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El tiempo pasó y con ello los shows de Pedro, todo estaba saliendo genial, la gira estaba siendo un éxito y los fans estaban muy agradecidos. La cuenta de la gira era un éxito, a la gente le encantaban los videos y a mi me encantaba hacerlos, pues la edición siempre me había gustado. Quedaban solo dos días para el último programa de la temporada de Rumbo a ti, en dos días iba a conocer a Pablo, más conocido como Dellafuente, yo estaba muy nerviosa, pues era una entrevista muy importante, había mucha gente que estaba esperando ese momento. Además de eso, junto con su equipo habíamos conseguido hacer algo muy grande, y es que íbamos a hacer el programa en directo, como siempre, pero desde una pequeña sala de teatro. Estaba muy nerviosa, pero también muy ilusionada por ello, habíamos puesto todos mucho esfuerzo y sabíamos que por ello iba a salir genial.
En cuanto a mi embarazo, todo iba genial, ya apenas sentía mareos y náuseas, llevaba unos tres días sin sentir nada de eso, por lo que me tenía muy tranquila. Notaba los movimientos del bebé y eso me emocionaba muchísimo. Aún no sabiamos el sexo, mi madre era la única que lo sabía, pero habíamos organizado una fiesta, donde ibamos a juntar a mis padres, los padres de Pedro, amigos de Pedro y amigos mios, en dicha fiesta ibamos a hacer la revelación, cosa que tanto a mi como a Quevedo nos hacía mucha ilusión. La fiesta íbamos a hacerla en Granada, allí habíamos alquilado una pequeña casa con un jardín precioso, habíamos alquilado también una decoración y habíamos encargado varias cosas.
Los tres días pasaron, yo me encontraba en Granada, mientras que Pedro estaba en Madrid de concierto, pero viajaría a Granada nada más acabar dicho concierto. Paula y yo nos encontrábamos en la sala preparándolo todo cuando ella recibió una llamada, yo me quedé esperando mientras acababa de escribir un par de cosas para el guión.

-Tía, siéntate, tengo algo que decirte (dijo Paula volviendo conmigo)
-¿Que pasa? (dije sentándome)
-Adivina quien me ha llamado (dijo sonriendo)
-No sé, ¿el mánager de Pablo? (dije confusa)
-Mejor (dijo sonriendo de nuevo)
-No sé Paula, dime ya que pasa que no entiendo nada (dije mirándola)
-Pablo, era Pablo, el mismo Dellafuente me ha llamado (dijo emocionada)
-¿Pero para que? (dije confusa)
-Quiere invitarnos a comer hoy mismo, a ti y a mí (dijo mirándome)
-Me estás vacilando Paula (dije sin creerla)
-Amiga, no te estoy vacilando, el mismo Dellafuente me ha llamado porque quiere invitarnos a comer (dijo sonriendo)
-Joder, joder, esto es increíble amiga (dije sonriendo)
-Lo sé, así que vamos a prepararnos, porque no quiero que al menos a mi me vea con estas pintas (dijo riendo)

Reí y tras despedirnos del equipo nos fuimos al hotel, allí me dí una ducha rápida y me maquillé linda con un poco de base y corrector, polvos, bronceador para resaltar los pómulos y algo de iluminador, me hice un eyeliner precioso y con un poco de máscara de pestañas acabé mi maquillaje. Para el outfit elegí unas medias negras semitransparentes, una falda negra que hacía notable mi barriga por ser ajustada, un jersey fino pero de manga larga, de color blanco, que iba por dentro de la falda, y finalmente me puse unas botas estilo camperas de color negro. Cuando estuve lista me fuí en busca de Paula y tras cinco minutos, las dos listas nos fuimos a por un taxi, de camino a la dirección que nos había mandado Dellafuente, llamé a Pedro, no dí con él por lo que le envié varios mensajes explicándole cómo iba el día y emocionada le conté que íbamos a comer con Pablo. Tras quince minutos llegamos al sitio, era un bar muy chiquito pero que al entrar descubrimos que era una especie de tablao flamenco, no había nadie en la entrada, por lo que avisamos a un chico que había en la entrada y este tras reconocernos nos llevó hasta donde nos esperaba Pablo. Nos estaba esperando en la terraza trasera, era un pequeño jardín precioso, decorado como lo tenían hace años las casas en Granada y los patios andaluces. Sonreí ilusionada y mi teléfono sonó un par de veces por mensajes, evidentemente lo ignoré, puesto que pensé que era Pedro.

-Por fin llegáis (dijo Pablo sonriendo)
-¿Llevas mucho esperando? (dije sintiéndome mal)
-No, que va, tranquila, acabo de llegar (dijo sonriendo)
-Estamos encantadas de conocerte, es un placer compartir un rato contigo (dijo Paula)
-Siempre que hago entrevistas así a gente interesante y que me gusta lo que hace, me gusta tener una charla antes, para conocernos y esas cosas vaya, que no sea todo tan frío cómo en la tele y esas cosas (dijo él sonriendo)
-Gracias por la parte que nos toca, de verdad, además de que este sitio es precioso, me encanta todo, la verdad (dije sonriendo)
-Yo me crié en un barrio muy cerca de aquí y por aquí venía muchas veces, además de que confiaron en mí muy al principio para actuar delante de los comensales mientras cenaban (dijo él)
-Que grande de verdad, es un sitio muy bonito (dijo Paula)

Hablamos un rato del sitio y luego Pablo nos aconsejó lo que podíamos pedir para comer, por lo que decidimos hacerle caso y pedimos lo que nos había dicho. Durante la comida nos explicó varias anécdotas, alguna de su infancia, alguna del inicio de su carrera, alguna en un concierto, incluso nos contó una de una entrevista que le hicieron. Nos pidió que no le sacaramos ciertos temas, pero sin embargo nos dijo temas de los que le gustaba hablar, accedimos totalmente a sus peticiones y nos lo agradeció.

-No tengo ningún problema en que me preguntéis algo sobre mi vida privada, pero lo que no me gusta es que se entrometan, que me pregunten a cerca de mi música, de pequeños detalles en los que me pueda inspirar, de como ve mi círculo cercano mi carrera, me parece perfecto, pero que me preguntes cómo ve mi mujer ciertas cosas, no voy a responderlas, además de que hará que me cabreé (dijo mirándonos)
-Es totalmente comprensible, no somos nadie para preguntar ciertas cosas, y menos públicamente en un programa que pueden ver miles de personas (dije asintiendo)
-Exacto, que me lo preguntes en privado, puedo comprarlo, pero en un programa que va a ver tanta gente y sabiendo que no es agradable, no lo hagas (dijo él)
-Estamos de acuerdo en ello, nosotros al final, en el programa, lo que queremos conseguir es que el artista se sienta a gusto, que quiera responder a la entrevista de la mejor manera, que haya ese juego sabes (dijo Paula)
-Cuando en una entrevista se crea esa burbuja de amistad y confianza acaba saliendo un programa de locos y triunfará, sin embargo, si consigues que el artista se incomode, lo único que conseguirás es una audiencia de mierda (dijo él)
-Estoy totalmente de acuerdo (dije sonriendo)

Pasamos la hora de la comida comentando anécdotas, momentos bonitos y luego hablamos un poco del programa, de cómo íbamos a desarrollarlo y alguna cosa más. A la tarde Paula y yo fuimos al hotel, allí cogí mi teléfono y hablé un rato con Pedro, lo echaba de menos y quería hablar con él un rato a decir verdad. Cuando colgué la llamada fuí a meterme en la ducha, ahí, mirándome en el espejo desnuda me miré en el espejo sonriendo y me hice una foto de perfil para que se me notase la barriga que iba teniendo. Esa misma foto se la pasé a Pedro, el cual se puso muy contento.

Esa entrevista fue de lo mejor que le había pasado al programa, todo fue pasando solo, todo se dió solo y nadie se sintió mal. El público fue maravilloso y nosotros quedamos encantados con cómo quedó el programa. Al acabar el programa nos despedimos del público y junto con Pablo nos fuimos al camerino, una vez allí él se disculpó porque su intención era quedarse a cenar con el equipo pero le surgió un imprevisto y no podía quedarse. Yo ya no pude llamar a mi chico, pues él estaba en pleno concierto y sabía que en cuanto lo acabase cogería un avión para venir con nosotros. Fuimos a cenar todo el equipo para celebrar lo bien que había salido todo y tras la cena me fui directamente al hotel, me sentía derrotada del cansancio que tenía. Al segundo de llegar recibí una foto de Pedro en el avión, cosa que me hizo sonreír como una idiota porque en dos horas lo tendría conmigo. Me deshice de la ropa y me dí un largo baño relajante de burbujas bien calentito, cosa que me vino de perlas para relajarme un poco antes de meterme en la cama. Mientras estaba metida en la bañera aproveche para hacerme el skincare que solía hacerme en la cara, cosa que me estaba ayudando mucho en el embarazo para que no me salieran manchas ni nada. Iba a hacer ya cuatro meses de embarazada y todo apuntaba a que iba a ser un embarazo tranquilo, aunque tampoco quería gritarlo mucho, ya que sólo hacía falta decirlo para que todo empezase a complicarse.

Rumbo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora