Joong Satur y Lyn Tannasit, ambos víctimas de su soledad tras varios años viudos, se conocen y se enamoran con rapidez, aunque la relación fluirá en secreto pues creen que sus hijos no estarían muy de acuerdo.
De hecho Apo y Barcode se quedan de pie...
El domingo en la tarde, Joong cerró la cabaña y tras subir al coche con su familia, regresaron a casa, aunque antes de detuvieron en el hospital para comprobar que el pie de Barcode iba bien.
Tras llegar, el joven moreno deshizo su mochilas y a continuación cogió su vieja guitarra, se sentó en la cama y a continuación se puso a tocar, recordando las canciones que Jeff había tocado.
En un momento dado fue al baño que compartía con este y entonces escuchó que este hablaba con alguien, entonces curioso se acercó a la puerta y pudo la oreja.
...-Venga, admítelo
-Déjalo ya, Jeff. No tengo nada que decir sobre eso- escuchó hablar a Mile
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-Te gusta e incluso habéis...os oí en la cabaña, no lo niegues más
-Déjalo ya -habló molesto el mayor
-¿Se puede saber por qué no quieres admitirlo?
-No es tu asunto
-Entonces...¿si se lo digo a papá, si será asunto de la familia?
-Ni se te ocurra...joder Jeff, déjalo, ¿vale?
-Habla entonces...¿Cómo fue?, ¿Qué habéis hecho?, ¿Y por qué no quieres que se sepa?, papá y esa mujer seguro que estarán muy contentos
-Eres un falso, hermano. Sabes perfectamente que no estarán contentos. Papá no para de decirnos que veamos como hermanos a los hijos de su novia. Si se entera que Apo y yo hemos follado, me hechará de aquí. Además Apo no me lo perdonaría
-Te has enamorado de él, ¿verdad?
-Ni, claro que no...es cierto que me atrae, incluso antes de saber quién era realmente pero sé cómo piensa, solo le llevo la corriente
Barcode totalmente asombrado se tapó la boca pues nunca creyó capaz a su hermano de meterse con unos de los Satur, a los que decía aborrecer.
-Siento mucha pena por ti- escuchó nuevamente hablar a Jeff.
-No digas tonterías, ¿por qué iba a darte pena?, puedo controlarlo
-¿Estás seguro?, yo no lo creo
Un sonoro chasquido de desgana fue hecho con la lengua del mayor.
-No te preocupes por mí, hermanito. Mejor preocúpate por ti y por lidiar con lo tuyo
-No sé de qué hablas
-Pues de Barcode, ¿de quién más?
-¿Qué con él?
-Que te mira como si fueras un Dios, ¿no me digas que no te has dado cuenta?. Llevándolo en brazos de aquí para allá como un príncipe a su princesa
-No sé de dónde sacas eso. Solo lo hice por amabilidad. Lo tenía en mi habitación, ¿Qué querías que hiciera?
Al escuchar eso, lágrimas asomaron en los ojos del joven moreno, quién ya no quiso escuchar más, por lo que se apartó de la puerta y se fue a su habitación donde se dejó caer en la cama y agarrado a la almohada rompió a llorar.
