Capítulo 2

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Han pasado 3 días desde que vi por primera vez al muchacho en la vieja torre. No he tenido ni un poco de descanso hasta el día de hoy que tengo un par de horas libres en la tarde, por lo que estoy en camino hacia su encuentro.

He estado pensando en maneras de hacer que entre en confianza conmigo pero he descartado todas ellas.

Primero pensé en ser más graciosa, tal vez una que otra historia cómica rompan el hielo, pero al tratar de pensar en algo entendí que mi vida más que dar gracia daba tristeza y si intentaba pensar en inventar alguna solo daban pena ajena.

Descartada.

Luego pensé y si le leo un cuento o historia de las que alguna vez vi a escondidas en la biblioteca. Pero no es un niño y para nada parece alguien que me dejaría terminar de relatar un cuento sin antes lanzarme una roca.

Descartada.

Algún regalo. Descartada, si robo algo irresponsablemente me cortaría las manos. Si le hablo de mi vida y descubre la verdad tal vez me odiaría más de lo que lo hizo cuando me conoció.

Descartada.

Incluso pensé en ayudarlo a liberarse y escapar, pero no se donde guardan las llaves de las cadenas, no tengo la fuerza para aflojarlas o romperlas, no sabría como ayudarlo a escapar sin que lo vean ya que jamás pensé en algo como eso y si nos descubren ambos moriríamos. Y no me perdonaría que algo le pasase. Así que de nuevo al inicio.

Logré obtener una manzana de la cocina, la cual llevo oculta en mi canasta bajo mis hojas y mi pañuelo. Se la daré ya que necesita alimentarse bien, lo cual dudo que permitan los guardias y el señor.

Subo rápidamente las escaleras luego de revisar que no haya nadie por aquí vigilando o algo así y me adentro por el agujero en la pared no sin antes dar unos golpecitos en la caja del lado de adentro para no perturbar su privacidad o asustarlo.

- ¿Otra vez tú? - me dice al verme.

- Decir un "hola" no va a hacerte daño, sabes. - le digo poniendo los ojos en blanco.

- Vaya, tienes otros gestos además de los de torpe, ahora descubrí los de irritante. - me dice con burla.

- Wow, en verdad que eres increíble...

- Gracias - me interrumpe.

- No era un cumplido. - frunzo mi seño y bufo - En fin, toma - le paso la manzana y el la toma con lentitud y el rostro sorprendido - yo trayendote comida y tu comportándote como tonto.

- Gracias...- creo que es la primer sonrisa sincera que veo más allá de sus risas de burla, creo que hasta se ve tierno - irritable. - retiro lo dicho, es un tonto.

- Ufff, realmente tu... - no se me ocurre como contraatacar ya que jamás he discutido con nadie antes. De haberlo hecho hubiera sido severamente golpeada y dejada morir de hambre - tu... este... tonto.

- Impresionante - aplaude - puedes cambiar fácilmente entre torpe e irritante muy fácil, mis felicit...

Se corta cuando una bola de papel que le lance choca con su frente. ¡El irritante es otro!

- Bien hecho - ¿Qué? No entiendo que trata de decir - Así debes defenderte cuando alguien te trata grosero... o peor - dice lo suficientemente bajo como para que no se oiga pero mi audición es buena - Aunque una roca o un cuchillo te servirían más que... un papel - dice desarrugando el papel.

- Oh eso...

- Es bonito. - dice al ver mi dibujo de uno de los girasoles que hay en los jardines del castillo. - Eres buena.

El Príncipe Oscuro Y La Princesa BastardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora