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Gun, en su forma de conejito, se orinó sobre Off. Literalmente.

Off soltó un grito sorprendido, Nunew saltó hacia atrás y Zee murmuró una maldición. James, todavía en el suelo, comenzó a reírse. Debido a la impresión, el híbrido de lobo soltó al conejito, que cayó al suelo de forma elegante, dando unos saltos para alejarse de allí, y se transformó a su forma humana.

-¡Oh, lo siento! -tartamudeó Gun, su rostro cubierto de escarlata por la vergüenza-. ¡Lo siento mucho, de verdad! ¡Es que me asusté demasiado y es un mecanismo de defensa!

-¡Su cara, Gunie, su cara! -se rió James, todavía riéndose en el suelo.

Gun miró al suelo, sus ojos poniéndose un poco llorosos debido a la humillación de la situación. Nunew se compadeció ante su amigo, dando un tímido paso para acercarse y consolarlo, sin embargo, no pudo hacerlo porque Zee lo agarró de la muñeca.

-¿Podemos hablar? -dijo Zee, con su voz un poco baja.

-Um, tenemos clases -dijo Nunew, repentinamente asustado, pero de forma inmediata ese miedo desapareció al ver la mirada triste de Zee-. ¿Qué tal si... si uh... ha-hablamos después del colegio?

Zee sonrió, repentinamente feliz y entusiasmado.

-¡Sí, eso suena bien! -aceptó Zee, girándose para Off, que seguía pasmado, mirando su playera húmeda -. Oye, hay que ir a clases.

- Sí, pero, eh... -masculló el híbrido de lobo, aturdido.

-¡Déjame a-ayudarte! -saltó Gun, todavía con expresión atormentada- ¡Por favor...!

Nunew sacudió la cabeza, sin querer intervenir al ver a Off sonreír como si un conejo no se hubiera meado sobre él, y le tomó la mano a James, que seguía soltando risas bajas. Ambos se despidieron de Zee, que parecía algo fastidiado, entrando al edificio por los pasillos casi vacíos.

- Le gustas a Zee -se burló James, con una sonrisa pícara y divertida.

- No -se apresuró en decir Nunew-, no, eso no es cierto. Él...

--¡Él te defendió de los alfas carnívoros! -dijo James, sin dejar de observarlo con esa juguetona sonrisa-. ¡Te llamó su omega!

- Estaba bromeando -trató de excusar-. ¡Quizás sólo quiere reírse mí, como todos los alfas hacen, James!

Su amigo lo contempló, atónito por sus palabras, y Nunew sintió ganas de llorar. Sin mentir un poco, Zee era el primer alfa que se interesaba en él, así que debido a eso mismo, el omega realmente sentía que todo era una broma de mal gusto.

-¿Por qué Zee querría reírse de ti? -preguntó James, poniendo una expresión triste.

James y Gun no podían verlo, pero porque ellos eran bonitos. Muy bonitos, con aromas omegas atrayentes, delgados, sin un gramo de grasa extra en sus cuerpos. Nunew, por el contrario, estaba gordito.

Odiaba, especialmente, esos momentos en los que se sentaba y podía sentir los rollitos en su estómago, cómo se formaban, sintiendo el llanto pujando en su garganta por esa sensación.

¿Cómo un alfa iba a fijarse en él? Ni siquiera los de su misma especie, alfas ardillas, lo tomaban en cuenta.

Nunew era repugnante.

No respondió la pregunta de James, aprovechando que entraron al salón de clases, pidiéndole perdón al profesor por llegar atrasados. Se sentaron en sus lugares, escuchando la explicación del profesor, y unos quince minutos después llegó Gun, todo tímido y nervioso. El profesor, un híbrido de león, lo hizo pasar sin regañarlo, porque sabía que lo asustaría: todos ya sabían que Gun vivía con miedo. Pobrecito.

🐯WILD CHIPMUNK🐹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora