Capítulo 15

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🎼| "Put your lips close to mine As
long as they don't touch Out of
focus, eye to eye 'Til the gravity's
too much And I'll do anything you
say If you say it with your hands
And I'd be smart to walk away"
Treacherous, Taylor Swift.


ALLISON.

Y ahí estaba yo, caminando de mi casa a la de Aleksander, el me había dicho que me necesitaba, no se que es lo que supuestamente necesita -tengo la ligera sospecha de que no me necesita para nada- pero ahí estoy, tocando el timbre de su puerta esperando a que abriera.

Un chico de pocos sentimetros más alto que yo abrió la puerta, el me recorrió con la mirada y procedió a gritar.

-¡Alec, tu novia vino a verte! -grito con una voz ronca de adolescente, sentí vergüenza al escuchar la palabra "novia" -. Esta en su habitación, supongo que sabes donde es.

-Hola, si ya lo sé.

Y sin responder nadamas se corrió de la puerta y desapareció por un pasillo, di un paso y ya estaba dentro, camine en dirección a su habitación, toque pero nadie abrio. Gire el pomo de la puerta y está se abrió, busqué con la mirada a Alec, pero no estaba por ningún lado. Escuché el sonido de agua caer, provenía del baño, se estaba duchando.

Camine hasta su cama tropezando, caí de rodillas sobre el piso, miré hacia atrás y vi una pila de ropa -aparentemente sucia- tirada en el suelo.

-¿Quién anda ahí? -preguntó la voz de Alec desde el baño.

-Soy yo.

-¿Allison? ¿Qué haces aquí? -preguntó el.

-Me enviaste un mensaje pidiéndome que viniera, genio.

-Pues qué obediente. -dijo, rodé los ojos.

No respondí y segui husmeando por su habitación, esta estaba repleta de pósters de jugadores de volleyball y productores de cine, es bastante ordenado por lo que pude notar -exceptuando por la ropa tirada del otro extremo de la habitación-, trofeos en una pequeña repisa y medallas en detenidas por clavos.

Me llamó la atención ver en un pequeño escritorio, hojas arrugadas, lapiceros regados y una computadora abierta, me acerqué a miras, eran capítulos para el libro del que me había contado, volví a arrugar las hojas que había extendido para no dejar rastro de que había husmeado por ahí, son cosas que probablemente el no querría que viera.

-¿Puedes pasarme una toalla?

Busque en su habitación alguna toalla, la tome y antes de entrar le dije:

-¿Aún estas dentro de la ducha? -le pregunte, no queria ver nada más de lo necesario.

-Si.

Abrí la puerta lentamente y adentré la cabeza para ver si no me había mentido, y efectivamente seguía en al ducha, entre y cerré la puerta detrás de mi.

Era un baño bastante grande para una sola persona, paredes blancas, cortinas azules separando la ducha, un lavabo, el sanitario y un gran espejo. Deje la toalla encima de la mesa del lavabo, cuando estaba dispuesta a salir alguien tocó la puerta.

Y En Mis Noches De Ataraxia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora