Capitulo 10

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Tom por otro lado fue otra cosa, después de la gran experiencia de Tord siendo recibido por una mujer la cual tenía preferencia a las mujeres, todo le resultó confuso.

¿El podría lograr algo igual? Titubeó mientras era empujado a qué el también toque su turno.

—¡Animo! —La adulta de pelo azabache y corto lo ánimo, el de cuencas se vio preocupado.

Aquí vamos...

—¡Hey! —Tom saludo a una mujer pelirroja de vestido negro que se encontraba algo triste y molesta, mirando una parte sin alguna excusa.— ¿T-Te encuentras bien?

Mostró una sonrisa amistosa, la fémina estaba en otra mesa, está giro su vista y le dió un ojo de arriba a abajo al de cuencas, torció su mirada molesta.

—¡Si crees que necesito a alguien, largo de aquí, imbécil! —Le mostró el dedo corazón y acto seguido le tiró el contenido de el vaso que estaba a la par suya, por qué claro, habían dos vasos llenos de alcohol.

Tom abrió sus cuencas en cuanto noto todo su rostro mojado, sus comisuras se fueron hacia abajo comicamente.

De acuerdo, hasta el admite que lo de tirarle el contenido del vaso fue demasiado, con un "largo de aquí" el se iba sin más.

—¡Tom! —Tord apareció en su detrás, agarrándolo de los brazos, sacuendiendolo, miro a la fémina de cabello rojizo.— Perdone, el solo...
—¿Crees que me interesa hablar con un extranjero? —La pelirroja le echo una mirada fea de lado.— ¡Largo de aquí, tu acento me enferma!

Tord abrió sus ojos por igual, pero que agresiva...

—¡Pues de todos modos...!

"Si una dama te insulta solo lárgate con educación, no lo vale nada gastar tu saliva en alguien tan vulgar."

Fue una de las cosas que la señorita Daphne les había mencionado, aunque claro, ella no fue un ejemplo tan... exacto, que gracia.

Frunció el ceño, respirando con calma, tiro a Tom de uno de sus brazos directo al baño del bar.

—Vamos. —Fue lo único que dijo mientras lo tiraba del brazo izquierdo, noto a Laurel y a la fémina de azabache mirándolos con preocupación.

Cuando desaparecieron de su vista fijaron una mala mirada en la fémina pelirroja que había actuado agresivamente.

Habían chicas de cierto temperamento...

Tom se encontró siendo lavado del rostro por Tord, un trozo de papel en hoja sabana, pues el baño era uno elegante y por mucha suerte llevaba suficiente papel para disponer en la zona de lavarse las manos.

—Auch, me arden los ojos. —Menciono Tom cerrando uno de ellos.
—No es de sorprenderse, te tiro alcohol encima en toda la cara. —Suspiro Tord.

Pero aparte del dolor de ojos, Tom se encontró levemente decepcionado, ni siquiera pudo mantener una conversación de treinta segundos, bajo su mirada.

—No voy a lograr nada.
—¿Ahora te vas a deprimir? —Tord puso su dedo gordo sobre el índice, impulsando y dejando que su dedo índice se golpee en el centro de la frente del de cuencas.
—¡Ay, tu hijo de perra! —Se tocó la frente, dolido y con ojos cerrados.
—No es el fin del mundo. —Tord lo miro serio, algo enojado quizás.
—Eso dices tú, por qué eres extranjero y seguro tu acento derrite a las mujeres.

Tom gruño levemente, si, estaba lleno de envidia, parecía que hasta la vida misma prefería a Tord antes que a él.

—Te equivocas, ¿No oíste como la perra me insulto? —Tom sonrió levemente, siguiéndole a Tord.— Que sea extranjero no cambia nada, de hecho, me tratan peor.
—Aja... —Tom desvió la mirada aún sin creer nada.

Pequeños Favores Entre Rivales [Multiship]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora