POV Heidi
Corté la llamada con Rebecca puesto que sabía que me iba a reprender por haberla llamado bebé, pero es que no podía evitarlo, me salía sólo cuando hablaba con ella. Pero bueno, lo importante es que había accedido a que viniera conmigo. Es increíble lo fácil que me resultó convencerla de que quería cambiar. Es verdad que no me agradan los ataques de celos y de furia que me dan a veces, pero es algo que no tiene que ver conmigo, si no me provocaran, yo no reaccionaría así. Si tengo que fingir que es culpa mía para recuperar a Rebecca lo haré. No me hace mucha gracia tener que gastarme un pastón en esta dichosa psicóloga, pero tengo que hacer lo posible para que mi bebé me crea, sino, mi plan se irá al garete.
Mi primera cita con la psicóloga es en 10 minutos. Ayer le mandé un mensaje a Rebecca con la dirección y quedamos en vernos aquí delante 5 minutos antes de la hora, así que estará al llegar. Mientras espero, miro mis redes sociales en el celular, cuando un auto se estaciona justo delante de mí. Levanto la cara y veo a la nueva noviecita al volante y a Rebecca de copiloto. Veo como se despiden con un beso, luego Rebecca sale del auto, y este no tarda ni dos segundos en arrancar y desaparecer calle abajo.
H: Hola-le digo cuando llega a mi lado- una vez mas, gracias Becky
R: No hay de qué-dice sonriendo- Pero mejor vamos, no quiero que llegues tarde por mi culpa.
Entramos en el edificio y nos sentamos en recepción esperando a que me llamen para entrar a la consulta. Son puntuales y a las 9:00am en punto ya estamos entrando por la puerta.
Al entrar veo a una mujer de unos 50 años con gafas de pasta rojas y vestida con una especie de túnica amarilla, no parece la típica psicóloga, mas bien tiene una apariencia "hippie" que no le da ningún aire de profesionalidad, pero bueno, tal vez eso sea mejor para mí
Psicóloga: Buenos días y bienvenidas, tomen asiento por favor-nos dice sonriendo- Y bien, Quién de las dos es Heidi?- pregunta
H: Esa soy yo-le digo sin ganas
Psicóloga: Perfecto pues encantada Heidi, y esta señorita es..?-dice mirando a Rebecca
R: Soy Rebecca Armstrong-contestó
Psicóloga: Encantada Rebecca. Cómo bien saben mi nombre es Rosa y estoy aquí para ayudarlas. ¿Esto será una terapia de parejas?-pregunta mirándonos a las dos
R: No- se apresura a contestar Rebecca- Solo somos...amigas-dijo no muy convencida- Yo solo estoy aquí para acompañarla, ella se siente mejor si estoy a su lado.
Psicóloga: Es la primera vez que me encuentro con esta situación-dijo divertida-normalmente mis pacientes no quieren que nadie sepa sobre lo que se habla dentro de esta consulta
H: Ya ve-le dije un tanto irritada- Lo que pasa es que el problema que tengo atañe a Rebecca y quiero sincerarme por completo con ella, así que no me importa que esté presente durante mis sesiones-dije de manera tajante.
Psicóloga: Vamos a ver, hoy no hay problema con que se quede, pero las siguientes sesiones tendremos que estar usted y yo solas señorita Heidi-dijo amablemente
H: Y se puede saber por qué-pregunté enfadada
Psicóloga: Pues por el simple hecho de que yo necesito forjar una conexión con usted para poder ayudarla y me temo que si hay alguien mas en la habitación, de una manera u otra, usted acabará por cohibirse y terminará por no decir las cosas tal y como las siente- me explicó
R: Tiene sentido-asintió Rebecca- por mi no hay problema
A regañadientes empezamos la primera sesión. La estúpida psicóloga había arruinado mi primer intento de acercamiento en dos segundos.
Me preguntó cual era la razón por la que la había contactado y le dije que tenía problemas de ira. Hablamos un poco o mas bien habló ella sobre la ira. Luego me hizo todo tipo de preguntas, unas sobre mi familia, sobre mis amigos, mi trabajo y sobre mis relaciones personales con mis pasadas novias. La sesión se me hizo eterna y mas sabiendo que esto no me serviría para acercarme a Rebecca.
Cuando terminó, salimos en silencio.
H: De verdad que esperaba que no hubiera ningún problema con que estuvieras presente-dije irritada- en serio que te necesito a mi lado Becky-dije mirándola con ojos de cordero degollado
R: Bueno-dijo con pena- Ya que no puedo entrar, podríamos vernos después de tus sesiones en una cafetería, así podrías contarme como vas avanzando
H: Me parece una idea genial-dije sonriendo-gracias bebé
R: Heidi, ya te dije que no me gusta que me llames así-dijo molesta-nosotras ya no estamos juntas y si quieres que siga ayudándote, vas a tener que poner de tu parte y parar de llamarme bebé
H: Lo siento-dije bajando la cabeza- no volverá a suceder.
Nos despedimos y me encaminé hacia donde había aparcado mi moto. La psicóloga por poco me fastidia el plan de recuperar a Rebecca, pero bueno, al final he salido ganando, porque ella no ha podido resistirse a mi mirada triste y además, ya que no me sirve, dejaré de ir a las sesiones, solo quedaré con Rebecca en alguna cafetería y hablaremos sobre mis sesiones imaginarias. Seguro que en menos de lo que canta un gallo vuelvo a estar entre sus piernas.
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Enganchada a tí (Freenbecky)
Fiksi PenggemarFreen Sarocha Chankimha , una guardaespaldas de 25 años es asignada al cuidado de Rebeca Patricia Armstrong, una cantante caprichosa de 20 años que se cree mejor que nadie.