Un año transcurrió en completa calma. Uno por uno, los días corrieron entre sus dedos igual a una corriente de agua, y antes de lo pensado, Cristopher cumplió su primer año de vida en compañía de Aziraphale y Crowley.
Aziraphale aún miraba el calendario sin terminar de creer que esa fuese su vida ahora. No porque se sintiera mal o porque extrañara su antigua vida, sino por lo fácil que le fue acoplarse a la calma de vivir a su merced, pues absolutamente nadie irrumpió en su pequeña burbuja de paz durante esos trescientos sesenta y cinco días, como temió que pasaría tantas noches en las que esperó con un ojo abierto y el corazón en la mano a que le arrebataran todo lo que había construido.
Habían días en los que incluso llegó a temer ser el último habitante sobre la tierra al no escuchar ningún ruido en medio de la noche, pero entonces Crowley llegaba con el periódico bajo el brazo, quejándose en voz alta de la contaminación y lo mucho que había subido el precio de la gasolina y todos sus temores desaparecían.
El mundo seguía estando allá afuera y todo estaba bien.
Su pequeño mundo, aquel que ocurría únicamente dentro de esa diminuta cabaña a las afueras de Tadfield, estaba incluso mejor.
***
—lo consientes mucho—se quejó Crowley la mañana del tres de septiembre al pillar a Aziraphale correteando de un lado a otro con serpentinas de colores colgándole del cabello—Apenas tiene un año, ángel. Ni siquiera va a recordar el sabor del pastel cuando crezca—viró la cabeza de un lado a otro al comprobar que Aziraphale seguía sin prestarle atención por estar decorando el pastel sobre la encimera. El ángel tenía crema para afeitar en una mejilla y jalea en la otra—¿Has dormido algo?
—es su primer cumpleaños, Crowley. Todo tiene que salir perfecto—respondió a la defensiva, pasando la cuchilla de afeitar sobre la mejilla con jalea, mientras con su otra mano terminaba de decorar el pastel con crema de afeitar en los bordes—Llevo preparándome para este momento durante meses. No necesito dormir. Necesito llamar a Dan para que traiga el triciclo que ordene en internet.
—¿conocemos a algún Dan?—hizo un mohín con la boca al fijarse en la mosca que se había quedado pegada en la crema—¿Si eres consciente de que la bestia sigue siendo demasiado pequeña para andar en triciclo, verdad?—miró a todos lados, arqueando una ceja—Hablando de él, ¿Dónde está?
—¿Dan?
—ya te dije que no conozco a ningún Dan—viró los ojos con una nota de fastidio en su voz—Hablo del bebé, Aziraphale. ¿Dónde está?
Aziraphale abrió los ojos como platos y un segundo después salió corriendo hacía la habitación principal. Se había dejado a Cristopher en la cuna por accidente.
—perdería la cabeza si no la tuviera atornillada al cuerpo—gimoteó al volver a la sala, balanceando a Cristopher de un lado a otro para que parara de llorar—Creo que necesito una niñera.
—tú eres la niñera—resopló Crowley, tendiéndole ambos brazos para que le entregara al bebé—Ven. Yo me encargare de él, mientras tú tomas un baño—rozó con su dedo la mejilla del ángel, que se percató entonces de la jalea que corría por su mentón—Claramente lo necesitas—bufó, observando su dedo antes de llevárselo a los labios y lamer con su lengua viperina el dulce—Esto está pasado. ¿Cuántas veces tengo que decirte que mires la fecha de caducidad antes de echarlo al carrito?
Aziraphale hizo puños el final de la camisa, mirando el desastre a su alrededor. Habían alrededor de tres manchas de procedencia desconocida en el techo.
—¿Qué hay del pastel...?—señaló el desastre de tres pisos sobre la barra de la cocina. La mosca seguía luchando por salir con vida del remolino de crema y mantequilla de maní—No puedo dejarlo así nada más, y aún me falta decorar, y ¡Oh! ¡Me he olvidado de los regalos! ¿Qué pensará Christopher si ve que no le he comprado nada?
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And the snake start to sing • Aziracrow
FanfictionPoco después de aceptar el cargo como Arcángel supremo, Aziraphale se da cuenta de que su crush por el Ángel Rafael evolucionó a un profundo y prolongado enamoramiento por el demonio Crowley, incluso si en un principio no logra ver lo que está debaj...