Khastell:
Mis ojos se abren lentamente. ¿Qué está pasando? Es lo único que puedo preguntar en mi mente.
El dolor de cabeza es tan fuerte que hasta diría que la siento estallar. El olor a humedad impregna hasta el último rincón del extraño y desconocido lugar.
Parpadeo varias veces para eliminar el mareo que me ataca.
Siento un peso en mi pie izquierdo y cuello, y es ahí cuando noto las pesadas y gruesas cadenas enganchadas a mí. ¿Dónde estoy?
Yo me encontraba a caballo con 4 de mis guardias revisando las fronteras de mi reino ya que había varias noticias de ataques a carruajes y desapariciones de comerciantes.
Sería una tarea simple. No era la primera vez que sucedía algo así, creímos que tal vez un grupo aislado de bárbaros había estado siendo el culpable. Sería un viaje de ida y vuelta en cuestión de un par de días. Al parecer no fue así. Me confíe demasiado.
Lo último que recuerdo fue que de repente nos atacaron y luego de que una flecha hirió la pata de mi caballo lo que lo hizo tirar su cuerpo hacia atrás, caí al suelo y este salió corriendo. Luché con los hombres que salieron de sus escondites con espadas, hiriendo e incluso matando a más de uno pero aún así eran más que nosotros, hasta que un golpe seco en la parte trasera de mi cabeza me hizo volver a tocar el suelo y perder el conocimiento, luego solo hubo oscuridad.
Y ahora despierto en este lugar. Un cuarto pequeño, oscuro, con paredes rotas y mohosas. Las cadenas se ven largas, seguro permitiéndome caminar por aquí y llegar incluso a ver por la ventana a mi izquierda. Un colchón viejo en el suelo y cajas dispersas por la habitación. Una sola puerta al frente de mi, reforzada con hierro.
Tan molesto.
Se oyen pasos fuera, la puerta suena y es abierta al tiempo que yo me incorporo y tomo asiento con una mano en la cabeza.
Cuando lo veo comprendo todo. Un hombre viejo pero grande en estatura entra, un maldito viejo loco y obsesionado con el poder. Alhastor Tierell Kers. El rey del reino Keres, un pequeño reino que colinda con el mío. Es rico en minerales pero en poder no puede ni llegar equipararnos, la sed de poder de su rey siempre ha sido de conocimiento público y la enemistad que tiene con mis padres era una historia que ya conocía desde hace mucho.
Yo soy el príncipe heredero del reino Theorem. Khastell Knox Alarisk.
Mi reino es uno de los más poderosos y ricos debido a nuestras varias montañas con diversidad en minerales, ademas de nuestras buenas alianzas comerciales con la mayoria de reinos del continente, algo que molesta al viejo Alhastor desde siempre. El se ha llevado terriblemente con todos por su carácter y la desconfianza que le tienen, excepto por el reino Helm. El único con el que tiene una alianza y de donde tiene al menos un poco de apoyo, el rey de ese lugar es casi igual que este bastardo.
Ha tratado de muchas maneras de quitarnos el reino, qeriendo iniciar guerras con nosotros a pesar de saber que solo lograría perder a sus hombres.
Su personalidad es horrible, demasiado perverso, ruin, machista. No por nada obligó a su esposa a apellidarse "Alea Sue de Kers" más que su compañera es solo un objeto más de su propiedad para él. Más bien todos son objetos, piezas que el utilizará a su beneficio. Incluyendo a sus tres hijos.
ESTÁS LEYENDO
El Príncipe Oscuro Y La Princesa Bastarda
Historical FictionAriah no tenia una vida sencilla, en su familia era la "bastarda" que no debió nacer, el cariño y la felicidad no eran parte de su monótona y oscura vida diaria. Hasta que un día encontró a un niño encadenado en la vieja torre del castillo. Con una...