Pequeños Favores Entre Rivales [Multiship]

Capitulo 1

Abrió uno de sus ojos mientras sentía su garganta secarse, gruño por el dolor de su mala posición al dormir.

¿Y como no? Si estaba durmiendo en el sofá, Tom bostezo estirándose, intentando humedecer su boca la cual ya estaba bastante seca y sabía que tenía un mal olor.

Fijo la vista en el televisor y se dió cuenta que una nueva película estaba empezando, una de acción al parecer, gruño con molestia mirando a los alrededores, buscando el control del televisor.

Finalmente lo encontró detrás de su espalda, eso explicaba el dolor.

—¡Tom, te dije que te movieras de todo el sillón! —Matt llegó con un bote de palomitas en la mano.
—¿El que...? —Lo miro con ojos entrecerrados y arrugando su semblante, sus ojos apenas se estaban acostumbrando y podía jurar que veía a Matt como una zanahoria con raíces verdes, masajeo ambos de sus oscuros orbes.— Uhm, no te escuché nada de nada.

Lo menciono con tono protestante y doloroso.

—¡Pero ya estás despierto, así que muévete Tom!, ¡Ya va a empezar mi serie! —Le quitó el control de las manos y paso rápidamente los canales, dejando una serie en pantalla, la cual se trataba de una serie de terror psicológico.

La protagonista resultaba ver todo como si nada hubiera pasado junto a sus amigas, pero sin duda el plot twist era bastante sorprendente.

Sip, Matt no quiere dar spoilers.

—Cabecita de forense. —Tom se sentó en el sillón, aún mareado por el sueño, Matt se molestó por aquel apodo.

Ese surgió debido a que en cierto tiempo antes de graduarse de la secundaria, Matt estaba interesado en cosas sobre la ciencia forense o de medicina en absoluto.

¿Y como no? Si era el matadito de la clase, y el mejor de todos...

Por alguna extraña razón dejo esas aficiones.

—Bueno, ve tu serie o lo que sea, yo me voy a tomar algo de agua y volver a dormir... —Se levantó con un quejido de dolor, su espalda aún dolía gracias al bendito control.— ¿Y Edd dónde está?, No escucho su voz...

Abrió los ojos sin poder notar al británico de sudadera verde, mirando a los lados.

—Salio con Tord al mercado.

La mirada de Tom se quedó pequeña, estaba frunciendo su rostro ante la molestia.

—Entiendo...

Suspiro encaminandose directo a su habitación, ¡Como odiaba a ese noruego!, ¡Siempre llevándose la atención que no merecía!, gruño en cuanto se tiró a su cama, estaba dura, gracias a toda la incomodidad que estaba sintiendo.

Quizás ya era tiempo de poner en su lugar a ese noruego apestoso, giro su vista hacia la puerta de su habitación, intentando pensar alguna especie de broma pesada la de rojo.

Y de la nada recordó que este idiota siempre mantenía su habitación a puerta abierta, Tom abrió los ojos, llevándose una sonrisa malévola en la cara.

¿Que tal era el hecho de revisar las cosas del noruego?

—¿Alooo...? —Tom giro la perilla de aquella puerta con un estampado del nombre de Tord en ella, fijo su vista en el fondo de la habitación, no había luz, pero podía ver múltiples cosas alrededor.

Paso como si nada, confirmando que no había nadie en el cuarto del extranjero, subió su dedo índice por el interruptor de la luz y finalmente sonrió mostrando sus dientes y a la vez achicando sus cuencas.

—Bien, veamooos... —Rodeo cualquier lado de el sitio, con las manos juntas mientras las frotaba.

Una cama con sábanas rojas carmesí, una almohada con el estampado de lo que parecía ser una banda de rock nórdica.

Los pósters que habían en las paredes eran de unas chicas anime con vestimentas sugestorias entre otros cosplays.

Hizo una mueca de desagrado ante esto, siguió pasando lista a todo. Incluso se encontró con dos vitrinas; Una de ellas contenía bastantes figuras anime algo grandes y exclusivas, pues no las había visto en algún lado.

Mientras la otra se disponía de libros manga de gran grosor, de arriba hasta abajo, y tal parece estaban ordenados en orden alfabético de nombre.

Tomo una por curiosidad, pensando que quizás encontraría algo interesante, su semblante se arrugó en asco cuando se topo con la imagen en grande de una mujer sucubo con varios hombres y miembros chorreando alrededor de ella.

—Dios mío. —Como si se tratara de lo más sucio, lo devolvió de mala forma, chequeando y inclinándose por más lugares si encontraba algo interesante.

Lo demás parecía normal al parecer, solo noto varias fotografías pegadas de el en su adolescencia tanto como niñez, unas tres fotos de sus padres con el y cinco dónde Tord estaba acompañado de Edd y Matt.

Claro, nunca salía Tom porque le desagradaba el hecho de portar una foto donde el noruego estuviera por igual...

Desagradable...

La única foto que llevaban los cuatro juntos era una que se encontraba en la sala, en la mesa con pequeños espacios debajo del televisor.

Reviso debajo de la cama, casualmente se encontró cajas de gran grosor y con un símbolo de audiencia para mayores de dieciocho.

Unas siete cajas de estás en las que se encontraban diferentes variedades de chicas y un nombre ridículo como sacado de una novela de romance.

—Se nota que necesita una novia, urgente. —Murmuro Thomas volteando una caja y dándose cuenta que tan solo eran un par de juegos eróticos.

Más mangas H, DVD's H, algunos viejos cuadernos de la secundaria y otros de la primaria.

Unos cuantos dibujos que Edd hacia de el, estos los guardaba en una caja negra de zapatos, el de azul frunció el ceño ante aquello.

Que envidia.

Y lo último quedaba finalmente...

Su computador.

—Ahora si viene lo bueno. —Tom pronunció animado, nuevamente con otra sonrisa, estaba por tomar el mouse de color negro con luces rojas hasta que noto que la parte donde se apoyaba la muñeca, osease en el pad del mouse, simulaban dos senos de una chica anime.

Thomas gruño una vez más, quitando el mismo objeto vergonzoso y abriendo el computador hacia arriba.

Apretó el botón de encendido y suspiro satisfecho mientras veía la pantalla de carga de Windows entrando.

—Bien, vamos a divertirnos un poquito. —Burlo el británico mientras se alcanzaba la silla acolchonada de color negro que tenía el nórdico.

La curiosidad mato al gato, mencionaban.