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Parte 2

El resto de la cita el omega no dijo palabra alguna. Parecía haber quedado completamente mudo, así que Zee hizo todas las preguntas pertinentes. Nunew no estaba con mucho sobrepeso, sino que, evidentemente, los cinco bebés lo tenían así. Eran cuatro ardillitas y una pantera, todos varones. Estaban sanos y no se veían con ningún problema. Nunew no podía transformarse en ardilla por el resto del embarazo para evitar complicaciones. Y otras cosas más que el omega, honestamente, no escuchó muy bien.

El camino a casa fue hecho en silencio por los dos. Zee estaba preocupado por Nunew (y también asustado, claro), así que no quiso decir nada, a pesar de que el alfa estaba muy feliz por la noticia. No importaba si era un niño o cinco, ¡él los amaría a todos por igual! Porque eran sus hijos con Nunew, el omega que amaba con todo su corazón. Pero quizás Nunew...

Nunew parecía a punto de vomitar y Zee sabía que debía ser muy difícil para su omega. Al fin y al cabo, era su pareja el que debía cargar con el embarazo y, tal vez...

―¡Mira lo que hiciste, idiota! ―explotó Nunew una vez llegaron a casa.

Zee lo miró en silencio y Nunew tiró al suelo su bolsito. Se puso a llorar y abrazó su barriga hinchada.

―Fuimos los dos ―recordó Zee―. Bebé, ¿por qué lloras? ¿Qué pasa?

―¡Porque ahora sí que la ropa no me va a quedar! ―Nunew sorbió por su nariz, sentándose en el sofá, y el alfa sintió un poco de alivio ante sus palabras―. ¡Me voy a... a poner muy feo en unas se-semanas!

―No, eso jamás ―Zee le tomó la mano, sentándose también a su lado y dándole una caricia en el rostro―. ¿Qué tal si hacemos un nido, hermoso? Eso quizás sirva...

―¡No quiero! ―lloró Nunew, haciendo un berrinche, y Zee soltó un suspiro. Rodó los ojos sin que lo viera, sabiendo que eso lo iba a hacer llorar más.

Volvió a ponerse de pie, ignorando los balbuceos llorosos de su novio, y fue hacia el cuarto que compartían. Agarró la enorme cajita que James le regaló a su novio unos meses atrás, y se lo llevó al comedor. Al verlo, el rostro de Nunew se iluminó con felicidad.

―¿Qué tal si haces brazaletes? ―sugirió Zee, ubicándose a su lado, y Nunew se recostó contra él―. Para nosotros, y para nuestros cachorros.

La cara de Nunew se suavizó y abrió la cajita, dónde había un montón de cuencas de muchos colores en sus cajoncitos, con decoraciones por doquier. Zee dejó que Nunew se apoyara en él mientras comenzaba a hacerlos, tarareando y sintiendo las vibraciones de alegría a través del enlace.

Cuando Nunew estaba avanzando, revolvió su cabello, dándole un beso en la nuca. Nunew olía tanto a vainilla y a leche materna, y le encantaba.

―¿Estás feliz por nosotros? ―preguntó Zee, tímido.

―Sí ―afirmó Nunew, suspirando―, tendremos bebés, Prukie ―el alfa lo vio meter un colgante de gatito en medio del brazalete―. Es... es sólo que tengo algo de miedo. Cinco bebés... ¡Esto lo hiciste tú y esa manía que tienes con anudarme...! ―Zee se calló las palabras para evitar su muerte―. Perdón, es que me agarró por sorpresa que serán cinco... Pero estoy contento. Tú siempre me haces feliz.

Zee soltó un ronroneó bajo, viéndolo trabajar tan concentrado en esos pequeños regalos que sugirió.

―Cinco cachorritos ―aceptó Nunew, y soltó una risa―. Zee, ¿cómo es posible? ¡Nos van a volver locos! ―una pequeña pausa―. Serán fuertes y muy juguetones. ¡Cuatro ardillas y una pantera! Tú nos cuidarás siempre, ¿cierto, Zee?

🐯WILD CHIPMUNK🐹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora