Capítulo 45

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POV Freen

Cuando por fin pude reaccionar, corrí hacia ellas y con todas mis fuerzas empujé a esa malparida haciéndola caer de costado. Enseguida agarré la carita de Becky y la ayudé a incorporarse mientras no paraba de toser intentando recuperar el aire que esa mujer le había arrebatado.

F: Amor, amor estoy aquí tranquila- dije con las lágrimas amontonándose en mis ojos

Sentí movimiento y vi a aquella víbora levantarse, me incorporé lo mas rápido que pude, no iba a dejar que se me volviera a escapar, ahora no estaba Charlotte para pararme. La agarré de un brazo fuertemente y le di la vuelta para que me encarara

F: Tu no te vas a ningún lado- casi gruñí

H: Suéltame estúpida- dijo intentando librarse de mi agarre sin mucho éxito- Por qué mejor no vas a ver como está la perra de tu novia?

Mi juicio se nubló por completo y estampé mi puño izquierdo en su rostro haciéndola tambalearse y terminar cayendo al suelo. Sin darle tiempo para reaccionar me coloqué encima de ella aprisionándola de la misma manera en que ella tenía a Rebecca anteriormente. La agarré del cuello de la chaqueta y levanté ligeramente la parte superior de su cuerpo.

F: Voy a hacer que te arrepientas de cada vez que le has puesto la mano encima

Mi puño volvió a estrellarse contra su cara y ella volvió a caer sobre su espalda por el golpe, no sé que se apoderó de mí, pero no podía parar de pegarle, iba alternando mi puño derecho con el izquierdo y veía como su cara se iba cubriendo de sangre a medida que mis nudillos la golpeaban.

R: FREEN!! PARA AMOR, POR FAVOR- escuché a Becky gritarme y como si algo me hiciera click en la cabeza, me quedé quieta

Sentí sus brazos alrededor de mis hombros apartándome de aquella mujer que yacía casi desmayada por los golpes. Encerró mi cara entre sus manos obligándome a mirarla a los ojos.

R: Ya está, ya está, estoy bien amor, tranquila.- dijo llorando

Me lancé a sus brazos y la apreté contra mi cuerpo sin dejar que quedara un solo hueco entre nosotras dos. Estuvimos así, abrazadas, no se por cuanto tiempo, pero de repente escuché como alguien entraba en el apartamento. Al parecer los vecinos habían llamado a la policía por el escándalo.

Todo pasó muy rápido, los policías al entrar y ver la escena no tardaron en llamar una ambulancia y casi sin darme cuenta estaba esposada con las manos detrás de mi espalda con dos policías a mis costados sacándome de la casa. Mis ojos buscaron a Becky y me derrumbé al verla gritando mi nombre mientras lloraba. Uno de los guardias la tenía agarrada para que no entorpeciera en mi detención pero de un momento a otro logró zafarse y corrió estampando su cuerpo con el mío.

F: Bec te preocupes, todo va a estar bien- dije intentando tranquilizarla- Llama a Charlotte y cuéntale lo que ha pasado, ella se encargará de llamar a mi abogado, si?- ella solo asintió limpiándose las lágrimas que le caían en cascada por el rostro.

R: Te amo

Me dio un corto beso y dejó que los guardias hicieran su trabajo.

Al llegar a la comisaría me sentaron en una silla frente a un escritorio, el tiempo pasaba y nadie me decía nada, levanté la cabeza y miré al oficial que estaba a mi lado.

F: Necesito ir al baño-el guardia me miró con pereza, me levantó agarrándome de un brazo y me llevó hasta una puerta en donde estaba escrita la palabra aseos.

Agente: Te voy a quitar las esposas y voy a esperarte acá fuera, no hagas nada estúpido- dijo señalándome con su dedo índice- Bueno, mas estúpido de lo que ya has hecho...

Me adentré en aquel baño, estaba vacío gracias a dios. Me miré al espejo y me vi la cara llena de salpicaduras de sangre, levanté mis manos mirando ahora mis puños, estaban hinchados, con restos de sangre y ya empezaban a verse pequeños morados en los nudillos. Levanté la mirada y me miré a mi misma a través del espejo. No me reconocía. Abrí el grifo y con ayuda del agua eliminé la sangre que cubría mis nudillos y mi rostro, pasé mis manos húmedas por el cabello intentando acomodarlo. Unos golpes en la puerta me sobresaltaron.

Agente: ¿todo bien?- preguntó con voz autoritaria

Me dirigí a la puerta y salí finalmente, para volver a ser esposada y llevada de nuevo a aquel escritorio. Al cabo de unos 15 minutos apareció un hombre vestido con un elegante traje y tras saludarme con un ligero movimiento de cabeza, le indicó a mi guardián que me trasladara a una de las salas de interrogatorios. Entramos en aquella habitación fría, en la que solo había una mesa y cuatro sillas y por supuesto el famoso espejo unidireccional. Me senté, el guardia me quitó una de las esposas y la apretó alrededor de una barra que había debajo de la mesa, imposibilitando así cualquier movimiento que yo pudiera realizar.

Agente: En cuanto llegue tu abogado, vendrán a tomarte declaración

F: Gracias- dije en un hilo de voz.

Y de un momento a otro estaba sola. Podía escuchar mi corazón palpitando a alta velocidad, las pisadas que provenían de fuera de aquella habitación, escuchaba el aire acondicionado, que me estaba haciendo pasar tanto frío. Nunca me había centrado en los ruidos de mi alrededor, y era eso lo que me estaba sacando de quicio, necesitaba que alguien entrara por esa puerta y acabara con este ruido disfrazado de silencio.

Enganchada a tí (Freenbecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora