse ayer, no sé qué pasó, no se que se me pasó por la cabeza para ponerme de aquella manera (dijo agachándose frente a mi)

-No quiero celos en mi vida, no quiero cosas tóxicas en mi vida, así que si vas a ser así, es mejor dejarlo estar, de verdad (dije mirándolo aún con lágrimas en los ojos)

-Te quiero como a nadie, y te juro que yo no soy así, pero ayer me entró mucho miedo, escucharte hablar de lo que pasó me hizo sentir inseguro, y verte tan bien con él me acojona, yo no soy así Ana, de verdad, lo siento muchísimo (dijo él cogiéndome la mano)

-Pero es que yo no quiero a nadie más en mi vida Pedro, yo te quiero a ti joder, estoy enamorada de ti y no quiero que otra persona entre en mi vida, quiero quedarme contigo y pasar mi puta vida contigo, pero no así joder, no con discusiones y celos (dije mirándolo)

-Te prometo que no será así, te quiero como a nadie y te juro que no va a ser así (dijo limpiándome las lagrimas)

Asentí mirándolo aún con los ojos cristalinos por las lágrimas y entonces una pequeña sonrisa apareció en su cara, esa sonrisa hizo que soltara algunas lágrimas más y él me abrazó, me cogió en brazos y se sentó conmigo encima abrazándome. Durante un buen rato estuve encima de él, llorando cómo una tonta con miedo aferrándome a él, a la única cosa que quería que saliese bien en mi vida.

Rumbo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora