Capítulo 77

1.2K 144 5
                                    


POV Rebecca

Cuando vi a Freen perder el conocimiento por el golpe que le propinaron en la cabeza, me abalancé como pude a los brazos de uno de aquellos hombres. Él no lo vio venir, así que no le dio tiempo a reaccionar y de un segundo a otro, me encontré tumbada en el suelo con aquel hombre al lado.

La soga que ataba mis manos me estaba limitando, así que tardé un poco mas de lo normal en ponerme de pie, gracias a dios, la que ataba mis piernas se aflojó con el forcejeo y logré deshacerme de ella. Asomé la cabeza a la parte de atrás de la camioneta y allí seguía mi novia desmayada. Miré sobre mi hombro y pude ver como uno de los hijos de puta que nos estaban secuestrando, ayudaba a levantarse al que yo había tirado al suelo, al parecer se pegó duro en la cabeza y le estaba costando ponerse en pie.

Mi cabeza daba vueltas pensando en lo que podía hacer para sacarnos de esta, pero el tiempo se me estaba acabando. Unas manos me levantaron por la cintura y pataleé con todas mis fuerzas, evitando así que me volvieran a meter a la camioneta.

H: ¿Qué coño está pasando aquí?- escuché la voz de Heidi de repente- Lucas! Juan! Dije que no quería escándalos!

L: Lo siento jefa, pero nos salieron peleonas-dijo el que me tenía alzada

J: La perra esta me tiró al piso-dijo señalándome

Heidi caminó seria hasta llegar a nosotros, primero me miró a mí y me quedé congelada en el sitio, para luego acercarse y propinarle un puñetazo en el estómago al que me había llamado perra, haciendo que este se inclinara hacia adelante.

H: Vuelve a llamarla perra y te corto los huevos Juan-dijo agachándose para quedar a la altura de su oído- Y tú -ahora se refería a mi- Deja de resistirte o te juro que le vuelo la cabeza a la estúpida de tu novia delante de ti.

Su comentario bastó para que no volviera a resistirme. Volví a sentir el suelo bajo mis pies cuando aquel estúpido me soltó, y tras darle una mirada de asco a Heidi, me subí a la camioneta.

Al principio pensé que Heidi vendría con nosotros, pero luego vi como se subió a su moto y dejó el garaje antes que nosotros.

El viaje duraba bastante, y yo cada vez estaba mas preocupada, ya que Freen no despertaba. Acerqué mi cara a su boca y pude notar que respiraba con normalidad, eso me tranquilizó.

Después de casi dos horas, llegamos a una casa que estaba apartada de todo, no había nadie en muchos kilómetros a la redonda. Los matones de Heidi, se bajaron de la camioneta y abrieron las dos puertas traseras a la vez, uno de ellos agarró mi brazo y me sacó de un tirón, mientras que el otro agarraba a Freen y se la echaba al hombro.

Al lado de la puerta, se encontraba estacionada la moto de Heidi, así que seguramente estaría dentro esperando por nosotros. La entrada de aquella casa estaba vacía, solo tenía un gran espejo justo delante de la puerta, en la que pude verme reflejada. Al lado izquierdo había un gran salón del que solo pude ver un sofá negro de cuero enorme, ya que sin parar, seguimos caminando hasta unas escaleras que daban al piso de arriba. El pasillo al que fuimos a parar una vez alcanzamos lo alto de las escaleras, era grande y luminoso, gracias a una cristalera que se encontraba al final de ese pasillo, que iba desde el suelo hasta el techo. El hombre que llevaba a Freen abrió la primera puerta a su derecha y se adentró aun con mi novia a cuestas. Por un momento pensé que estaríamos juntas, pero el que me llevaba del brazo siguió caminando.

Pensé en protestar por separarme de Freen, pero enseguida las palabras de Heidi se me vinieron a la mente, así que opté por tragarme la rabia y seguir caminando. Nuestra parada era la última puerta a la derecha, estaba entreabierta, el matón solo tuvo que darle un ligero empujón y enseguida nos adentramos en aquella habitación.

Justo en frente de la puerta se encontraba una cama king size, adornada con muchos cojines que llegaban hasta la mitad de la cama, a la izquierda estaba el cuarto de baño, del que solo llegaba a ver el lavamanos y por último, a la derecha había un balcón que estaba con las puertas abiertas en ese momento y unas cortinas trasparentes que me dejaban ver la belleza del paisaje que se veía desde donde nos encontrábamos.

Cuando aún tenía la mirada fija a aquellas vistas, sentí como me desataron las manos y me di la vuelta, dándome tiempo a ver a aquel tipo salir de la habitación cerrando la puerta tras él. Corrí e intenté abrirla, pero como me imaginaba estaba cerrada con llave. Mi siguiente movimiento fue quitarme la cinta americana que me había puesto en la boca, lo hice de un tirón y casi me dejo los labios pegados a la cinta.

R: Hijo de...-dije en voz baja al sentir el dolor al deshacerme de la cinta

Recorrí toda la habitación, buscando la manera de escapar de allí. Abrí todos los cajones, pero estaban vacíos. Entré en el baño y abrí el roperillo que se encontraba encima del lavamanos y nada, también estaba vacío. Caminé hasta el balcón y nada mas poner un pie fuera, sentí un aire fresco darme en la cara, cerré los ojos y aspiré profundamente. Me tomé unos segundos para tranquilizarme y luego me asomé por la barandilla. Quería comprobar la altura a la que me encontraba, ya que se me había ocurrido que tal vez, podría escapar saltando desde el balcón, pero mis intenciones se vieron frustradas al ver que estaba demasiado alto y encima en la parte de abajo había una verja que terminaba en punta.

H: Demasiado alto para escapar por ahí bebé.

Me di la vuelta sobresaltada al escuchar la voz de Heidi desde dentro de la habitación. Al girarme la encontré de pie con los brazos cruzados y con una sonrisa en la boca.

R: ¿Dónde está Freen?- pregunté caminando hacia ella

H: A salvo....de momento-dijo soltando una pequeña risa

Sin pensarlo, me abalancé sobre ella provocando que cayera de espaldas al suelo, haciéndome quedar encima de ella. La agarré de la camiseta y la atraje hacia mí

R: Como le toques un solo pelo de la cabeza te juro por Dios que te mato-dije con rabia

H: Mmm me encanta cuando me hablas sucio-dijo sonriendo

No pude aguantarme y le pegué un puñetazo provocando que se le rompiera el labio. Ella me agarró de los hombros y me lanzó hacia un lado para acto seguido levantarse. No dijo nada, solo se tocó el labio y al ver que estaba sangrando, me miró fijamente, se acercó hasta mí, que aún seguía sentada en el piso, se agachó y me agarró del pelo tirando con fuerza hacia ella, quedando así su boca en mi oreja.

H: Me encantaría devolvértelo, pero creo que te dolerá mas si a la que golpeo es a tu noviecita

Me levantó del suelo tirando de mi pelo y me lanzó sobre la cama. Aprovechó ese momento para salir de la habitación, me levanté lo mas rápido que pude e intenté abrir la puerta, pero era demasiado tarde, una vez mas, me habían dejado encerrada.

Enganchada a tí (Freenbecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora