Capítulo 24

219 19 2
                                    

🎼|| "I guess you never know, never
know And if you wanted me, you
really should've showed And if you
never bleed, you're never gonna
grow And it's alright now."
The 1, Taylor Swift.

ALEKSANDER

No lograba entender porqué me importaba tanto lastimar a Allison.

Me sentía como un doble cara —y lo era— después de besarla sin haberle contado mis verdades intenciones al principio, sé que me odiara, pero, si ese es el precio que debo pagar para no lastimarla, lo haré y lo haría miles de veces.

La cerveza fría se desliza por mi garganta. No comprendía porqué hasta hoy me consumía la conciencia, me siento como un insensible por ello.

Quiero decírselo antes de que alguien lo haga por mí. Mi mente se marea de buscar las palabras correctas, pero creo qué no las hay. Si se lo digo, la lastimaré, pero si no se lo digo la lastimaré de igual forma y todo será por mi ridículo rencor.

Ocultarlo fue mi primera opción, pero cuándo me di cuenta de que en realidad quiero a Allison Winchester, me arrepentí.

La brisa helada —que me ponía los pelos de punta— caía sobre mi. Sentado en la terraza, con una botella de cerveza en la mano y la otra constantemente sobre mi frente. Cerré los ojos pero inmediatamente los volví a abrir cuando sentí una presencia además de la mía.

—¿Necesitas compañía, soldado? —preguntó una voz que conocía bien, pero no era un gusto escucharla.

Teresa. Estaba vestida con una falda plisada y un suéter de tejido, ambos de diferentes tonos de rosa. Su cabello recogido en una coleta llena de gel y supongo que maquillaje.

Durante mucho tiempo ella fue... se podría decir mi ¿ligue?, nada serio en realidad.

—¿Como entraste?

Ella se rio.

—¿Así recibes a tus visitas? Es grosero —dijo con un puchero en los labios—. Me abrió tu madre.

—¿Para qué estás aquí? —le pregunté.

—Muchas preguntas ¿No crees? —soltó una risita—, estoy aquí solamente para hablar, hace mucho no lo hacemos.

Entendí el doble sentido en sus palabras, por la mueca perversa en su cara principalmente.

—Tú quieres algo, y si no me lo dices es mejor que te largues.

—No quiero nada, somos amigos, los amigos se visitan.

—No somos amigos.

—¡Auch!

—Fuimos un ligue, no amigos, ahora no somos nada. —aclare seriamente.

Hubo un incómodo silencio, de repente —fue dé hecho intencional— miré hacía él frente, a la casa de Allison y podía verla perfectamente a través de su ventana.

Tenía esa costumbre de dejarla siempre abierta.

Sonreí al verla tropezar con sus propios pies.

—Allison... ¿Cierto? —preguntó mirándome—, es bonita.

—Es hermosa, Teresa.

—No tanto, es un poco torpe, además —se burló.

—Teresa, no quieres tener esta conversación. Allison es hermosa en todos los aspectos, ella es todo lo que tú no eres ni serás.

Abrió la boca muy ofendida.

Ella se lo buscó.

—Como sea, ¿Se lo dijiste? —preguntó cambiando de tema.

Y En Mis Noches De Ataraxia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora