Capítulo 1

602 37 3
                                    

Me recuesto contra la pared, levanto una de mis piernas sobre el banco y recuesto mi mentón sobre mi rodilla. Faltan cinco minutos para terminar el entrenamiento, algunos ya están estirando, mientras que algunos drogadictos, como Neil y Kevin, siguen cerca del arco lanzando tiros.

Andrew bufa, sin sorprenderse de aún encontrarlos ahí. Observa el número 10 en la camiseta del pelirrojo mientras lanza un tiro. Sus músculos ondulan por los movimientos al realizar el ataque. Aún si no puede ver, sabe que Neil sonríe con esa feroz sonrisa que tiene cada vez que logra un punto que estuvo practicando. Sigue con la mirada sus movimientos, porque está aburrido y no tiene nada más interesante que ver hasta que Wymack los libere.

Como si lo hubiera invocado, el adulto aparece cerca de él y utiliza su estridente voz para gritar que estamos liberados por hoy.

Andrew no despega la vista del delantero más bajo. Observa la sorpresa en sus ojos al percibir que el entrenamiento terminó, mira el arco como si quiere realizar 100 tiros más, pero luego de algunas palabras de Kevin, deja el entrenamiento para las prácticas nocturnas. Observa cómo se quita el casco y cómo la estúpida bandana naranja impide que sus rizos se peguen a su rostro. El color oscurecido de la tela indica lo sudoroso que está Neil, eso no impide que dirija su mirada al cuello del delantero y piense en las mordidas de anoche en esa zona.

Sigue el camino de la mano de Neil hacia su cabeza, quitando la banda de su lugar y dejando que su crecido cabello se libere, piensa en querer pasar sus dedos por los rizos tan rojos y brillantes. El rubio sabe que Neil no lo tiene así de largo porque quiera, sino porque una de sus prioridades no son los cortes de pelo.

¿Cuándo fue la última vez que se lo cortó? Andrew no lo recuerda. Sus pensamientos lo dirigen hacia atrás, pensando sobre ello. Sus divagaciones no hacen que se percate que el pelirrojo se acercó hacia el banco en el que se encuentra sentado, aún con la espalda contra la pared. Luego de unos segundos en los que el rubio no lo reconoce, Neil lo llama.

–Hey.

Sus ojos se dirigen hacia el delantero, inmediatamente sube su mirada hacia sus rizos, se percata que casi se le hacen rulos. Levanta un dedo y lo llama en silencio.

Neil, porque es tan Neil y no le tiene miedo, se acerca sin vacilar hacia él. Se agacha un poco para estar a la altura de Andrew, tan cerca como si estuviera por contarle un secreto. Lo mira con sus penetrantes ojos, gira un poco su cabeza en señal de interrogación.

Andrew espera unos segundos para asegurarse que están solos, no quiere interrupciones, no quiere que nadie se meta en... su vida privada, y bueno, Neil está dentro de su rutina.

Cuando se percata que no hay nadie, levanta sus manos y las dirige hacia Neil, lentamente, casi como una pregunta. Neil lo sigue mirando sin oscuridad en sus ojos y Andrew sabe que es un buen día, por lo que intercepta entre sus dedos algunos mechones, sin importarle lo sudoroso que esté, y los aprieta entre sus manos. La fuerza del tacto hace que la cabeza de Neil se mueva hacia atrás, pero como dije, parece no importarle exponer un poco su cuello a Andrew, aunque sepa que tiene más de tres cuchillos entre sus bandas. Aprieta un poco más, sintiendo los cabellos entre sus dedos, sintiendo el característico olor a Neil, y lo suelta.

–Ve a darte una ducha, apestas – dice, mirando hacia otro lado, porque ya no puede seguir manteniendo la mirada en esos brillantes ojos celestes.

.

Un tiempo después, mientras fuma un cigarrillo en el techo y observa a algunos estudiantes pasar por el campus en la puesta de sol, escucha la puerta de metal abrirse. Aquellos característicos pasos que lo han seguido tantas veces en el tejado se acercan hacia él.

Neil se sienta a su lado, casi rozándose, pero aún permitiendo su espacio. Siente su mirada, lo aguanta por unos segundos más, luego, dirige su atención al delantero. Neil lo mira con burla, chispas en sus ojos que parecen reflectores por la luz del atardecer. Andrew quiere prenderse fuego en ellos.

–Allison me cortó el cabello– dice, con una sonrisa traviesa en sus labios.

–Me percaté – digo observando sus rizos, ahora más cortos y emparejados en los lados.

–No hacía falta que le dijeras a Renee, ya se lo iba a decir yo.

–¿Cuándo? – me burlo– ¿el día que puedas hacerte una coleta?

Se encoge de hombros y dirige su mirada hacia la puesta de sol.

–Qué, ¿Te molestaría que tenga el pelo largo?

Andrew piensa en la facilidad con la que podría tirar del pelo de Neil y exponer su cuello para morderlo si lo tuviera largo, incluso si lo tuviera atado.

–No –dice, con la voz un poco más grave de lo normal –pero sé que te molestaría.

El rubio sabe el tiempo que tomaría que le crezca y lo incómodo que estaría el delantero en los partidos si tuviera que jugar con el cabello en su rostro.

–Mmh, tienes razón. Además, creo que lo prefiero así –contesta, observando el campus.

Andrew mira su cabello y levanta sus manos, pasa lentamente los dedos por los rizos y como Neil se lo permite, aprieta su agarre entre ellos. Hace la fuerza suficiente para que el pelirrojo lo observe, no es que tuviera que hacer mucho. Sus intensos ojos lo observan otra vez.

–¿Prefieres? –dice con voz plana. Se encoge de hombros.

–No me importa cómo tenga el pelo, nunca fue una prioridad. Mientras no sea una molestia para sobrevivir.

Aún tiene sus manos entre el cabello de Neil, por lo que no le cuesta nada atraerlo y juntar sus labios. Lo besa con fuerza. Algunos mordiscos en sus labios de vez en cuando. Cuando se separan, Neil abre los ojos, confundido y relajado entre las manos de Andrew. El rubio observa su cabello una vez más.

–Ya no estás corriendo, conejo. Tienes que cortarte el cabello, ahora ya no pareces una escoba.

Neil sonríe, sus labios aún húmedos por el beso. Sabe lo que quiso decir Andrew, que le gusta cómo tiene el pelo, que ya nadie lo persigue y no tiene que sobrevivir, pero por una vez, se mantiene callado.

–Está bien. 

.

.

.

Hola! Sisi, disculpen, me tardé un poco más de lo esperado, pero no quería lanzar esta historia sin tener de dónde agarrarme. Las actualizaciones serán los jueves, no se sorprendan si me tardo 15 días para publicar, estoy en mi último año de la facultad y tengo muchas cosas en mente :) nos vemos! 

Infinito - AndreilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora