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El día en que fue la graduación, Zee se aseguró personalmente de que ningún cretino siquiera pensara en molestar a su novio. Cazó a los idiotas que lo molestaban uno por uno y se los comió.

Bueno, no. Solamente los amenazó personalmente, diciendo que si se les ocurría gritar o hacer una expresión grosera contra Nunew, los asesinaría con sus propias manos. Los rostros de aquellos bullies lo fue todo para Zee y quedó muy claro lo que iba a pasar si hacían alguna de sus estúpidas bromitas.

Ese día Nunew estaba muy nervioso. Por la diferencia de apellidos le tocó sentarse algo separado de Zee, pero al menos, Gun estaba a su lado. Además, no sólo era la graduación lo que le tenía así, sino también que sería la comida en donde sus familias iban a conocerse. Irían a casa de Zee, pues su hogar era más grande y espacioso, y Nunew estaba con ataque pensando en todo lo que podía salir mal.

―Nu, estás liberando feromonas sin control ―le susurró Gun, preocupado, mientras el director daba un aburrido discurso sobre la importancia de los estudios―, tranquilízate.

―No puedo ―murmuró Nunew―, ¿y si todo acaba mal?

―¿Cómo va a acabar mal? ―Gun le dio un apretón en la mano―. Ya deja de pensar que los padres de Zee se van a comer a los tuyos.

Nunew lo miró con mala cara, sin poder creer que sus pensamientos hubieran sido revelados con tanta facilidad. Aunque Gun pensaba que no había que ser un genio como para adivinar sus ideas.

―Deberías estar feliz ―prosiguió Gun, aplaudiendo cuando el director terminó, por fin, con ese horrible discurso―, es un paso más grande a su relación.

El omega mayor no pudo evitarlo y una tímida sonrisa curvó ahora sus labios. No sólo eso, porque esa graduación coincidió con su aniversario desde que eran novios: cumplían siete meses desde que oficializaron su noviazgo. Para Nunew, esos siete meses significaban todo, y más cuando pensaba que ellos irían juntos a la universidad. Zee estudiaría Arquitectura, mientras que Nunew escogió Licenciatura en Letras y Literatura. Nunew quería trabajar en una editorial de libros más adelante y, por qué no, quizás escribir un cuento sobre una ardillita que encontraba el amor en una pantera.

De cualquier manera, ese último tiempo estaba muy feliz. Sus sesiones con la psicóloga estaban funcionando muy bien, a pesar de que tuvo que ir al psiquiatra también para tratar su trastorno de ansiedad mediante medicamentos. Al inicio le daba mucha vergüenza, pero ambos especialistas le explicaron que necesitar medicamentos no le hacía más débil o menos valiente. Que, a veces, algunas personas necesitamos otro tipo de ayuda para poder avanzar.

A eso se le sumaba que decidió ir también con una nutricionista que le ayudara a bajar de peso de una manera sana y sin dietas extremas. Llevaba un mes con ella, pero había cambiado ciertos hábitos de comida y malas costumbres que tenía desde hacía mucho tiempo.

Nunew no pudo evitar pensar, mientras decían su nombre e iba a recoger su diploma, lo bonito que era sentirse ligero con su cuerpo. Tal vez sólo había bajado unos gramos, pero él se sentía distinto, más liviano y con menos carga encima, y era una agradable sensación que disfrutaba por completo. Él se sentía y percibía distinto, y a pesar de que a veces todavía tuviera pensamientos intrusivos, trataba de que no dominaran su vida y le amargaran la existencia.

Una vez la ceremonia acabó, se reunió con Zee y el resto de sus amigos. Abrazó al alfa, le dio un sonoro beso en la boca y luego se sacaron una foto juntos, cada uno con su propio diploma y una gran sonrisa en el rostro. Se quedaron unos minutos más, sacándose fotografías grupales y de curso, antes de dirigirse con sus padres.

―Felicitaciones, mi lindo cachorrito ―le dijo su mamá, abrazándolo y besándole la mejilla―, estás tan grande, mi pequeño niño.

―No soy pequeño ―reclamó, pero no podía eliminar su sonrisa.

🐯WILD CHIPMUNK🐹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora