El 27 y 28 de enero del 2508 nacieron un par de gemelos, ninguno recibió un nombre, el primero no parecía que fuera a sobrevivir, el segundo era un niño sano. El bebé sano fue separado de su madre a las pocas horas, el primero fue dejado con su madre hasta que al mes murió. Todos los cadáveres eran llevados al desierto, para ser un tributo a las serpientes del desierto y evitar que atacacen la ciudad; el 28 de febrero del 2508, el gemelo, ya muerto, fue arrancado de los brazos igualmente inertes de su madre, llevándolos a ambos a su cede final. Con su último suspiro la madre le había otorgado un nombre a su bebé: Yongbok.
El nombre del Dios al que todos se encomendaban en la ciudad de Dalia, Yongbok, fue otorgado a un pequeño bebé recién nacido y a punto de morir, otorgándole de la misma forma fuerzas y poderes inimaginables y aún desconocidos para todos. Sin saberlo, los habitantes de Dalia ahora le rezaban a una entidad que regresó de la muerte despertando en las entrañas de una serpiente del desierto, una bestia gigantesca que asechaba en los alrededores de Dalia. El bebé había sido tragado por completo y al despertar tomó la energía vital de la serpiente, consumiendola desde adentro, poco a poco, hasta que sólo quedó su piel; el pequeño ahora era un Dios que permanecía dormido y abrigado por la piel de esa criatura, que vivía a través de los sueños de otro niño — Jisung — contestó aquel niño cuando Yongbok preguntó su nombre, era él, quien lo buscaría los siguientes años, su hermano, su gemelo.
— Hannie — susurró Minho con suavidad una vez se detuvo el caos — Hannie — su voz se quebraba al decir ese cariñoso sobre nombre— Hannie, cariño, despierta por favor.
— Duele — dijo a media voz Jisung — duele mucho.
— Está bien, cariño, estarás bien — Minho acunó en sus brazos a Jisung — yo te cuido, Hannie — El silencio se hizo tangible dentro del laboratorio hasta que Jisung logró ponerse de pie por si mismo.
— Así que... — repuso él líder de la excursión tratando de reincorporarse apoyándose en Minho — te he vuelto a encontrar — se le dificultaba respirar y el Dios frente a ellos sonrió, sus dorados ojos se hicieron dos pequeñas medias lunas ante ésta acción — debería agradecerte por guiarme de nuevo hacia ti — Yongbok inclinó la cabeza a un lado al no comprender por qué razón Jisung usaría ese tono de voz con él, siendo que eran hermanos — ¿Has logrado tu plan, entonces? ¿¡Ésto es lo que querías que pasara!? — los cinco presentes trataron de detener a Jisung cuando reclamó.
— ¿Lo que quería que pasara? — Yongbok no lo entendía ¿Por qué su hermano le gritaba ahora?
— ¿Acaso querías vengarte de todos en Dalia? ¿Que te hicieron ellos? ¡Ellos no te hicieron nada!
— No sé de qué hablas, ellos están seguros. Están soñando, cumpliendo sus metas y...
— Ellos permanecen, existen ¡pero no están viviendo! sólo sueñan ¡Eso no es vivir! ¡Necesitas estar despierto para cumplir esos sueños!
— Yo no creí que ésto te molestaría — dijo con voz profunda, todos miraron de nuevo al Dios y éste parecía apenado, casi al punto de querer llorar — yo quería salvarlos y él — dijo señalando a Seungmin con la mirada — me convenció de que ésto sería lo mejor, ayudar a todos a lograr sus metas a través de sueños...
— ¡Pero no lo hacemos! ¡Sólo soñamos! ¡Es sólo una mentira! — gritó Hyunjin.
— Fue mi idea — señaló Minho — recuérdalo, todo ésto fue mi proyecto en primer lugar, así que no lo culpes a él — Jisung miró con severidad a Minho, sus recuerdos habían vuelto, así que estaban tan claros como siempre, recordó como el peli plata frente a él lo cuidó en todo momento, antes y después, ya no podía estar enojado con el, y tampoco sintió que debía de estarlo con Yongbok, aún así se sentía frustrado.
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Finally
FanfictionHan despertado al dios de los sueños para usarlo en contra de los habitantes de Dalia, la ciudad con mayor delincuencia en Klaridom, Han Jisung se ha logrado despertar después de haber dormido más un año y encuentra a la ciudad sumida en el mismo pr...