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—¡Mira que linda foto, nong!

—James, quítala de mis ojos, por favor.

—Yo igual encuentro que te ves muy bonito.

Nunew se hundió en su asiento, observando la foto que James sostenía, sin borrar la sonrisa de su rostro. En la imagen, Nunew estaba abrazando el aguacate que Zee le llevó, en su forma ardilla, mientras el alfa le observaba. Gun le sacó la foto, desprevenido al estar atragantándose con la comida.

Santo dios, qué humillación.

—Salgo horrible —gimoteó Nunew, agarrando sus cosas para salir de clases. El timbre que anunciaba la finalización de la jornada escolar tocó segundos atrás—, mira esas mejillas hinchadas, qué vergüenza...

—¡Te ves muy cuchi! —dijo James, feliz—. La próxima vez, ¿puedo comerte?

—Cómete a Gun —replicó Nunew, y James se volteó hacia Gun, cuyas orejitas cayeron contra su cabello.

—¡No! ¡No! —saltó Gun, comenzando a correr por los pasillos atiborrados de gente, y a James no se le ocurrió nada mejor que seguirlo, sonriendo por la emoción.

Nunew los observó desaparecer, sabiendo que se los encontraría en la salida del colegio, así que siguió caminando, agarrando su mochila con fuerza. A veces, algunos de sus compañeros le quitaban la mochila sorpresivamente, y él no podía hacer nada.

Sin embargo, no dio ni dos pasos, cuando alguien lo agarró del cuello de su suéter. Soltó un chillido asustado, volteándose y palideciendo al ver el rostro burlón de Bright.

—¿Para dónde vas, gordo? —preguntó Bright, y Nunew notó que estaba con un amigo, otro matón llamado Joss.

—Pa-para... mi... mi casa... —barboteó, temblando por el miedo, y quiso retroceder, pero Bright lo agarró ahora del brazo.

—Hoy estoy muy estresado, bola de grasa —suspiró Bright—, así que tengo muchas ganas de golpearte.

—Por favor, Bright... —gimoteó Nunew, a punto de llorar.

—No te preocupes, no debería dolerte —Bright, con su mano libre, le agarró de pronto el estómago, arrancándole otro chillido—. Con toda esta grasa, no te haré mucho daño.

Escuchó la risa de los dos matones y jadeó por el dolor al sentir el apretón fuerte que le dio Bright. Su colita se crispó, pero antes de convertirse en una ardillita para salir corriendo, alguien más habló.

—Mira, idiota, o sueltas ahora a Nunew —dijo Zee, su voz era un gruñido furioso—, o te arrancaré las bolas.

Bright y Joss saltaron ante la amenaza, girándose para ver al alfa de pie detrás de ellos, con sus ojos oscurecidos. Bright lo soltó, retrocediendo.

—Sólo jugábamos —dijo el híbrido de hiena con tono inocente.

—Y una mierda -Zee dio otro paso—, si le vuelves a hacer daño, te mataré con mis propias manos.

Con esa amenaza, los dos chicos salieron corriendo lejos de allí, dejándolos solos. Nunew sorbió por su nariz, todavía asustado, y Zee se le acercó, buscando un pañuelo en su bolsillo.

—Ya, está bien, Nu —le dijo el alfa, apretándole la naricita para limpiársela—, ellos no te harán nunca más daño.

—Siempre me molestan —lloriqueó Nunew, un poco sorprendido de que su omega no estuviera temblando ante la presencia del alfa.

—Deberías defenderte —aconsejó Zee—, ellos lo hacen porque...

—¡No puedo! —gritó Nunew, volviendo a llorar—. ¡No... no puedo! ¡E-ellos son a-alfas carnívoros que... que me pueden co-comer! A-aunque quisiera enfrentarlos, mi la-lado ardilla les ti-tiene mucho miedo...

🐯WILD CHIPMUNK🐹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora